"La memoria es el faro que nos guía por el humano mar embravecido, desde la cuna hasta la tumbra fría". Gaspar Núñez de Arce.
Por Jesús Marcos García Vázquez
Ex-Maestro Resp. Logia “Montecristi”
La iglesia católica ha estado presente en cada uno de los grandes acontecimientos que han tenido lugar en Cuba desde su descubrimiento, colonización, ordenamiento social y su formación e idiosincrasia como nación. Llegó a esta caribeña isla el 28 de Octubre de 1492, día de su descubrimiento, viajando a bordo de las tres naves que condujeron a sus costas al intrépido navegante genovés Cristóbal Colón y sus osados marinos. Acompañó al soberbio e impío colonizador en la fundación de los primeros asentamientos poblacionales y estuvo presente en cada creación educacional o social, aun hasta en la selección del nombre a llevar y el santo patrón a rendirle culto por los primeros pueblos constituidos.
Desde mediados del Siglo XVI los colonizadores comenzaron a introducir en Cuba negros esclavos procedentes de África en sustitución de los aborígenes naturales de esta isla, por ser los negros más fuertes y resistentes a los férreos e inhumanos trabajos a que fueron sometidos los indios. El célebre Fray Bartolomé de las Casas, Obispo de Chiapas, fue el que propuso y gestionó, para libertar a los indios de la servidumbre, el traer negros esclavos comprados a todo lo largo de las Costas de África, como si esta parte del género humano debiera carecer de los privilegios de la humanidad por la diferencia del color que les da el nombre.
El Padre las Casas recibió el merecido nombre de “Protector de los Indios”, pero a la vez debe ser considerado como el promotor de la esclavitud negra en América. Pertenecientes a las castas o razas que identificaban a los negros esclavos introducidos en Cuba estaban los congos, locumíes, mandingas, carabalíes, chalaes, ararares y otras muchas. Cada raza o casta era portadora del culto o dogma con que adoraban sus dioses en su suelo natal, siendo de estas religiones primitivas las más difundidas: la santería, practicada por los Yoruba y la Regla de Ochá.
Al convertirse Cuba en república independiente en 1902, en el pueblo de Los Palacios, al igual que en casi todas las poblaciones de la isla, solamente se conocían y practicaban como formas religiosas y de adoración a Dios el catolicismo y cultos africanos. Existía la presencia de masones desde alrededor de veinte años atrás y se encontraban en esos primeros años de la república en fase organizativa, mediante la fundación de una logia que los aglutinara y representara. Sus primeros intentos resultaron fallidos, pero el 16 de Abril de 1906 es fundada la Resp. Logia Montecristi, Fotografía de Archivo, (OGEPE), que pese a las adversidades que se enfrentó desde su fundación se mantiene actualmente activa en su atalaya y prodigando los destellos masónicos al pueblo que representa.
Ex-Maestro Resp. Logia “Montecristi”
La iglesia católica ha estado presente en cada uno de los grandes acontecimientos que han tenido lugar en Cuba desde su descubrimiento, colonización, ordenamiento social y su formación e idiosincrasia como nación. Llegó a esta caribeña isla el 28 de Octubre de 1492, día de su descubrimiento, viajando a bordo de las tres naves que condujeron a sus costas al intrépido navegante genovés Cristóbal Colón y sus osados marinos. Acompañó al soberbio e impío colonizador en la fundación de los primeros asentamientos poblacionales y estuvo presente en cada creación educacional o social, aun hasta en la selección del nombre a llevar y el santo patrón a rendirle culto por los primeros pueblos constituidos.
Desde mediados del Siglo XVI los colonizadores comenzaron a introducir en Cuba negros esclavos procedentes de África en sustitución de los aborígenes naturales de esta isla, por ser los negros más fuertes y resistentes a los férreos e inhumanos trabajos a que fueron sometidos los indios. El célebre Fray Bartolomé de las Casas, Obispo de Chiapas, fue el que propuso y gestionó, para libertar a los indios de la servidumbre, el traer negros esclavos comprados a todo lo largo de las Costas de África, como si esta parte del género humano debiera carecer de los privilegios de la humanidad por la diferencia del color que les da el nombre.
