El Transporte Terrestre en Los Palacios
Por Jesús M. García Vázquez
Se mantiene la certeza que el español Manuel Inclán, radicado en Los Palacios, fue el primero que realizó las funciones del transporte público automotriz en este pueblo. Poseía un pequeño ómnibus de fabricación francesa “Lafayette” (tres patá), de los primeros que entraron al país. Su carrocería era de madera y sin techo. Durante años el mismo se encontraba en una cochera aledaña a su hogar en la Calle Serafín García, (actual Calle 28), lugar donde sus hijas Chavela y Beba poseían y operaban la Academia Inclán.
Prontamente el pueblo de Los Palacios se relacionó al transporte terrestre y el 2 de Mayo del año 1925, con motivo de los festejos patronales, con el comienzo de la celebración de las verbenas palaceñas, se llevaron a efectos en su suelo carreras de automóviles. Siendo esta carrera la primera celebrada en la provincia de Pinar del Río y donde participaron famosos corredores de la Habana y otros lugares. (Fotografía: ARCHIVO (OGEPE).
Fueron varios en nuestro pueblo los que se dedicaron al negocio del transporte público por carretera.
Los palaceños mayores de cincuenta años aun se acuerdan de las guaguas llamadas las “amarillas” y “las verdes”. Los nombres de Ventura Inclán, Gumersindo González, César García Suárez (Sonte) y su hermano Luis, Ciprián Cruz, Félix (Biajaca) , el español Francisco Bargueiras, Félix Oliva y otros más como empresarios o propietarios, se mantienen en el recuerdo de los palaceños, conjuntamente con los chóferes y conductores; Antonio Díaz Monzón, Francisco y Valentín Hernández, a Heriberto Blanco, Amparo Casanueva, Eugenio Orozco, Manolito Casanueva, Rodobaldo Orozco, Orlando Valle, Orlando Inclán, los hermanos Pedro, Ismael y Raúl Valetón, Ricardo Díaz, Luis (Tina) Pérez, los hermanos Arteaga, Tata y Cheo Almora, Eleno García, Tito García y otros. Los mecánicos Pablo Díaz (Güira), Enrique (Tata) Sotolongo y su hijo Máximo y Luis Zayas. El ponchero Loreto Solano (Pancho Bolo) y el oficinista Juan Carmona (Bachiche).
A mediados de la década de los años cuarenta existían en Los Palacios dos corporaciones o asociaciones de ómnibus que se dedicaban a la explotación del transporte público, que cubrían el trayecto de Los Palacios, hasta Paso Real y San Diego, pasando por el Entronque de Los Palacios. En Diciembre del año 1945 la Comisión de Transporte concedía nuevos permisos a estas rutas de ómnibus, que comprendían el itinerario de Los Palacios a San Diego y de Paso Real a Los Palacios. Estas dos asociaciones de ómnibus, que prestaban sus servicios desde el propio pueblo de Los Palacios, se les conocía popularmente, dado su color, por las “amarillas” y las “verdes”. Las amarillas estaban asociadas a la C.O.A (Cooperativa de Ómnibus Aliados). Tenían su nave y taller en la Calle José Palacios, (actual Calle 30), entre Calle Antonio Maceo, (actual Calle 23) y Calle José Martí (actual Calle 21), lugar donde años más tarde funcionó la Piquera de Taxis. Su recorrido era: de Los Palacios al Entronque de Los Palacios, siguiendo por la Carretera Central hasta llegar a San Diego y de Los Palacios a Paso Real, siguiendo por Paso Quemado, el Jagüey y toda la zona hasta llegar a San Diego. Los dueños de las guaguas amarillas lo eran Luis y César García, conocido por Sonte. Años más tarde César se convirtió en dueño absoluto de las amarillas, al comprarle su parte a su hermano Luis. Entre los empleados de aquellos años se recuerdan a Inés B. Almora (Tata), Amparo Casanueva, Manuel Díaz (Carabelas), los hermanos Zoilo y Guango Castillo, Tito R. García y otros.
Se mantiene la certeza que el español Manuel Inclán, radicado en Los Palacios, fue el primero que realizó las funciones del transporte público automotriz en este pueblo. Poseía un pequeño ómnibus de fabricación francesa “Lafayette” (tres patá), de los primeros que entraron al país. Su carrocería era de madera y sin techo. Durante años el mismo se encontraba en una cochera aledaña a su hogar en la Calle Serafín García, (actual Calle 28), lugar donde sus hijas Chavela y Beba poseían y operaban la Academia Inclán.
