sábado, 13 de febrero de 2010

PALACEÑOS (1)

Queridos palaceños:
Reconocemos que existieron a través de generaciones, palaceños cuyos nombres y digna ejecutoria, son merecedores de aparecer en este capítulo de nuestra humilde publicación y deseamos hacer constar por este medio, que en la mayoría de los casos, nos resultó imposible conseguir suficiente información biográfica de muchos de ellos, por carencia de las fuentes correspondientes, ya sean familiares o de otra índole.
No obstante, por tal motivo, hemos hechos grandes esfuerzos, para en diferentes capítulos hacer mención de muchos de ellos, por medio de datos y fotos, en relación a sus específicas actividades, tanto en la vida social, como profesional.
Mucho agradecemos tengan esto presente, porque estamos conscientes que el T.M., de Los Palacios, es un lugar donde han vivido honestas y laboriosas familias, cuyos miembros contribuyeron extraordinariamente en todos los órdenes a su desarrollo, con su ejemplar actitud. (OGEPE). Fotografías : Logia Montecristi.

Antonio Valdés ValdésPor María Teresa Rodríguez
y Jesús Marcos García

Nació el 6 de Octubre del año 1868 en Consolación del Sur, Pinar del Rio. Siempre se creyó que Don Antonio era hijo de la Casa-Cuna, por su doble apellido de Valdés. Resultado que su padre, español, que se llamaba Antonio Fúster, llegó a Cuba como polizonte abordo de un barco español y al estar indocumentado no lo puedo reconocer dándole su apellido y lo hizo hijo de la Casa de Beneficencia, recibiendo, como era costumbre en ese centro benéfico, el doble apellido de Valdés.
Oriundo de una familia humilde se vió en la necesidad de trabajar muy duramente desde temprana edad. Realizó los oficios de bodeguero, dulcero, contador, etc.

Su inteligencia natural y su vocación por la noble labor de enseñar y educar lo llevaron a ser maestro público en la localidad de Los Palacios. Se casó tempranamente con la Señorita Coleta Falero, de cuyo matrimonio nacieron doce hijos.

Fue un hombre humanista, legítimamente fraternal y religioso. Su inspiración y amor a la patria lo llevaron a ser un poeta, cuyos versos “Martí”, “A la Bandera Cubana” y “A José Martí”, le rinden homenaje a la enseña nacional y al Apóstol.

Con fecha 21 de Agosto de 1907 es iniciado en la Logia “Luz de Candelaria”, ascendido a Compañero Masón el 28 de Agosto y exaltado al Grado de Maestro Masón el 31 de Agosto de ese propio año. En la masonería palaceña ocupó los siguientes cargos: 1907 a 1910, Venerable Maestro de la Logia “Luz de Los Palacios”; 1912 a 1915, Venerable Maestro de la Logia “Montecristi”; de 1924 a 1927, Primer Vigilante de la Logia “Montecristi”; de 1928 a 1932 su Venerable Maestro; 1933, Orador; 1934, Representante; de 1935 a 1937, Orador. Siendo el año 1937 el último año que ocupa funciones en la logia, por haberse trasladado para La Habana y tener la salud quebrantada.

La muerte sorprendió a Don Antonio en su domicilio de la Calle Cádiz No. 11, en La Habana. Los periódicos de la época informaron de su muerte y velorio, y en los cintillos de la prensa se lee que el duelo lo despidieron sus hermanos masones.

A Antonio Valdés Valdés le llamaban “el mentor de la masonería vueltabajera”, tanto por su antigüedad en la institución, como por sus valiosas actividades desplegadas.
En su tiempo mantuvo estrechas relaciones con los grandes de la época: Martín Herrera, Saturnino Martínez, los Hermanos Llansó, Fernando Figueredo Socarrás, Sánchez Curbelo, Fermín Valdés Domínguez, entre muchos. Hombres que hoy son recordados con legítimo orgullo.
La Orden Caballeros de la Luz ha perpetuado eternamente la memoria del Hno. Antonio en los valles palaceños, al imponerle a una logia fundada por ellos en el año 1946 el patronímico de “Antonio Valdés Valdés”.

Don Antonio se ha de sentir, a la diestra de Dios como ha de estar, muy complacido, porque su labor no ha sido olvidada y más de un centenar de hombres han hecho posible que su nombre se mantenga en esta comunidad palaceña.


Dr. Lucilo Díaz Fernández
Por Jesús Marcos García
Durante más de cuatro décadas el Dr. Lucilo Díaz Fernández figuró entre las personas más queridas y distinguidas en el municipio de Los Palacios. Distinción y afectos que supo conquistar por su labor profesional como médico y su proyección espiritual y filantrópica, manifestada de forma positiva en su humano proceder y su desinterés por servir al prójimo.

Natural de Artemisa. Llegó a Los Palacios en el año 1931, tenía 24 años de edad y estaba recién graduado de médico-cirujano. Instaló su consulta en la antigua Calle José Martí, esquina a Serafín García, (actual Calle 21, esquina con la Calle 28), lugar donde, hasta su muerte, vivió el español “Cañita”, que fué para él y su familia como especie de un hada protectora.

En los momentos de su arribo a Los Palacios se sufría de la Depresión Económica de 1929 y del funesto machadato. En ese mismo año, 11 de Agosto del año 1931, sus ojos contemplaron los cadáveres del General del Ejército Libertador Francisco Peraza y Delgado y varios de sus compañeros, que en una carreta fueron trasladados al antiguo Cuartel de la Guardia Rural y sepultados en el cementerio de la localidad.

El anciano general se había levantado en armas contra Machado, al frente de un considerable grupo de hombres, en la zona de la “Loma del Toro”. Su campamento, situado en “Hoyo del Majagual”, fue sorprendido por las fuerzas gubernamentales y él y varios de sus compañeros de armas ultimados a balazos. Este aguerrido general era conocedor de la geografía de la comarca, por ser su centro de operaciones durante la Guerra del año 95. Peleando, primero, bajos las ordenes del General Bermúdez y después, al ser destituído Bermúdez por excesos cometidos, al frente de la guerrilla.

El VH: Lucilo nació en el seno de una familia pobre y por su inteligencia y tesón se recibió de médico. En su despedida de duelo, en el Panteón Masónico, el señor Arsenio Echevarria expresó: “cuando llegó a este pueblo era sumamente pobre, sus pertenencias personales eran muy pocas. Poseía un solo traje, bastante raído y surcido. La familia Bustillo-Calderón lo había acogido como un hijo y mujeres de esta familia, por la noche, le lavaban y planchaban la ropa a utilizar al siguiente día”.

Por su porte elegante y atractivo, el color de su piel y ojos y su bien configurado rostro, era objeto de atención en el mundo femenino, disfrutando de los favores de muchas mujeres que lo convirtieron en un joven divertido y mujeriego.