El Padre las Casas recibió el merecido nombre de “Protector de los Indios”, pero a la vez debe ser considerado como el promotor de la esclavitud negra en América. Pertenecientes a las castas o razas que identificaban a los negros esclavos introducidos en Cuba estaban los congos, locumíes, mandingas, carabalíes, chalaes, ararares y otras muchas. Cada raza o casta era portadora del culto o dogma con que adoraban sus dioses en su suelo natal, siendo de estas religiones primitivas las más difundidas: la santería, practicada por los Yoruba y la Regla de Ochá.
Al convertirse Cuba en república independiente en 1902, en el pueblo de Los Palacios, al igual que en casi todas las poblaciones de la isla, solamente se conocían y practicaban como formas religiosas y de adoración a Dios el catolicismo y cultos africanos. Existía la presencia de masones desde alrededor de veinte años atrás y se encontraban en esos primeros años de la república en fase organizativa, mediante la fundación de una logia que los aglutinara y representara. Sus primeros intentos resultaron fallidos, pero el 16 de Abril de 1906 es fundada la Resp. Logia Montecristi, Fotografía de Archivo, (OGEPE), que pese a las adversidades que se enfrentó desde su fundación se mantiene actualmente activa en su atalaya y prodigando los destellos masónicos al pueblo que representa.
La Gran Logia de la Isla de Cuba funda el 17 de Septiembre de 1907 en Los Palacios la Logia Luz de Los Palacios. El Serenísimo Gran Oriente responde y funda en Paso Real de San Diego con fecha 23 de Septiembre de 1908 la Logia San Andrés. Termina el año 1908 con tres logias masónicas en Los Palacios, dos en el casco urbano y una en el barrio de Paso Real de San Diego. Las pugnas existentes entre los masones palaceños por imponer el dominio de sus Grandes Logias, hacen que sus empeños de fundaciones logiales fracasen; la Logia Montecristi se desintegra el 26 de Junio de 1910, la Logia Luz de Los Palacios lo hace el 30 de Octubre de 1910 y por último la Logia San Andrés inclina sus columnas en Diciembre del mismo año 1910. La Logia Montecristi se reorganiza en 1912 y nuevamente se disuelve en 1917. A finales de 1924 masones dispersos de las tres logias disueltas se reúnen y se reorganizan, de esta reunión vuelve a cobrar vida la Logia Montecristi, quien a partir de ese instante se ha mantenido vertical hasta el día de hoy, a pesar de los momentos de penurias sufridos. En sus inicios trabaja en varios lugares del pueblo, el mayor tiempo transcurrió en la Calle 21, esquina a 30. Gracias a el esfuerzo de sus miembros se construyó la hermosa y cómoda casa templo que hoy ocupa en la Calle 20, entre 21 y 23.
En los primeros años de la década de 1940 se dan a conocer en Los Palacios los Caballeros de la Luz, miembros de una institución de corte fraternal con grandes influencias masónicas y netamente cubana . La Orden Caballeros de la Luz fue fundada a finales del Siglo XIX en los Estados Unidos por el masón y patriota exiliado José González Curbelo con el noble propósito de aglutinar en sus filas a hombres dispuestos a luchar por la independencia de la patria.
Los palaceños Caballeros de la Luz, nucleados en su gran mayoría por personal que se desenvolvían en las distintas esferas del comercio, en 1946 fundan una Logia en Los Palacios que bautizan con el nombre de Resp. Logia Antonio Valdés Valdés. Fotografía de Archivo, (OGEPE) en honor a este prestigioso ciudadano, masón y eminente educador que por muchos años ejerció su magisterio en territorio palaceño. En sus inicios esta logia sesionó en diferentes lugares hasta que construyeron su edificio en la Calle 26, casi esquina a la Calle 21, lugar donde se encuentra actualmente.
En los primeros años de la década de 1940 se dan a conocer en Los Palacios los Caballeros de la Luz, miembros de una institución de corte fraternal con grandes influencias masónicas y netamente cubana . La Orden Caballeros de la Luz fue fundada a finales del Siglo XIX en los Estados Unidos por el masón y patriota exiliado José González Curbelo con el noble propósito de aglutinar en sus filas a hombres dispuestos a luchar por la independencia de la patria.