Prontamente el pueblo de Los Palacios se relacionó al transporte terrestre y el 2 de Mayo del año 1925, con motivo de los festejos patronales, con el comienzo de la celebración de las verbenas palaceñas, se llevaron a efectos en su suelo carreras de automóviles. Siendo esta carrera la primera celebrada en la provincia de Pinar del Río y donde participaron famosos corredores de la Habana y otros lugares. (Fotografía: ARCHIVO (OGEPE).
Fueron varios en nuestro pueblo los que se dedicaron al negocio del transporte público por carretera.
Los palaceños mayores de cincuenta años aun se acuerdan de las guaguas llamadas las “amarillas” y “las verdes”. Los nombres de Ventura Inclán, Gumersindo González, César García Suárez (Sonte) y su hermano Luis, Ciprián Cruz, Félix (Biajaca) , el español Francisco Bargueiras, Félix Oliva y otros más como empresarios o propietarios, se mantienen en el recuerdo de los palaceños, conjuntamente con los chóferes y conductores; Antonio Díaz Monzón, Francisco y Valentín Hernández, a Heriberto Blanco, Amparo Casanueva, Eugenio Orozco, Manolito Casanueva, Rodobaldo Orozco, Orlando Valle, Orlando Inclán, los hermanos Pedro, Ismael y Raúl Valetón, Ricardo Díaz, Luis (Tina) Pérez, los hermanos Arteaga, Tata y Cheo Almora, Eleno García, Tito García y otros. Los mecánicos Pablo Díaz (Güira), Enrique (Tata) Sotolongo y su hijo Máximo y Luis Zayas. El ponchero Loreto Solano (Pancho Bolo) y el oficinista Juan Carmona (Bachiche).
A mediados de la década de los años cuarenta existían en Los Palacios dos corporaciones o asociaciones de ómnibus que se dedicaban a la explotación del transporte público, que cubrían el trayecto de Los Palacios, hasta Paso Real y San Diego, pasando por el Entronque de Los Palacios. En Diciembre del año 1945 la Comisión de Transporte concedía nuevos permisos a estas rutas de ómnibus, que comprendían el itinerario de Los Palacios a San Diego y de Paso Real a Los Palacios. Estas dos asociaciones de ómnibus, que prestaban sus servicios desde el propio pueblo de Los Palacios, se les conocía popularmente, dado su color, por las “amarillas” y las “verdes”. Las amarillas estaban asociadas a la C.O.A (Cooperativa de Ómnibus Aliados). Tenían su nave y taller en la Calle José Palacios, (actual Calle 30), entre Calle Antonio Maceo, (actual Calle 23) y Calle José Martí (actual Calle 21), lugar donde años más tarde funcionó la Piquera de Taxis. Su recorrido era: de Los Palacios al Entronque de Los Palacios, siguiendo por la Carretera Central hasta llegar a San Diego y de Los Palacios a Paso Real, siguiendo por Paso Quemado, el Jagüey y toda la zona hasta llegar a San Diego. Los dueños de las guaguas amarillas lo eran Luis y César García, conocido por Sonte. Años más tarde César se convirtió en dueño absoluto de las amarillas, al comprarle su parte a su hermano Luis. Entre los empleados de aquellos años se recuerdan a Inés B. Almora (Tata), Amparo Casanueva, Manuel Díaz (Carabelas), los hermanos Zoilo y Guango Castillo, Tito R. García y otros.
Las “verdes” fueron creadas en el año 1945, su recorrido era Los Palacios a San Diego, vía Entronque de Los Palacios. Sus dueños fueron Félix García y un español nombrado Francisco Bargueiras, quien en el año 1950 compró su parte a Félix García, quedando como único dueño. Estos ómnibus tenían su nave y parqueaban al fondo de la “Casa Pepe”, entrando por la Calle Céspedes, (actual Calle 24). Comenzaban a recoger pasaje frente al “Hotel Casanueva” en la Calle Antonio Maceo Maceo # 7, (actual Calle 23). Los primeros empleados de esta ruta fueron Lucio Suárez, Valentín Hernández, Antonio Díaz Monzón, (Fotografía: ARCHIVO (OGEPE), y Chano Corchero. El servicio comenzaba a las 6.00 AM., y terminaba a las 8.00 PM., con salida cada una hora. Su carrocería y piso era de madera enchapada y se reconstruían en un taller de carpintería que poseía Bargueiras en la Lisa. En el año 1957 Sonte le compró a Bargueiras las guaguas verdes y pasaron a ser parqueadas y atendidas técnicamente en la nave de la Calle 30, junto a los demás ómnibus de su propiedad.