El 20 de Diciembre del sño 1936 recibe la iniciación masónica. En los momentos de su iniciación tenía 29 años de edad y estaba soltero. Contrajo matrimonio con una artemiseña, al igual que él, la Señora Clara Díaz y fijó su hogar definitivamente en Los Palacios. En este pueblo le nacieron y criaron sus cinco hijos, cuatro varones y una hembra: Tilo, Vicente, Carlín, Teresita y Silvio, quienes aún son recordados por sus travesuras infantiles y revolturas juveniles.

Su hogar, que a la vez era su consulta de médico, estaba situado en la antigua Calle Antonio Maceo, (actuay Calle 23), al lado del Hotel “Soberón”, después Hotel “Fúster” ydespués “El Palaceño”. En una de las paredes del portal de su vivienda se leía una placa, que decía: Dr. Lucilo Díaz Fernández, Médico-Cirujano. También poseyó una farmacia, muy bien surtida, que se encontraba contigua a su hogar y era atendida por el Señor Humberto Izquierdo, su esposa Clara y varios jóvenes boticarios.

Fue un médico que se destacó por sus profundos conocimientos de la medicina y su arrojo por ampliar sus conocimientos. Su consulta no era solamente para escrutar un paciente, diagnosticar un mal o indicar el tratamiento a seguir, en la misma se resolvían situaciones, a veces difíciles, como extraerle veneno a una envenedada o a un niño que ingirió un producto tóxico (mediante el enjuague estomacal), operaciones quirúrgicas en cirujía menor, curaciones, enyesamientos en fracturas óseas, partos díficiles, etc., etc. Tenía que estar en muy mal estado el paciente para que el Dr. Lucilo Díaz indicara su traslado a un centro hospitalario. Para su mejor trabajo se hizo auxiliar de dos competentes enfermeros, el señor: Luis Fúster Crespo y el señor Salvador Sánchez. En su consulta fue donde existió, por primera vez en Los Palacios, un equipo de Rayos X y sabía interpretar correctamente las fotos de la tecnología radiológica.

Era muy adicto en su función de médico el de utilizar fórmulas, originadas por él, para el tratamiento de distintas enfermedades en sus pacientes. Fue un espiritualista convencido y siempre estaba ávido de penetrar en la inmensidad y misterios de ese mundo, mediante la lectura y asimilación de los principales fundamentos y principios esotéricos, sobre todo el sustentado por los Rosacruces. Con el señor Arsenio Echevarría, también otro espiritualista, compartía largas horas de estudio y meditación en ese campo.

Aplicaba sus conocimientos espiritualistas y el poder del pensamiento humano en su función de médico. Al consultar un paciente e inquirir de sus dolencias, sus preguntas eran acompañadas de una penetrante mirada, tratando obtener una estrecha relación espiritual entre médico y paciente, además de aplicar una terapia sicológica. Muchas personas incultas, no conocedoras y totalmente profanas de estas profundidades del espíritu humano, lo catalogaban de Médico-Espiritista.

En la sala de su hogar, ante-sala de su consulta, se encontraba en una pared el Juramento Hipocrático. Era un fiel cumplidor a lo exigido en ese juramento. No había hora del día o de la noche, con buen o mal tiempo, que lo fueran a buscar para atender un paciente que no estuviese dispuesto y presto a acudir al llamado del dolor. Para desenvolver sus funciones en la zona rural del municipio, primero se hizo de un caballo y cuando la situación le mejoró, de un “jeep”. Sufriendo, en más de una ocasión, accidentes al visitar enfermos en lugares intrincados y de difícil acceso. En una oportunidad se fracturó una pierna.

Al experimentar nuestro país en el año 1959 una total transformación en el orden social, político y económico, la dirección de la Logia “Montecristi”, de ese año, quizás con la mejor intención y propósitos masónicos , trataron de vincular la logia con la nueva corriente ideológica. Los hermanos, disidentes de esta corriente y que querían que su logia siguiera fiel a los principios masónicos, llevaron al Doctor Lucilo en candidatura para Venerable Maestro en el año 1960 y recibió un triunfo arrollador. Siendo el Maestro de Montecristi en 1960.

La política le llamó la atención y fue Alcalde Municipal de Los Palacios de 1940 a 1944. Desarrollando una fructífera labor al frente de la Alcaldía. Poseía una pequeña finquita de recreo y descanso situada en el Km. 4 en la carretera al Entronque de Los Palacios. Esta finquita fue escenario de banquetes y mítines políticos.

Nunca se jubiló y sirvió como médico hasta que su salud se lo permitió. Falleció a la edad de 65 años, el 11 de Marzo del año 1972.

La mayor parte de su vida útil transcurrió en Los Palacios, donde se desenvolvió como un ejemplar ciudadano y un legítimo palaceño. Fue un apasionado orador, nos recordamos de sus intervenciones en “Montecristi” y sus despedidas de duelo.

En los días anteriores al 11 de Marzo del año 1972, días de su gravedad, el pueblo de Los Palacios fue envuelto por un manto de tristeza y congoja al saberse de su irremediable partida al Eterno Oriente. Su pueblo lo lloró y las personas humildes y agradecidas decían, en todas las esquinas: “se murió el médico de los pobres”. Su funeral y sepelio fue una manifestación de duelo popular.
“Qué inmenso fuiste Lucilo Díaz”, en las distintas actividades del ajetreo humano. Tu figura siempre bien recibida y algo alocada, es recordada constantemente por el pueblo al que tanto serviste y por el que tanto te sacrificaste. Dejaste una huella imborrable detrás de tí y si al final todos tenemos que pagar la deuda que contrajimos con el Creador, es mejor así, que siempre seamos recordados por nuestras buenas acciones. Así complimos con Dios, y con nosotros mismos, al dejar una HUELLA.


José Cipriano Florencio Pedroso (Lencho)
Por. Jesús Marcos García
A partir de su ingreso en la Logia Montecristi, el día 28 de Marzo de 1945, su actuacion como masón siempre se vio señalada de un constante bregar dentro de la orden. Falleció al mediodía del 8 de Marzo de 1987 y al romperse ese eslabón de la Cadena Fraternal, con su lamentable pérdida física, pudo afirmarse categóricamente que “Montecristi” y el pueblo de Los Palacios perdió uno de sus mejores hijos. El hermano Lencho fue un masón que por su abnegación, entusiasmo y sacrificio pasó a formar parte de la historia de su logia, dejando en el seno de “Montecristi” una huella imborrable de grata recordación.
Con la señora Consuelo Ipsán formó un matrimonio ideal. Su hogar, además de un remanso de amor, paz y dulzura, era también, una prolongación de la Logia “Montecristi”. Hoy ambos moran en el Eterno Oriente y han de estar a la diestra del Gran Arquitecto del Universo, por haber cumplido fielmente con sus obligaciones domésticas y sociales.




Eleuterio León Medina
(Medina El Barbero)
EL ETERNO PALACEÑO


Por razones ajenas a nuestra voluntad nos resultó imposible encontrar datos biográficos del querido palaceño Eleuterio León Medina, cariñosamente conocido como "Medina el Barbero, cuando estábamos recolectando datos e información para editar nuestro libro Recordando a Los Palacios. Barbero de profesión y Procurador, vivía en la Calle Piñera (actual Calle 26), en Los Palacios. Pero no por ello podíamos omitir señalar su nombre en esta publicación. Palaceño apasionado con su querido pueblo, con su pensamiento puesto siempre a través de todos los años de exilio, en su lugar de origen. Residió en la ciudad de Nueva York, en unión de su querida esposa Graicela, sus hijos Rubén y Thelma y nietos.