Los palaceños Caballeros de la Luz, nucleados en su gran mayoría por personal que se desenvolvían en las distintas esferas del comercio, en 1946 fundan una Logia en Los Palacios que bautizan con el nombre de Resp. Logia Antonio Valdés Valdés. Fotografía de Archivo, (OGEPE) en honor a este prestigioso ciudadano, masón y eminente educador que por muchos años ejerció su magisterio en territorio palaceño. En sus inicios esta logia sesionó en diferentes lugares hasta que construyeron su edificio en la Calle 26, casi esquina a la Calle 21, lugar donde se encuentra actualmente.
Las logias de la Orden Caballeros de la Luz y de los Odd-Fellows no permitían en su seno la presencia de hombres de la raza negra. Algunos masones fueron miembros. Esta discriminación social, cometida en un lugar que se le rinde culto a la fraternidad, trajo por consiguiente discrepancias con la Resp. Logia Montecristi y en sus inicios las relaciones de estas logias con la masónica no eran cordiales.
Muchos masones y aun, años más tarde, hombres pertenecientes a estas ordenes fraternales empezaron a combatir esta exclusión. Para ello fundaron grandes logias y logias similares, pero con la peculariedad que no excluyeran de sus filas a los negros, y fue fundada la Soberana Gran Logia de la Orden Caballeros de la Luz en la República de Cuba. El 27 de Febrero de 1954 en Los Palacios los masones; Juan Martínez, Agustín Calderón, Israel Pérez, Osvaldo Gotera y otros fundan la Resp. Logia “El Titán de Bronce”, bajo los auspicios de esta recién fundada Gran Logia de los Caballeros de la Luz. Esta logia inició la construcción de su Casa Templo, en la Calle Serafín Garcia, cerca de la línea del ferrocarril, pero sólo levantó las paredes.
La primera manifestación de existencia de la Orden de los Odd-Fellows en América fue dada a conocer en el sur de los Estados Unidos por Thomas Wilder en el Siglo XVIII. Rápidamente se extendió a gran parte del territorio norteamericano. A Cuba llegó procedente de los Estados Unidos y con fecha 21 de Noviembre de 1948 es fundada en la Calle Serafín García # 14 la Resp. Logia Hijos de Los Palacios # 88 de la Independiente Orden de los Odd-Fellows. Fotografía de Archivo, (OGEPE).El primer hijo de Los Palacios que recibió la iniciación en esta institución, lo fue Humberto Izquierdo Cruz, que por muchos años se desempeñó como boticario, y se convirtió en el primer Noble Grande de la recién fundada logia. Los oddfellows trabajaron en varios lugares, hasta que con su esfuerzo propio construyen su edificación logial en la Calle 26.
Hijos ilustres de Paso Real y dignos miembros de la Orden Caballeros de la Luz, guiados por el dinamismo de Fausto A. Rodríguez Echevarría, fundaron el 5 de Julio de 1953 en este pueblo una logia de esta rama fraternal, a la que le impusieron como patronímico el de Resp. Logia Carlos Llauró Galicia, en reconocimiento a tan insigne personalidad que por muchos años se desempeñó como maestro en el poblado. Llauró Galicia fue miembro de la Logia Montecristi en 1906 y posteriormente estuvo en 1908 entre los fundadores de la Logia San Andrés en Paso Real, siendo su Venerable Maestro. De la nueva creación fraternal el florido orador Rodríguez Echevarría fue su primer luminar. La Resp. Logia Carlos Llauró Galicia. Fotografía de Archivo, (OGEPE), durante su existencia ha reunido en su seno a muchos hombres respetables y diligentes, que mancomunados entre si y utilizando el concurso de sus desprendimientos espirituales, ha realizado este pequeño y apartado taller fraternal una excelente y meritísima labor. En San Diego de los Baños en 1957 se fundó una logia perteneciente a los Caballeros de la Luz, teniendo esta logia poco tiempo de duración.
Las logias fundadas en Los Palacios (Masones, Caballeros de la Luz y Oddfellows) eran exclusivamente para hombres. No obstante, cada una de ellas constituyó y auspicio una logia femenina de adopción; Hijas de la Acacia, Rebekah y Sacerdotisas del Hogar. También se crearon logias juveniles, que ayudaban a una mejor y más completa formación social y ética de sus integrantes en esa difícil edad de la adolescencia. Además de convertirse las logias juveniles en canteras idóneas, de donde robustecían su membresía las logias patrocinadoras. Orden Masónica: AJEF.