En el año 1948 fue constituida una ruta que desde el Entronque de Los Palacios se dirigía a la zona montañosa de Rancho Mundito y Sabanilla, con un ómnibus propiedad de Gumersindo González. Funcionaba en esta ruta como chofer Andrés Ávila, Rolando Rodríguez como conductor y Eugenio Orozco de suplente. En el año 1949 le fue concedido permiso a Gumersindo González para que su ruta llegara hasta Los Palacios. En ese propio año se incrementó la ruta con un nuevo ómnibus propiedad de Ventura Inclán, el cual era manejado por el propio Ventura y años más tarde por sus hijos, teniendo a Eugenio Orozco como conductor.
En el año 1950 siguió creciendo esta ruta a las montañas con la puesta en función de otro ómnibus propiedad de Calixto López, y en el mismo comenzaron a trabajar Heriberto Blanco de chofer, los hermanos Perico y Rodobaldo Orozco de conductores, también en estas funciones Pedrito Martínez (Malanga). Estos carros parqueaban y eran reparados en el taller de Tavo Sordo, situado al fondo de su hogar en la céntrica Calle Antonio Maceo, (actual Calle 23). Esta ruta realizaba cuatro viajes diarios por cada ómnibus, comenzando con 4, después con 8 y por último con 12 viajes diarios desde Los Palacios hasta la zona montañosa de Rancho Mundito y Sabanillas.
En el año 1954 esta ruta de viajes a las lomas, como se le conocía, fue comprada por César García y sus carros pasaron a parquear para la nave de su propiedad en la Calle José Palacios (actual Calle 30), entre la Calle Antonio Maceo (actual Calle 23) y Calle José Martí, (actual Calle 21). Lugar donde unos años más tarde se convertiría en una pequeña Terminal.
El empresario César García Suárez se convirtió en dueño absoluto y único operador de los ómnibus existentes en Los Palacios, llegando a poseer once de aquellos anticuados carros. Los mismos siguieron con sus colores de amarillos y verdes y su organización. Los amarillos, que estaban asociados a la COA, con 4 carros, tres trabajando y 1 de repuesto, realizaban 18 salidas diarias con destino a San Diego, utilizando el itinerario Los Palacios – Paso Real – San Diego. Los verdes, con 3 carros, dos trabajando y 1 de repuesto, efectuaban 16 salidas diarias para San Diego siguiendo el itinerario de Los Palacios – Entronque Los Palacios – San Diego. Con destino a Rancho Mundito y Sabanillas, disponiendo de 4 carros para esa zona, tres trabajando y 1 de repuesto, se efectuaban diariamente 18 salidas. En muy contadas veces, dejó de salir el ómnibus en el viaje previsto, porque existía uno de repuesto. Así como el caso de no poder concluir el viaje por roturas en el mismo, eran muy pocas.
En el año 1948 fue constituida una ruta que desde el Entronque de Los Palacios se dirigía a la zona montañosa de Rancho Mundito y Sabanilla, con un ómnibus propiedad de Gumersindo González. Funcionaba en esta ruta como chofer Andrés Ávila, Rolando Rodríguez como conductor y Eugenio Orozco de suplente. En el año 1949 le fue concedido permiso a Gumersindo González para que su ruta llegara hasta Los Palacios. En ese propio año se incrementó la ruta con un nuevo ómnibus propiedad de Ventura Inclán, el cual era manejado por el propio Ventura y años más tarde por sus hijos, teniendo a Eugenio Orozco como conductor.
En el año 1950 siguió creciendo esta ruta a las montañas con la puesta en función de otro ómnibus propiedad de Calixto López, y en el mismo comenzaron a trabajar Heriberto Blanco de chofer, los hermanos Perico y Rodobaldo Orozco de conductores, también en estas funciones Pedrito Martínez (Malanga). Estos carros parqueaban y eran reparados en el taller de Tavo Sordo, situado al fondo de su hogar en la céntrica Calle Antonio Maceo, (actual Calle 23). Esta ruta realizaba cuatro viajes diarios por cada ómnibus, comenzando con 4, después con 8 y por último con 12 viajes diarios desde Los Palacios hasta la zona montañosa de Rancho Mundito y Sabanillas.
En el año 1954 esta ruta de viajes a las lomas, como se le conocía, fue comprada por César García y sus carros pasaron a parquear para la nave de su propiedad en la Calle José Palacios (actual Calle 30), entre la Calle Antonio Maceo (actual Calle 23) y Calle José Martí, (actual Calle 21). Lugar donde unos años más tarde se convertiría en una pequeña Terminal.