Sintiendo pasión por la carrera de derecho, abandonó la profesión de barbero, vendiendo su barbería situada en a Calle Antonio Maceo, (actual Calle 23), al señor Jesús Romero. Se graduó de Procurador Público y siendo Procurador Universitario, comenzó a estudiar derecho. Prestó servicios a muchos palaceños en su profesión.
A continuación estamos intercalando un párrafo de una de las cartas enviadas por Medina, a su amigo, Osvaldo Gotera, en relación con trabajos recibidos por él, referentes a escritos que aparecen en el Libro Recordando a Los Palacios:


"Dicen que recordar es vivir; para mí, no es verdad, recordar es sufrir, recordarlo, todo, querido amigo, y ver que todo se esfuma, y que sólo podemos vivir con el recuerdo de un ayer que jamás verás igual: Muchas cosas que mencionas en tu carta-escrito, yo las viví más atras. Yo muchas veces tengo una nostalgia que embarga mi cerebro y corzón, sufro porque se van los años, la juventud no regresa más, "Juventud, Divino Tesoro". Quiente quiere... Eleuterio León Medina.

Testimonio de El Eterno Palaceño, Eleuterio León Medina, aparece en la entrada correspondiente a la semana del 29 de Noviembr6 al 6 de Diciembre, 2009.


Luis R. Fúster Crespo

En las distintas épocas en la vida de un pueblo, siempre han existido personajes, que de una forma u otra, han disfrutado de los lauros de la popularidad entre la población. Viajando esta distinción de reconocimiento popular por años a través del tiempo. La popularidad se viste de muchas formas y se llega a ella por diferentes caminos. Hay quienes se hacen populares en actuaciones y posiciones nada beneficiosas y agradables para la sociedad.

Para gozar de popularidad, además del gracejo personal, el individuo ha de manifestarse y proyectarse en funciones dentro de la comunidad que sean del dominio de una inmensa mayoría de pobladores. Los deportistas, músicos, políticos y artistas al desarrollar sus funciones en presencia de grandes cantidades de público y ser sus nombres menciondas, en algunos casos, en los medios de información masiva, adquieren poplaridad.

También en las poblaciones pequeñas disfrutan de popularidad local, aquellos que sus funciones están dirigidas o vinculadas directamente a una considerable parte de los moradores del pueblo. Tal es el caso de los comerciantes, personal de salud, educadores, sacerdotes y pastores religiosos, funcionarios públicos, trabajadores de servicios, policías, mlitares, etc. Además, también forman parte del elenco de los populares los protagonistas de un acto de heroísmo y los personajes pintorescos, a veces llamados por más de un escritor "personajes populares".

El Señor Luis Raimundo Fúster Crespo durante muchos años atrajo hacia su persona esta distinción de su pueblo, la que era acompañada de sinceras muestras de agradecimiento y reconocimiento a su humana función como enfermero. Miembro de una familia de origen hispano-cubana, su padre era español. Nació en Los Palacios, al igual que el resto de sus nueve hermanos, todos varones: los Fúster-Crespo.

Desde tempana edad se inclinó, al igual que su hermano Augusto, por adquirir conocimientos en el trabajo de farmacia y su giro. En la ciudad de Pianr del Río se empleó en una de las farmacias más importantes de la capital vueltabajera, propiedad del señor Antonio Legorburu y en ese establecimiento tuvo sus primeros contactos con el mundo de los fármacos, la jiringuilla hipodérmica, la cura de heridas, el suministro de sueros en venas y otras funciones más propias de ese campo.

Formado en su profesión y adquirida la experiencia necesitada, regresó a su pueblo de origen a ejercer sus conocimientos. En Los Palacios le sirvió de enfermero ayudante a varios médicos, pero dentro de ellos cabe destacar a los Doctores Pedro Morales Escobar y Lucilo Díaz Fernández. Aún se encuentra en la imaginación de muchos palaceños, que muy a menudo hacen mención a su nombre y sus servicios prestados. Se le recuerda tal como era, bastante bajo en estatura, sus gafas ahumadas, su sombrero de estilo Carlos Gardel, su bata blanca, limpia y pulcra como el resto de la vestimenta y siempre exhalando un exquisito perfume.

Al encontrarse con él, en cualquier lugar del pueblo y en cualquier momento del día o la noche, de sus labios brotaban como preludio a un saludo un pequeño silbido y después un armonioso "barbarooo...". Su pueblo lo quería, le agradecía y le consideraba. No había en el pueblo una boda, un cumpleaños o cualquier otro convite, que no se encontrase presente entre los comensales invitados. Se inició en la Logia "Montecristi", el día 2 del mes de Julio del año 1947 y con fecha del día 12 del mes de Noviembre del año 1947, la logia le otorga el Sublime Grado de Maestro Masón. Considerado uno de los masones con mejor asistencia en la vida de "Montecristi". Era el primero en llegar a las sesiones de la logia. Fue nombrado Maestro Masón de Honor.

El día 30 de Diciembre del año 1986 es intervenido quirurgicamente en el Hospital de San Cristóbal de una enorme hernia que desde años padecía. Después fue ingresado en el Hospital Clínico Quirúrgico de La Habana. La logia contrató los servicios de una persona que se dedicaba a cuidar enfermos y le pagaba por la atención de Luis. Se le enviaban alimentos diariamente. Al conocerse que su mal renal no tenía solución, ser viudo, no tener hijos y negarse a ser ingresado en el Asilo Masónico, se trajo para Los Palacios. Los hermanos masones limpiaron, pintaron y acondionaron su vivienda. Dos personas fueron contratados para su atención: una para la limpieza del hogar, lavado de ropa personal y de cama, asistencia en el baño y suministro de alimentos. La otra tenía a su cargo la elaboración de los alimentos requeridos y su hogar se convirtió en centro de acopio para que los hermanos masones llevaran los distintos comestibles.

Su corazón dejo de latir para siempre en la mañana del día 30 del mes de Octubre del año 1987, a la edad de 80 años. Su cadáver fue trasladado para la Logia "Montecristi" y allí, junto a su pueblo, fue velado y se le hicieron los ceremoniales fúnebres. Su velorio y entierro fue un desprendimiento de reconocimiento popular que vertió su querido pueblo para un hijo amado, que tantos beneficios le prodigó al mismo.

Francisco Solano (Fisco)

(Fragmentos tomados del Libro Jesús Nazareno de los Palacios, 250 Años de Historia por el P. Joaquín Gaiga).

Muchos en Los Palacios recuerdan a Francisco Solano, apodado "Fisco", como un valioso albañil y maestro de albañilería protagonista de muchas de las construcciones más significativas del pueblo. Su hija, Ester solano, nacida el día 25 del mes de Diciembre del año 1922, lo reuerda con gran cariño y con ella y su vecino Rosario Solano, que trabajó con Fisco mucho tiempo, y que nació el día 7 de Octubre del año 1919.

