Osvaldo Gotera Perugorría
Por: Jesús Marcos García Vazquez
Maestro de la Rep. Logia “Montecristi” y
Omar Rubio Alvarez
Secretario de la Comisión de Cultura
de la Fraternidad Palaceña.
El mundo solo respeta a los que
fundan y batallan”.
José Martí.
Todos los hombres somos iguales: semejante declaración constituye el más alto homenaje que la humanidad haya tenido. Su más perfecto basamento filosófico lo establece la Biblia al considerar la criatura humana hecha a imagen y semejanza de su Creador. La Revolución Francesa reafirma este postulado, cuyo significado más profundo lo atesora y practica la Masonería Universal. Pero este principio inalienable se comprende y se manifiesta desde el punto de vista pietista, fraternal, caritativo y divino, porque en esencia, en el universo creado por Dios, nada es absolutamente igual a su semejanza.
Todos los hombres reciben, acorde con la palabra de Dios; dones, carismas, talentos, ministerios e infinidad de gracias de manera multiforme, agregándosele su libre albedrío: la más perfecta forma de libertad individual, que el hombre utiliza según el derrotero que quiera dar a su vida. De manera que es el hombre quien debe encauzar y dirigir su destino, autosuperarse intelectualmente, en pos de un crecimiento ilimitado de acuerdo con su voluntad y autoestima.
Uno de esos hombres que han correspondido con esas afirmaciones señaladas se llama Osvaldo Gotera. Hijo del pequeño pueblo de Santa Cruz de los Pinos, en el Municipio de San Cristóbal y quien de muy niño vino a residir primero al Central La Francia, después al pueblo de Paso Real de San Diego, cuando su señor padre, que era militar, fue trasladado a esos lugares. Regresa al pueblo de Santa Cruz de los Pinos, por un período de tiempo, lugar desde donde llega en definitiva al pueblo de Los Palacios. En Los Palacios transcurre la segunda parte de su niñez, adolescencia y pubertad. Llegando a una edad adulta mostrando una correcta formación. Persona jovial y agradable y fiel, practicante de la amistad y la caballerosidad. Muy acentuado en él el concepto de la gratitud. Amante de la cultura y de las actividades sociales. El deporte siempre le llamó poderosamente la atención y en su juventud practicó muy activamente el béisbol. Trabajó en la oficina de Notaría y Abogado del palaceño Armando Lemus y del Castillo, donde tuvo la extraordinaria oportunidad de compartir y trabajar en bodas en Los Palacios con Agustín Acosta, Notario Público, llamado el Poeta Nacional de Cuba, por sus excelentes poesías, entre ellas ´La Carreta¨.
Con un concepto antiracista convencido y defensor vehemente de los derechos de las personas pertenecientes a otras razas, principalmente la de color, en igualdad de condiciones a las personas de la raza blanca. Uno de sus ídolos predilectos siempre lo ha sido el General Antonio Maceo. Odia la discriminación racial y nunca ha concebido que un masón milite en lugares y organizaciones donde se excluya a un hombre por el color de su piel.
En 1954, en unión de los queridos hermanos Juan Martínez y Agustín Calderón, así como de otros palaceños en su mayoría masones, es uno de los fundadores en Los Palacios, de una logia perteneciente a la Orden Caballeros de la Luz en la República de Cuba. Presentando esta logia la peculariedad de admitir hombres de la raza negra entre su membresía, no permitidos en ese entonces dentro de las filas de la Orden Caballeros de la Luz. Esta logia se llamó “El Titán de Bronce” y con fecha 27 de Febrero de 1955, reciben para su funcionamiento Carta Dispensa, extendida por la Soberana Gran Logia de la Orden Caballeros de la Luz en la República de Cuba.
Contrajo nupcias el día 29 de Agosto del año 1953 con una brillante educadora palaceña y mujer de arraigados méritos personales, la profesora Hilda Maria Guerra Pérez. De cuya unión hubo de nacer su único hijo Osvaldo Lázaro Gotera Guerra, orgullo de persona. Osvaldito cursó estudios en dos universidades del Estado de Illinois en los Estados Unidos: La Universidad de Northwestern, en Evanston y la Universidad de Chicago, en la ciudad de Chicago, lugares donde se graduó de Ingeniero Eléctrico y obtuvo un Master en Administración de Negocios, respectivamente. Actualmente se desempeña exitosamente en la Compañia Petrolera BP Amoco, que radica en Londres, Inglaterra, con oficinas en la ciudad de Houston, Texas.
Por la forma de pensar y actuar de Osvaldo, la masonería no podía serle ajena y hacia ella dirigió su proa visionaria. Siendo iniciado en la Logia “Montecristi”, el día 9 de Noviembre del año 1956, ascendido a Compañero Masón en Abril 10 de 1957 y exaltado al Sublime Grado de Maestro Masón el 26 de Marzo de 1958. Causando baja física de su Madre Logia “Montecristi”, por Carta de Retiro, el 5 de Febrero de 1969, al abandonar su patria rumbo a España. Posee el Grado 18, de la Rama Filosófica de la Orden, otorgado por el Capítulo “Jorge R. Costa No. 92, con sede en el pueblo de San Cristóbal, Provincia de Pinar del Rio, en la década de los años 1960.
