domingo, 22 de noviembre de 2009

La Primera Orquesta en Los Palacios

El censo de 1862 recoge en su empadronamiento que en Los Palacios existían en esa época seis músicos; 5 blancos y uno negro, pero eran señalados dentro de las distintas ocupaciones u oficios existentes en la localidad. Se hace también mención de 35 costureras; 25 blancas y 10 negras, 14 tejedores de sombreros; 12 blancos y 2 negros. Los palaceños, desde los primeros momentos, dieron muestras de sus inclinaciones festivas y artesanales, fundamentalmente en la música popular y en la artesanía popular tradicional. Es bien conocida la tradición palaceña, de generación en generación, de poseer diestras costureras en la confección de esa prenda de vestir tan criolla como es la guayabera, utilizando tejidos importados e hilos de algodón y lino, botonadura de hueso, carey y tarro. Desde la segunda mitad del Siglo XIX hay referencia de costureras que se destacaban en estos menesteres.


En el campo de la música la primera orquesta que se tiene noticias, fue creada por una Sociedad de Tabaqueros.

El acta de constitución dice así: “En el pueblo de Los Palacios el 3 de Enero de 1864 ante mí, el Capitán y dos testigos de asistencia, comparecieron Don Jaime Bonn, Don Victoriano Machó, Juan Piñera, Don Domingo Suteras, Don Vicente Piñeras, Don José Molinero, Don Ángel Pérez, Don Carlos y Don Tarafa, Don Antonio Hernández, Don Fernando Fonte, Don Antonio Lines, Don Eusebio, Don Pedro y Don José Cruz, Don Manuel y María Guzmán, Don Pedro Midiuno y Don Inocencio Álvarez. Expusieron los primeros que se constituyen y obligan a satisfacer el último por mensualidades de cuarenta y dos pesos y cuatro reales.

 
La suma de treinta onzas españolas al año. Obligándosele a Antonio Álvarez a presentar una orquesta con cornetín, dos clarinetes, un bajo y los timbales con los  que tocarán las festividades y bailes siguientes: el estreno día Jueves Santo, la procesión del jueves. Misa del Sábado de Gloria, procesión y/o misa el Domingo de Resurrección, Misa y Procesión del Santo Patrono, Misas de Aguinaldo y Noche Buena y Segundo Día de Pascuas, más dieciséis bailes distribuidos en el orden siguiente; día de los Santos Reyes, 3 en el Carnaval, 3 en Pascuas de Resurrección, 3 en el Santo Patrono, 1 el día del Corpus Christi, 3 en la Pascua de Navidad, 1 en el día del Año Nuevo y otro cuando se encuentre  el Señor Obispo. Como nota curiosa se establece en el propio expediente que en los bailes debía cobrarse 2.00 pesos y un (1) real a cada bailador que no fuera socio.
 
Continúa en el género campesino tradicional las tonadas pinareñas y como su estrofa dilecta la ya citada décima con su abanico de temáticas, entre las que descuellan, el amor, el paisaje, la vida cotidiana que a veces no podía eludir cierto matiz pesimista.


Sirva de paradigma la siguiente:

Vete a la llama de amor,
Y pagarás lo que hiciste,
Donde candela encendiste,
Ha de quedar un calor.

No te parece mejor,
Que los dos tengamos paz,
Mírame una vez no más,
Con esos ojos tan bellos,
Mírame una vez con ellos
Aunque no me mires más.

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