Es sobre todo Ester quien se entusiasma y se conmueve, con una admiración que también los presentes comparten, y habla de su padre: "Mi papá nació el día 4 de Octubre del año 1886 y murió en el año 1966 a los 80 años de edad. Era muchachito cuando la Guerra de Independencia y, sin embargo, me contaba que, a caballo, iba a llevarle el almuerzo a los insurrectos escondidos en la campiña alrededor del pueblo".

"Papá me contaba que aún muy joven trabajó en la construcción de la Iglesia de Jesús Nazareno, sobre las ruinas de aquella destruída durante la Guerra de Independencia. Dirigía la obra como maestro albañil cierto "Lolo" Arrebato. Cuando mi padre fue llamado al servicio militar, también allí se dieron cuenta de su pasión y habilidad en este sector y su coronel le encargó de la ejecución de algunas obras en los Cuarteles de Columbia y salió del servicio militar con el título de Maestro de Albiñilería. Pronto se dedicó a este trabajo en nuestro pueblo transformándose en maestro de los mismos que le habían iniciado a la albañilería, y guía en la realización de muchas de las principales estructuras de nuestro municipio en el arco de tiempo que va del comienzo del Siglo XX hasta los años 60's".

"Evidentemente no puedo recordar todo lo que hizo, ni establecer un preciso orden cronológico; pero para empezar: trabajaó en la construcción del Puente sobre el Río Los Palacios. Dirigió la construcción de la Ferretería de Emilio Gómez. El ingeniero que le entregó el plan de construcción de la misma se llemaba Bernardo de la Rionda Semerioff. Dirigió la construcción de lo que es hoy la Casa de la Cultura (antigua Farmacia de Menéndez), de la Ferretería "La Revoltosa", (hoy CAI Arrocero), de la Iglesia Bautista, del Círculo Social. Construyó los 6 Colegios y una de las más antiguas escuelas del pueblo, el Palacio del Ayuntamiento,l a casa de los Troncoso (hoy Museo Municipal), la Casa de los Dorta (hoy Escuela Primaria), la casa, el cine y la Cuartería de los Fernández, la del Prado, el edificio del Club Hispano Cubano, (hoy Biblioteca Pública)".

"Suyas y de su equipo de albañiles son también algunas construcciones a lo largo de la Carretera Central, como por ejemplo, las más antiguas casas de Inclán, las casas de Arango, entre el Entronque de Los Palacios y Perico García, en el sitio llamado Puerto Azul. Todos los años dirigía las reparaciones a los hornos del Central La Francia. Dirigió la construcción de infinidad de barandas y de columnas de varios estilos, de los portales de las casas más bonitas del pueblo. Muchos lo buscaban y tenían confianza en él y sus equipos de albañiles, los que en ciertas ocasiones podían alcanzar un número de 50 o 60. Él era muy eficiente, sabía programar bien y ejecutar el trabajo, era exigente consigo mismo y los obreros y puntual en la entrega de la obra cumplida. Le fue de gran apoyo su hermano Secundino Solano".

"De la escuela se formaron también algunos de los mejores albañiles de Los Palacios. Es posible encontrar en alguno de los edificios por él realizados, la inscripción que solía imprimir sobre cemento fresco: "lo hizo Fisco Solano. Cuando después se enfermó, se vio recompensado por su generosidad porque sus albañiles y mucha gente a los cuales de alguna manera había ayudado, venían a visitarlo".

Ester se conmueve después de recordar el día de su sepelio en la tierra, como él siempre había deseado. Y eso a pesar que también en nuestro Campo Santo había trabajado mucho en la construcción de varias bóvedas entre la más artísticas, como el Panteón de los Masones, la bóveda de la Familia Inclán y Selga, etc.



FAMILIAS PALACEÑAS
"La tierra, el trigo, el pan, la mesa, la familia: Existe en este cielo, decía mi padre en sus sermones, amor, trabajo y tierra". Raduan Nassar.
Este es un capítulo relacionado con la familia palaceña, que con su abnegación, trabajo, sacrificio y respeto, supo contribuir con su esfuerzo y actuación al establecimiento y mantenimiento de nuestro municipio, a través de los tiempos.

Familia Viñas: (Orígen Español)
Hermanos Eulogio, Eusebio, Leonardo, Saturnino, Benjamín. Poseían negocios de escogida de tabaco, que enviaban a La Habana. También bodega de víveres, en propiedades que poseían en la Calle Serafín Garcia, (actual Calle 28),esquina a la Calle Antonio Maceo, (actual Calle 23).
Con los Viñas trabajaba un ciudadano español cuyo nombre era Sebastian, de cuyo nombre se derivaba el sobrenombre de Tian. Este señor era extremadamente inteligente. Se decía que era abogado. Estaba a cargo de los libros de negocios. Según se tiene entendido no le gustaba mucho cambiarse de ropa y no era muy amante del aseo personal.
Benjamín Viñas, fabricó la casa donde vivió mucho tiempo después la Familia de la Familia Ferro, en la calle Antonio Maceo, (actual Calle 23), casi esquina a Serafín Garcia, (actual Calle 28). una de las más viejas del pueblo. Fabricada a principios del siglo 20.
Miembros de la numerosa familia Viñas, estuvieron siempre envueltos en negocios en la localidad de una forma o de otra, asi como formando distintos núcleos de familias que fueron parte integral del desenvolvimiento de la familia palaceña.


Familia Ipsán. (Descendencia china/Cantón).En la segunda mitad del Siglo XIX, llegó a Cuba, en compañía de la familia española de apellido Aldecoa, el ciudadano chino León San Aldecoa, de profesión cocinero.
En el Libro Jesús Nazareno de Los Palacios, el P. Joaquín Gaiga, incluye declaraciones de Oscar Ipsán Hernández, que textualmente ofrece la siguiente versión:

"Mi abuelo se llamaba León San y emigró de Cantón, quizás cerca del año 1880. Aquí le compusieron un nuevo apellido añadiéndole al principio del apellido las letras Ip. Y así nació el Ipsán. Él en un primer tiempo trabajó como esclavo en los campos de caña de una hacienda del Barrio de Santa Mónica. Se casó con una cubana, y entre otros, tuvo un hijo que fue mi papá. Éste se llamaba Javier Ipsán Blanco y se casó con mi mamá: Juana Hernández Blanco". "En los años 1920-30, con el dinero ganado con el duro trabajo de la caña, mi abuelo y padre abrieron una fonda en esta misma Calle 24. Allí daban comida a transeúntes y a trabajadores del lugar".