El empresario César García Suárez se convirtió en dueño absoluto y único operador de los ómnibus existentes en Los Palacios, llegando a poseer once de aquellos anticuados carros. Los mismos siguieron con sus colores de amarillos y verdes y su organización. Los amarillos, que estaban asociados a la COA, con 4 carros, tres trabajando y 1 de repuesto, realizaban 18 salidas diarias con destino a San Diego, utilizando el itinerario Los Palacios – Paso Real – San Diego. Los verdes, con 3 carros, dos trabajando y 1 de repuesto, efectuaban 16 salidas diarias para San Diego siguiendo el itinerario de Los Palacios – Entronque Los Palacios – San Diego. Con destino a Rancho Mundito y Sabanillas, disponiendo de 4 carros para esa zona, tres trabajando y 1 de repuesto, se efectuaban diariamente 18 salidas. En muy contadas veces, dejó de salir el ómnibus en el viaje previsto, porque existía uno de repuesto. Así como el caso de no poder concluir el viaje por roturas en el mismo, eran muy pocas.
Trabajaban en la atención técnica y administrativa de estos ómnibus; los mecánicos Enrique Sotolongo (Tatá) y Julio García, que entró a trabajar por Pablo Díaz (Güira) al mudarse este para Bauta en el año 1956; asistidos de los ayudantes Luis Zayas, Rufino Cabrera y Máximo Sotolongo. Como ponchero el conocido Pancho Bolo y de oficinista Juan Carmona (Bachiche), quien tenía las funciones de estar al frente del almacén de piezas de repuesto, de despedidor, recaudador del dinero y pagador.
Los mantenimientos (fregados y engrases) se efectuaban en el Servicentro Dayton en el Entronque de Los Palacios. Se abastecían de combustibles y aceites lubricantes en el Servicentro “Esso” en Los Palacios, (Fotografía: ARCHIVO (OGEPE).
A otras zonas dentro del municipio también les llegaba el transporte público terrestre, como el Central La Francia y la Playa Dayaniguas. Para ir de Los Palacios al central existía un carro de línea llamado “El Cuche”, el que llegaba hasta los bateyes de Santa Rosa, Guasimal, Corralitos y otros caseríos existentes en las colonias cañeras de la zona. Este carruaje, además de transportar pasajeros, llevaba mercancía para las bodegas existentes en los sitios mencionados y acarreaba carbón vegetal de esos lugares hasta Los Palacios. Los dueños de este medio de transporte fueron Ciprián Cruz y Waldo Roque y entre sus empleados estaban: Juan Padilla, Rafael Solano, Ricardo Perdomo, Francisco Torres, Israel Calderón, Rafael Cruz (Felo) y Juan Domínguez. A mediado de los años cincuenta Ciprián Cruz puso en funcionamiento una guagua que, paralelamente con el Cuche, realizaba viajes de Los Palacios a La Francia.
A partir del año de 1950 dos guaguas propiedad de Félix Oliva Cobo realizaban viajes de Paso Real a Cubanacán y en la temporada de playa y Semana Santa llegaban hasta Dayaniguas. Estos ómnibus realizaban 10 viajes diarios. Entre sus empleados estaban: Paulino Negrín, José L. López Cuenca, Francisco Romero (Pancho Flores) y el mecánico Héctor Crespo.
Robustecían el transporte en Los Palacios seis entradas diarias que hacían a Paso Real, desde la Habana y pasando por Los Palacios, ómnibus de la Ruta 35. Los chóferes de estos ómnibus marcaban su llegada y salida en un reloj situado para el caso en la Bodega de Pedro Martín en Paso Real. Los dos ómnibus de la Ruta 35, (el 1041 y 1042) que a partir de 1949 salían diariamente de Los Palacios para la Habana. Eran conducidos por Pablo González y su hijo Julio González Iglesias (Lilo). La infinidad de autos de alquiler existentes en Los Palacios y Paso Real, algunos con salidas diarias con destino a la Habana y Pinar del Río. El buen número de camiones porteadores en ambas localidades. La abundante y constante circulación de ómnibus, de servicio regular o especial, que pasaban por el Entronque de Los Palacios procedentes de la Habana y Artemisa rumbo a Pinar del Río y de Pinar del Río a viceversa, que le permitían a los residentes de Los Palacios el abordar un transporte para emprender un viaje antes que transcurrieran 30 minutos de haber salido en busca de transportarse.