El hermano Gotera, como lo habían hecho ya cientos de miles de compatriotas, se vio impelido de tomar el camino del exilio. No ha olvidado jamás a su patria ni a su amantísimo pueblo y nos atrevemos a afirmar que su cuerpo y espíritu se fueron con él, pero su corazón sigue latiendo en las calles de su pueblo. Late y hace que su alma se llene de nostalgia ante el recuerdo de su Club Hispano Cubano, de su entrañabla Logia “Montecristi”, de los juegos de béisbol en el Estadio Rosendo Collazo, de las tertulias y conversaciones con el sapientísimo Ramón Alonso, Efrén Toledo, Alberto García, Orlando Nuñez, Evelio Velis y cuantos más. De las magistrales y bulliciosas verbenas palaceñas. De los personajes pintorescos que llenaban de buen humor criollo el entorno palaceño: Cuco Facundo, Gallo Fino, Rumbero, Pancho Salsita, Lucho el de la Filarmónica (Lucilo de la Peña Hueca), y muchos más. El recuerdo de cuando era empleado de la Oficina de Salubridad y sus compañeros de trabajo, entre ellos los recogedores de basura, Cristóbal Solano (Popa), Teófilo Reinoso y Paciano Prier. Asimismo trabajó temporalmente en distintas oficinas públicas, como el Juzgado Municipal, Junta de Educación, etc. De la vida nocturna palaceña en las primeras horas de la noche y las controversiales polémicas en el paseo de la Calle Antonio Maceo. Del antiquísimo cilindro de tracción a vapor, propiedad del constructor Matías Guerra, que en su paso lento iba dejando tras de sí un reguero de tizones y por su chimenea salían briznas ardientes que se elevaban a gran altura. Azote de los niños descalzos y peligro potencial para las casas cubiertas con techos de las pencas de la señorial Palma Real.
De todos los sentimientos humanos existentes en el corazón de un hombre, ninguno es más natural que el amor que siente por el pueblo en que vivió su primeros años, pasó su juventud y se hizo adulto. El pueblo le trae a su mente los recuerdos más íntimos y le estremece sus emociones más hondas. No se le ama porque nació o creció en él, sino porque allí se formó su personalidad juvenil, que deja profundas huellas en todo el curso de su vida. Sobre este tema del sentimiento humano, un pensador latinoamericano escribió: “El tesoro de nuestros recuerdos iniciales está formado por impresiones del lugar donde nacimos y nos criamos; cada vez que el ánimo afectado busca refugio en la propia vida interior, revivimos las escenas del hogar, de la escuela, de la calle, como si las remembranzas de la edad primera pudiesen aliviarnos en el andar accidentado de los años viriles”. Los efectos del sentimiento lugareño se sienten más en la distancia. Viviendo lejos, muy lejos, en ciertas horas de meditación llega a convertirse en esa angustia indefinible que se llama nostalgia.
En el tiempo que residió en España no mantuvo comunicación directa con su logia. En esos momentos la Madre Patria vivía bajo la dictadura de Francisco Franco y la masonería era fuertemente perseguida. No obstante le escribía a hermanos de “Montecristi” y le hacía llegar mensajes a la misma. Tan pronto pasó a residir a Chicago, Estados Unidos, de inmediato le escribe a la logia. A partir de ese momento su comunicación era muy continua.
Un hombre como el hermano Gotera, dotado de grandes cualidades y virtudes humanas, no puede estar ajeno por mucho tiempo de actividades fraternales, sociales y filantrópicas. En Chicago, lugar donde residió por muchos años, perteneció y fue un miembro descollante (todavía lo es, aunque reside en Texas), de la Resp. Logia “Antonio Maceo”. Logia fundada y nucleada por cubanos. En la Ciudad de los Vientos, también fundó, en unión del querido hermano Efrén Toledo y otros palaceños, la Asociación de Palaceños en la Ciudad de Chicago. Esta fundación se dedicaba a fines culturales, sociales y humanitarios, además de centro de unificación de los palaceños residentes en esa gran urbe. Palaceños y palaceñas que se distinguieron en su terruño en actividades culturales y sociales, fueron reconocidos y galardonados por esta asociación. Además, palaceños residentes en su lugar de origen recibieron los beneficios humanitarios de la Asociación al recibir medicamentos necesitados, no existentes a disposición en Cuba y que eran entregados por el Hno: René González Ledesma, obtenidos a través del hermano Gotera.
Palaceño ilustre, siempre ha estado pendiente de la historia del pueblo y preocupado por todos sus acontecimientos. Ha escrito dos libros sobre la historia de Los Palacios, sus personajes y hechos más sobresalientes. Estos libros se encuentran en Los Palacios, en la Biblioteca VH:. Dr. Pedro Morales Escobar de la Logia “Montecristi” y han sido leídos por una considerable cantidad de palaceños.
Desde hace varios años fijó su residencia en Katy, Houston, Texas y desde ese lugar ha logrado aglutinar a los hermanos de “Montecristi”, residentes en el exterior bajo la égida de la Asociación de Masones de Montecristi en el Exterior. Mensualmente escribe una publicación con el nombre “El Grupo Montecristi” y por conducto de sus páginas, de gran calidad técnica y literaria, conocen los hermanos del taller palaceño, diseminados en la diáspora de las actividades y marcha de su logia. Acompañan a esta publicación escritos de interés masónico, patriótico, histórico y social. En las veces que ha visitado Los Palacios, en su largo exilio, siempre ha tenido contactos con sus hermanos y ha visitado su Madre Logia.
La Logia “Montecristi” lo nombró en el mes de Febrero de 1998 Maestro Ad-Vitam, al igual que al Hno. Efrén Toledo Valdés, en reciprocidad y tributo a su abnegado y magnífico trabajo y preocupación. Muy querido y recordado en “Montecristi”, aun para los masones jóvenes que no lo conocen personalmente, pero saben de su amor, abnegación y sacrificio por su logia y su pueblo. El hermano Osvaldo Gotera, rememorando a nuestro Apóstol, pertenece al reducido y selecto grupo de los que fundan y construyen, de los que brillan con luz propia y de los que jamás olvidan el intenso celaje gris que nos cubre.