Los otros hijos de León Ipsán, fueron, Javier (Padre de Oscar, José Antonio, Agnelia, Alicia y Yolanda), Julio, cocinero establecido en el Central La Francia, (Padre de Mario, Estela y Evelia), Celestino, Antonio, José (éste último cocinero en el ejército), Felo, de profesión zapatero, Consuelo, (esposa del señor José Cipriano Pedroso (Lencho), Maria Teresa, (esposa del señor Eladio Álvarez) y María "Rosa" (señora madre del señor René Nardo Ipsán).
          Otros miembros de la familia llevando el apellido Nardo/Ipsán: César, Raúl, Luis, Francisco y    Hortensia, (Nadine). Padre Quintín Nardo.
Javier, de profesión zapatero y talabartero. Trabajó en la talabartería del señor Eusebio Figueroa. Establece su propio negocio en el mismo giro.
La familias Ipsán/Hernández y Nardo/Ipsán, como tantas otras familias palaceñas, basadas en su sólida formación de honestidad, carácter y decoro, contribuyeron a engrandecer la familia palaceña en general, siendo sus hijos muy queridos por la población.
Otra rama del apellido Nardo, en Los Palacios. A finales del Siglo XIX emigraron a Cuba, Lorenzo Nardo y su hermano. Lorenzo se ubicó en Los Palacios, y el hermano se ubicó en  la provincia de Las Villas. Otros hermanos de Lorenzo, Nana (?¿ Juana) y Santa.
Hijos de Lorenzo: Eladio, Pedro, Cristina, Rosa, Pofiria y Pastora. Hijos de Eladio: Miguel Ángel y Leonel.


Familia Breijo Díaz: (Galicia, España)
La familia Breijo Díaz, compuesta por José Breijo y señora Carlota Díaz, y sus hijos Jaime, Isabel, Angustias, América y Manuel, llegó a Los Palacios en el año 1924, procedentes de Calabazar de La Habana, donde eran propietarios José y Jaime, de el tejar de la localidad. Originalmente procedentes de Galicia, España.
Al fallecer en Los Palacios el Señor José Breijo, Jaime y José del Río hacen sociedad y son propietarios del Tejar “El Puente Del Río, Breijo y Cía.", fuente de trabajo para más de 20 empleados. Más tarde se incorpora el señor Jesús Menéndez.
A manera de información señalaremos que el Señor José del Río llega a Los Palacios, procedente de Asturias, España, en el año 1906; su esposa Anuncia en el año 1909. El Señor Jesús Menéndez y señora Angeles del Dago, procedentes también de Asturias, llegan a Los Palacios el 2 de Diciembre del año 1925. José del Río, tío de Jesús Menéndez. Anuncia, tía de Angeles. No existía relación familiar entre las familias Del Río y Menéndez, con la familia Breijo Díaz. Estas laboriosas y excelentes familias no se conocían anteriormente.
América y Manuel, más conocido por Manolo , fallecen muy jóvenes. América con tan sólo 22 años y Manolo con 20 años. Isabel Breijo contrae nupcias con el Señor Manuel González, de oficio zapatero. Tienen tres hijos, Pedro, Juana y Josefina . En el año 1937 fallece Isabel y los hijos van a vivir con la familia Breijo Morales.
En el año 1934, contraen matrimonio Jaime Breijo y Angelina Morales Ramírez, (Lily), natural ella del pueblo de San Cristóbal, Provincia de Pinar del Río y el día 6 del mes Noviembre del año 1936, nace José Breijo Morales (Pupy). José del Río y Angustias Breijo, son los padrinos de Pupy.
En el mes de Agosto del año 1956, Pupy se traslada a la ciudad de La Habana y comienza a trabajar en la oficina de la Panadería Toyo, contrayendo matrimonio el día 28 del mes de Junio del año 1958, con Emelina González Priedes, natural de Artemisa, Provincia de Pinar del Río. Emelina estudió en la ciudad de Pinar del Río, desempeñando su profesión de maestra por muchos años. Su padre, el Señor Rafael González, era conocido por “El Piñero”. De este matrimonio nacen en la Quinta Covadonga, de la ciudad de La Habana, pero inscriptos en Los Palacios, Cecilia y Jaime. Pupy y Emelina residen en la ciudad de Miami, Florida.. Cecilia permanece en la ciudad de La Habana, con sus hijos Erick y Yaremí y su esposo Alfredo Reyes. Jaime vive en la ciudad de Miami, con su segunda esposa Maribel y su niña de 4 años, Ibel. De su primer matrimonio tiene una hija de 18 años, llamada Yeney y vive en Cuba con su madre Mireya Rodríguez.
Ya residiendo en la Calle Iglesias No. 12, (actual Calle 32), Angustias contrae matrimonio con Valentín del Río, hermano de José del Río, este último padre de Pepe Ríos. Valentin y Angustias no tuvieron hijos.
Pedro González Breijo, contrae nupcias con Delia Robaina, natural de Herradura, Provincia de Pinar del Río. Pedro y Delia se trasladan a los Estados Unidos en el año 1953, residiendo en la ciudad de Nueva York. En Abril del año 1958 nace su hijo Julius González, actualmente un prominente abogado radicado en la ciudad de Miami, en el estado de la Florida, en los Estados Unidos.
Juana González Breijo contrae matrimonio en el año 1946 con el señor Lorenzo Díaz (Chichí). Juanita y Lorenzo, con sus hijos Sandra, Henry y Niurka, y sus respecivas familias, residen actualmente en la ciudad de Hialeah, en el estado de La Florida.
Josefina González Breijo, decide trasladarse a la ciudad de Miami, en los Estados Unidos y contrae nupcias con Luis Egusquiza. Tienen dos hijos, Luis y Ricardo, ambos residentes en la ciudad de Nueva York.
El día 4 del mes de Abril del año 1959, fallece Angustias Breijo. El 22 de Noviembre de 1959, fallece el señor Jaime Breijo. En el cementerio de Los Palacios, descansan los restos de Carlota Díaz de Breijo, José, Manuel, América, Angustias, Isabel y Jaime Breijo. El Señor José del Río fallece en el mes de Agosto del año 1959. El señor Jesús Menéndez fallece el 13 de Noviembre del año 1994, en la ciudad de Miami.
La familia es la base de la sociedad en todos los países, y en Cuba, y muy especialmente en Los Palacios, los miembros de la Familia Breijo Díaz, con su ejemplar comportamiento, supo ganarse el reconocimiento, y respeto de todo el pueblo de Los Palacios, a cuya existencia contribuyó excepcionalmente.

Familia Bárcena-Dancausse (Española/Cubana. (Origen Francés).
El Señor Antonio Bárcena Aguirre, nació en Menegarai, Alava, España, el día 13 del mes de Junio del año 1874. Llegó a Cuba en el año 1889, a la edad de 15 años, con su hermano Manuel, quedando en España, el resto de la familia. Padres Don Manuel de Bárcena Latato y Doña María Aguirre Santa Coloma y hermano Pedro de Bárcena Aguirre.
El señor Bárcena se estableció en Los Palacios, trabajando como comerciante; estuvo con la familia del español Juan González. Conoció a la joven Gabriela Micaela Dancausse Ferro, nacida en Los Palacios, el día 29 de diciembre de 1889, hija de Blas Dancausse San Martín, natural de Francia y de Carmen Ferro Orozco, natural de Los Palacios, con la cual contrajo matrimonio el día 18 de Octubre del año 1913, en la Iglesia de Jesús de Nazareno en Los Palacios. De este matrimonio nacieron 6 hijos: 1 hembra y 5 varones: Antonio Moisés, Georgina, Manuel G., Antonio C., Miguel y Leonel A.
La señora Gabriela tuvo dos hermanos, Benita Dancausse Ferro y Miguel Dancausse Ferro, éste último casado con Juana Fiallo Borges. De este matrimonio nacieron 6 hijos: Blas, Miguel, Juan, Abelardo, Jorge y Juana, de apellidos Dancausse Fiallo, todos nacidos en Los Palacios. Juana se casó con Vicente Capote.
El señor Bárcena, hubo de establecerse en la llamada "Esquina de Bárcena", en las Calles Warren y Antonio Maceo, (actuales Calles 20 y 23). Después de estar establecido por muchos años, teniendo en su oportunidad como dependentiente al Señor Tomás Villarreal, persona muy amable y que los antiguos palaceños recuerdan con verdadero afecto; el negocio le iba muy bien, pero al correr de los años la situación cambió y poco faltó para morir en la ruina. En estas condiciones tuvo que irse a trabajar en las obras de construcción de la Carretera Central, la construcción de la línea del ferrocarril del Central La Francia y por último como dependiente del Centro Comercial del central. Los hermanos Miguel y Manuel continuaron con el negocio del bar y el local donde existía la bodega fue alquilado a Julián El Chino y después pasó a ocuparlo el Señor Vicente Lam, el cual años después al trasladarse para Artemisa, la familia Bárcena le compraron la mercancía existente y continuaron con el bar y la bodega, pudiendo salir adelante con los extraordinarios esfuerzos del resto de la familia.
Antonio Moisés, el hijo mayor, se hizo sastre; Georgina se convirtió en Maestra Normalista; Manuel y Miguel se establecieron en el comercio; Antonio (Ñico), se convirtió en un excelente carpintero, teniendo como maestros a Jorge, Juan y Abelardo Dancausse; Leonel, el hijo menor, cursó hasta el Sexto Grado, teniendo como maestros a Ana María Valdés, Fé María Rodríguez, Ulpiano Rodríguez, Aurorita Más, Adria Nuñez, Zulema Nuñez y Julio Garriga. En la banda de música que existía en una de las escuelas, Leonel formó parte como redoblante. La que conducía la batura era Lourdes Moya.
La familia Bárcena-Dancausse, muy querida y respetada en la comunidad, contribuyó grandemente al engrandecimiento de la historia palaceña.

Familia Fernández-Caderno (Española. Galicia, Prov. de Orense).
Padres: José Benito Fernández y Julia Caderno. 8 Hermanos: 3 Varones y 5 Hembras. Alfredo (falleció a la edad de un año padeciendo difteria). Secundino, Francisco, Digna, Carmen, Pastora, Emilia y Matilde.
En el año 1920, el señor José Benito Fernández, viajó a Cuba con sus tres hijos mayores: Secundino, Francisco (Pancho) y Digna. Anteriormente ya había estado dos veces más en Cuba él sólo y le gustó mucho el país cubano.
Estableció un aserradero de madera en la conocida Loma del Toro, Barrio Limones, en el Municipio de Los Palacios. Cinco años después, el resto de la familia Fernández-Caderno, compuesto de la esposa Julia y sus hijas Carmen, Pastora, Emilia y Matilde, llegó a Cuba, ubicándose todos por el término de un año, en la región de la Sierra del Rosario, perteneciente al Término Municipal de Los Palacios.
La familia hubo de trasladarse después para el lugar conocido por Inclán, en el propio Barrio Limones, donde el Señor Fernández estableció de nuevo y mantuvo, su negocio de madera por espacio de catorce años.
Como tantas otras familias honestras y trabajadoras, luchadoras incansables, atravezó la familia Fernández, por situaciones buenas y malas, pero siempre saliendo adelante por sus esfuerzos de personas emprendedoras, queriendo el Señor Fernández establecer un futuro seguro y adecuado para el resto de la familia.
En este lugar de Inclán, experimentó ciertas dificultades y no le fue nada bien al Señor Fernández con el negocio. En esta situación, (año 1940), solicitó y obtuvo un préstamo bancario, poniendo de garantía todo cuanto poseía: Su casa, el taller de madera, un camión para subir de nuevo a las lomas para instalar otra vez su aserradero y explotar montes madereros. En esta ocasión tuvo hasta que hacer caminos, para llegar al lugar que él quería y lo eran necesarios.
Eran fincas del General Monte y de José Manuel Cortina, por el territorio de San Diego de los Baños, T.M., de Consolación del Sur. Allí trabajó por varios años juntos a sus hijos y demás empleados, bajando de nuevo al llano. Por primera vez en su vida podía respirar tranquilo, satisfecho de su esfuerzo y por el resultado de su trabajo.
Cuando estaba empezando a disfrutar el producto que tanta lucha, esfuerzos y sacrificios le habia costado a él y a su familia, llegó el año 1959, teniendo lugar la intervención del negocio, arrebatándole con ello todo lo que representaba una vida consagrada al trabajo digno y honesto. El señor Fernández quedó aniquilado por completo. Hubo de sentarse en un sillón en el portal de su casa y de allí no se movía, nada más que para lo necesario.
Por la naturaleza de su negocio y de persona honesta y trabajadora, cabeza pirncipal de una familia que se había ganado el respeto, consdieración y cariño de todos los residentes del T.M., de Los Palacios, disfrutaba el señor Fernández de la amistad de importantes figuras pertenecientes a distintos grupos políticos, militares y de negocios de la provincia y de la nación cubana. Entre ellos, el General Herrera, el Comandante Chipi y más tarde el General Cabrera, al cual conoció cuando aún éste era asargento del ejército cubano. El señor José Benito Fernández, fallecio a la edad de 91 años, en el año 1969. Su esposa Julia a los 82 años, en el año 1962.

Familia Valverde
(Según Fragmentos del Libro Jesús Nazareno de Los Palacios, 250 Años de Historia).
Por el P. Joaquín Gaiga
El abuelo según manifestaciones de miembros de la familia, fue un herborista, en la ciudad de La Habana. Su hijo Armando Valverde, se graduó de Médico en La Habana, casi a finales del año 1800 y se fue a ejercer la profesión a Los Palacios. Allí conoció a Maria de la Consolación Medel Martín, con la cual se casó.
En Los Palacios nacieron sus ocho hijos: Armando, Ofelia, Manuel, Mariano, (Urólogo en el Hospital Calixto García de La Habana), Hortensia, Ofelia, Carolina (Chaly) y Sara. Familia con gran participación en el desenvolvimiento de la iglesia católica de la localidad, asi como en la educación.

Familia Vidal-Medina (Española-Cubana).
El Señor Mariano Vidal Liñares, padre de Zoa Caridad, nació el día 2 del mes de diciembre del año 1896, en San Félix de Brión, una preciosa aldea a 20 minutos de Santiago de Compostela, la cual pertenece a La Coruña, parte norte de España. Su familia, compuesta por sus padres José María Vidal y Concepción (Conchita) Liñares y sus dos hermanos Manuel y Peregrina Vidal Liñares.
Llega a Cuba el Señor Mariano Vidal, y vive en Cidra, Provincia de Matanzas, acompañado de su padre José María Vidal a la edad de 14 años más o menos, por el año 1910. Su padre le enseña la mecánica, así como todo lo referente a centrales azucareros y lo dejó encaminado con las buenas familias de García y Betancourt, partiendo para España, falleciendo al poco tiempo.
Mariano trabaja en la provincia de Matanzas, en el Central Porvenir. Por los años 1921/1922, llega al Central La Francia, traído entonces por el Primer Maquinista Guillermo Samalea y llegó a ser Primer Mecánico y Jefe de Caldera y Hornos en dicho central.
Conoce el Señor Vidal a la Señora María Isabel Medina Cárdenas, la cual había nacido en Paso Real de San Diego y se había tasladado a vivir al Batey del Central La Francia, con sus padres Juan Ciprián Medina Medina y Rosario Cárdenas Acosta. La familia Medina /Cárdenas tuvo 9 hijos.
Después de nueve meses de noviazgo, contraen matrimonio en la Iglesia de Jesús Nazarero, el día 7 de Septiembre del año 1924, oficiando en la ceremonia el Padro José Fernández (El Padre Pepe). De esta unión nacieron 3 hembras y dos varones, cuyos nombres fueron: Marianito, Ofelia, José Ramón, Carmita y Zoa Caridad (Cary). Los cuatro primeros murieron de 3 o 4 meses de nacidos.
El Señor Mariano Vidal, murió el dia 10 de Abril del año 1977, en la ciudad de Chicago, Illinois, Estados Unidos y la señora Isabel Medina, fallecidó el día 3 de Abril del año 1994, en la misma ciudad, siendo sepultada en la ciudad de Miami, Florida.

Familia García Amarán
Abuelos: Pedro (Perico) García = Francisca Amarán
8 Hermanos: 6 Varones, 2 Hembras. Bienvenido, Martín, José María, Pedro, Macorina, Ramón (Padre de Tito Ramón García, conductor de los Omnibus Los Palacios/San Diego), Nicolasa y Nicanora.
El Señor Pedro (Perico) García, en los finales del Siglo XIX, comenzó vendiendo ambulante distintos artículos, en un caballo por el campo, por la zona del Barrio Sierra, mientras que su esposa Francisca, atendía una bodeguita que tenían en la casa, situada en el lugar popularmente conocido como Crucero de Perido García, en la antigua Carretera Central, (Habana-Pinar del Río).
Con el tiempo, Pedro García, persona muy trabajadora e inteligente, comenzó a comprar tabaco por la zona y hacer escogidas de 7 y 8 meses de duración, ubicadas en el mismo Crucero de Perido García, relacionándose al mismo tiempo con almacenistas de La Habana, a los cuales les vendía el tabaco.
Al enfermarse el Señor García, uno de sus hijos (Bienvenido), se hizo cargo del negocio. Bienvenido más tarde se dedicó a la política en la Provincia de Pinar del Río, prinicipalmente en el Municipio de Los Palacios, siendo miembro del Partido Demócrata, trabajando con los Senadores por Pinar del Río, Arturo Pérez Galán y Simeón (Macho) Ferro.

jueves, 11 de febrero de 2010


TOPÓNIMOS PALACEÑOS Y LA PRESENCIA
DE LENGUAS ABORíGENES EN ELLOS

Por Raúl Joaquín Nardo Martínez
Licenciado en Literatura y Lengua Española

En nuestro país, en los últimos años la toponimia ha sido motivo de interés para lingüistas, historiadores, geógrafos y otros especialistas. Topónimos es la designación conformada por una o más palabras que definen o particularizan determinada entidad geográfica. Estos están relacionados de alguna manera con la vida de sus habitantes, con la geografía o la historia del lugar y ofrecen o aportan una rica e interesante información. Reciben distintas clasificaciones según su significado o según el hecho que aludan, por lo que haciendo un análisis del origen de distintos nombres de la localidad, podemos determinar variados orígenes o motivaciones.

Así vemos que Los Palacios fue fundado en 1760, en la orilla izquierda del río Maconi o Macurijes. El motivo del nombre, según la tradición oral, se debe a una familia de apellido Palacios, de origen español que se asentaba en la margen del río y por encontrarse este asentamiento en el Camino Real a la Vuelta Abajo, las personas que iban y venían comenzaron a denominar el lugar como sitio de Los Palacios.


El sabio Tranquilino Sandalio de Noda lo describió como un pueblo pequeño con casas de techos de tejas y pórticos y en el año 1760 aún quedaban unas pocas familias descendientes de indígenas. Lo que quiere decir, según la descripción de Sandalio de Noda, que en su fundación todavía existían familias indígenas y lo que se corresponde con la existencia de algunas voces aborígenes, en nuestra lengua actual.


Las estrechas relaciones socio-económicas entre los conquistadores y los conquistados, generaron el lógico proceso de transculturación en que ambos grupos intercambiaron entre sí objetos y conocimientos. Este proceso generó asimismo el de interferencia lingüística. Durante el acto de comunicación el aborígen abordado era el “informante” y el hispanohablante era el “receptor”. Ambos estaban separados por diferencias de carácter cultural y principalmente lingüísticas, aunque utilizaran un mismo sistema de comunicación: el lenguaje gestual acompañado de palabras, por lo que no siempre era interpretado exactamente por el español.

Cuando se habla de la fundación del pueblo, se menciona una palabra indígena que es el río Macurijes, antiguo nombre del río de Los Palacios y denominación que lleva también una zona de la localidad. Esta se debe a la interpretación de la voz Macori o Maconi, que en muchos casos los conquistadores cambiaban la O por la U, por lo que es una voz corrompida del indígena Macorí que significa árbol silvestre en las orillas de los arroyos, muy conocido en el Departamento Occidental, con hojas opuestas en ramas negruzcas, alternas, a veces lisas, sin dientes. Según criterios de muchas personas este árbol maderable abundaba en esta sabana. Este vocablo denominador de este árbol es también un gentilicio (macorige o macurige) con el que identificaron los españoles a los habitantes de la provincia de Macorrí en Haiti. También en la República Dominicana existe un lugar con el nombre de San Pedro de Macorís. En la llanura Habana-Matanzas también existió un territorio con el nombre de Macurijes, que aparece en un mapa histórico de la época de los descubrimientos. Macurijes fue uno de los primeros cinco barrios rurales del término municipal.

Cerca de este lugar se encuentra Dayaniguas, ensenada situada al sur de nuestro municipio, que según la historia local fue una merced entregada a Juan Gutierrez Manibardo y conocido como Hato de San Pedro de Dayaniguas. Esta ciénaga la describe Pezuela en su diccionario: “ciénaga interior de alguna extensión a orillas del río Los Palacios”. La voz “Daya” que procede del árabe y en el que “Daya” se traduce por masa de agua permanentemente depositada y “niguas” es un indoamericanismo derivado que tiene dos acepciones:
a) especie de insecto afaníptero americano parecido a la pulga, pero más pequeño y de trompa más larga. Las hembras depositan su cría bajo la epidermis del hombre y algunos animales y ocasionan picazón y serios daños.
b) especie de plantas.


Dentro del hato hay una laguna nombrada Laguna de Niguas. Según la leyenda había una india llamada Yaniguá y esta fue perseguida y muerta por los españoles en este lugar. Según Estéban Pichardo planteaba, este lugar lo mismo se podía llamar Hayaniguas que Dayaniguas. Por lo que se puede deducir que este nombre puede tener su origen en la leyenda indígena, pero tiene más lógica aún el análisis de la etimología de la palabra.

Daya (vocablo árabe) = masa de agua
Niguas (vocablo indígena) = especie de insecto o plantas.

Otra combinación en este territorio es la de “Caimital”, por la existencia de abundantes caimitillos en el lugar y que es una planta que proporciona una madera de óptima calidad. En lengua aborígen la terminación AL significa = cultivo de o abundancia de.

También existe otro sitio conocido por “Guasimal”. Ya vimos que la terminación AL significa abundancia de. Pues en el lugar abundaban las guásimas, que según Estéban Pichardo es voz indígena o sea el sitio donde hay muchas guásimas. La guásima es un árbol silvestre que se encuentra en toda la isla, tal vez la más común y la más ampliamente distribuída especie cubana.

En la costa sur encontramos el Río Carraguao y la llanura que lo rodea lleva su nombre. Este es otro vocablo de la lengua de nuestros aborígenes, que proviene de la voz “guanarao o guanaro”, que es una especie de paloma llamada sanjuanera y que es más pequeña que la torcaza. Todo cabe indicar que este animalito, en gran abundancia, habitaba el lugar, quizás por la proximidad de las aguas y de la vegetación y le dio nombre al lugar. Según los historiadores el cuartón dio nombre al río y al estero.

Una de las terminaciones favoritas de las voces de los primeros pobladores es la de AN. Asi vemos que aparece en otra región, al sur de la localidad, la denominación “Cubanacán”. Este nombre, aunque es de origen aborigen adquirió relevancia después del triunfo de la revolución, porque anteriormente todo se llamaba Hacienda Dayaniguas. Este término, según algunos autores, significa “en el medio o centro de Cuba”, porque NACAN denotaba medianía o centro y para algunos una provincia grande de Cuba. En mapas históricos de la Isla de Cuba en época de los descubrimientos, aparece este topónimo ocupando un territorio muy grande en el centro de la isla.

Si nos trasladamos un poco más al este, encontramos otro sitio nombrado también por los primeros pobladores, como es el caso de “Bacunagua” o “Guacunagua”. Este sitio, según Pichardo, fue merced entregada al Conde de Fernandina y aparece Guacunagua en las actas capitulares. Cuenta la leyenda que los españoles encontraron a una aborigen que iba con unos recipientes con agua y le preguntaron a donde iba y como no entendía, la aborígen respondió: “va con agua”. Lo cierto es que en este lugar, además del río, existen varias lagunas.


La sílaba GUA era común no solamente al Nuevo Mundo, sino al Viejo Mundo. Fue escrita diversamente en varias voces con las letras OA, UA, HUA y OUA. El nombre haitiano Guacamaya se ha escrito Huacamaya. Otros por economía pudieron haber sustituído el GUA por el BA, puede ser el caso de Bacunagua. La terminación “nagua” se puede asociar a la presencia abundante de agua en el lugar.


En el caso de Guacamaya, aunque no parece ser de los lugares más antiguos, es un vocablo procedente de la lengua arauca que sirve para designar un arbusto ornamental y también se utiliza para nombrar una especie de ave. Se supone que los colores del ave fueron asociados por los indígenas a los colores de la planta y así también el nombre de Guacamaya denomina otras plantas ornamentales. Se cree que este lugar deba su nombre a la presencia de plantas de esta especie.

Contiguo al poblado urbano se encuentra otro pequeño barrio rural que es La Majagua. Otro indigenismo que sirve para designar a un árbol de la familia de las malváceas. Este árbol de madera fuerte y muy apreciada y como en otros casos la abundancia y presencia del mismo determinó el origen del nombre.

Otra de la zonas más antiguas en Los Palacios es “El Jagüey”, que en Cuba se toma como símbolo de la ingratitud y la traición, debido a que esta planta parasitaria busca apoyo en otras a las que poco a poco va abrazando hasta ahogar. La terminación EY, con el significado teórico de procedencia, es muy común entre los indoamericanismos araucos conservados en nuestro español: Ejemplo: Siboney, Batey, Carey y otros.


Algunos autores señalaron el jagüey en sus poesías:


El jagüey mudo emblema,
imagen elocuente de vil ingratitud = F. Uturrondo.
Y ojalá, mujer sin ley,
Que pese a tu dulce arrobo,
Te suceda como al jobo
cuando lo enreda el jagüey
= El Cucalambé

Los pobladores atribuyen el motivo del nombre del lugar a la existencia de esta planta o árbol representante de la ingratitud.

Al norte del municipio encontramos al Río San Diego, conocido también como Caiguanabo, perteneciente a los topónimos hidrográficos y en el diccionario provincial de Pichardo, explica que “NABO” es una terminación común de los nombres atribuídos a otros parajes de agua, en el vocabulario indígena. Cerca del charco de Las Doce Palmas en este río y en la hacienda de San Pedro de las Galeras se fundó el pueblo de San Diego de los Baños en el año 1844, que primero se nombraba Baños de San Diego, porque Don Diego de Zayas le adjudicó el santo de su nombre al río y también, según algunas investigaciones realizadas fue un corral mercedado en el año 1641.

Muy cerca del Río Caiguanabo o Río San Diego, se encuentra “La Güira”, nombre que también heredamos de los primeros pobladores y que significa, en voz indígena, árbol común, bajo, claro. El fruto de este árbol también lleva el nombre de güira. En arauco insular, como en las demás lenguas indoamericanas, toda palabra tiene un contenido semántico, dado a la fusión de partículas significativas. Ejemplo: güira/uira, está compuesta por la partícula UI y en lokono significa fruta y RA en lokono quiere decir fruto-piel, fruto-árbol. Este lugar, hoy centro turístico de fama internacional, fue propiedad de Don José Manuel Cortina y lo convirtió en un centro de recreación y de interés cultural. La existencia de este lugar data de muchos años atrás. El escritor Cirilo Villaverde lo menciona en su libro “Excursión a Vuelta Abajo” y que escribió en el año 1839.

BIBLIOGRAFÍA:
-De Bernardo y Estrada D. Rodrigo. Prontuario de Mercedes
-García Velez Carlos. Cuba descriptiva. Datos sobre municipio y barrios.
-Historia Local de Los Palacios.
-Pichardo Estéban. Direccionario Provincial de Voces.
-Valdés Bernal Sergio. Los Indoamericanismos en la Poesía Cubana en los siglos XVII, XVIII y XIX.