DEDICACIÓN:
-A todos aquellos que de una forma u otra tuvieron que ver con el Transporte Público en Los Palacios. Muchos moran en el Oriente Eterno, otros disfrutan de una merecida jubilación. Sea para ellos este trabajo un testimonio de recuerdo y gratitud.
Mi agradecimiento a:
-Rolando Cordero Alfonso, Juan Carmona Lugo (Bachiche), Armando Robaina González (Pipo) y Orlando L. Núñez Fernández (en el Oriente Eterno), que sin el concurso de sus modestos aportes me hubiera sido imposible este trabajo.
Mi agradecimiento más absoluto a:
-Luis Arteaga Hernández y Ricardo Díaz Capote trabajadores jubilados del transporte en Los Palacios con más de 40 años de labor en el mismo, por los datos ofrecidos y su disposición espontánea y entusiasta a cooperar con este trabajo del Transporte Público en Los Palacios.
Bibliografía
-Periódico “El Esfuerzo” (Los Palacios) Año 3. No. 55 Dic/l945.
-Revista “Vitral” Año VIII, No. 44 Julio/Agosto 2001. Pág. 28.
-“Caminos para el Azúcar”, Oscar Zanetti Lecuona y Alejandro García Álvarez, Editorial Ciencias Sociales 1987. (páginas 80,81 y 82).
-Legajos y Documentos de la notaría del Dr. Antonio Mendoza y Aranda (1876). Archivo Nacional de Cuba.
-Folleto “Itinerario del Ferrocarril del Oeste”, 1935.
-Folleto “Itinerario del Ferrocarril del Oeste”, 1955.
-“Recordando a Los Palacios”, Osvaldo Gotera Tomo I y Tomo II.
-Geografía de la Isla de Cuba, Esteban Pichardo (1854)
-Notas Sociales de Los Palacios, Manuel Medel Nodarse, Periódico “El Mundo”, 10 de mayo de 1925.
-Historia Local de Los Palacios (archivos), Lic. Luis Martínez Zamora y Rolando Cordero Alfonso.
A otras zonas dentro del municipio también les llegaba el transporte público terrestre, como el Central La Francia y la Playa Dayaniguas. Para ir de Los Palacios al central existía un carro de línea llamado “El Cuche”, el que llegaba hasta los bateyes de Santa Rosa, Guasimal, Corralitos y otros caseríos existentes en las colonias cañeras de la zona. Este carruaje, además de transportar pasajeros, llevaba mercancía para las bodegas existentes en los sitios mencionados y acarreaba carbón vegetal de esos lugares hasta Los Palacios. Los dueños de este medio de transporte fueron Ciprián Cruz y Waldo Roque y entre sus empleados estaban: Juan Padilla, Rafael Solano, Ricardo Perdomo, Francisco Torres, Israel Calderón, Rafael Cruz (Felo) y Juan Domínguez. A mediado de los años cincuenta Ciprián Cruz puso en funcionamiento una guagua que, paralelamente con el Cuche, realizaba viajes de Los Palacios a La Francia.
A partir del año de 1950 dos guaguas propiedad de Félix Oliva Cobo realizaban viajes de Paso Real a Cubanacán y en la temporada de playa y Semana Santa llegaban hasta Dayaniguas. Estos ómnibus realizaban 10 viajes diarios. Entre sus empleados estaban: Paulino Negrín, José L. López Cuenca, Francisco Romero (Pancho Flores) y el mecánico Héctor Crespo.
Robustecían el transporte en Los Palacios seis entradas diarias que hacían a Paso Real, desde la Habana y pasando por Los Palacios, ómnibus de la Ruta 35. Los chóferes de estos ómnibus marcaban su llegada y salida en un reloj situado para el caso en la Bodega de Pedro Martín en Paso Real. Los dos ómnibus de la Ruta 35, (el 1041 y 1042) que a partir de 1949 salían diariamente de Los Palacios para la Habana. Eran conducidos por Pablo González y su hijo Julio González Iglesias (Lilo). La infinidad de autos de alquiler existentes en Los Palacios y Paso Real, algunos con salidas diarias con destino a la Habana y Pinar del Río. El buen número de camiones porteadores en ambas localidades. La abundante y constante circulación de ómnibus, de servicio regular o especial, que pasaban por el Entronque de Los Palacios procedentes de la Habana y Artemisa rumbo a Pinar del Río y de Pinar del Río a viceversa, que le permitían a los residentes de Los Palacios el abordar un transporte para emprender un viaje antes que transcurrieran 30 minutos de haber salido en busca de transportarse.
DEDICACIÓN:
-A todos aquellos que de una forma u otra tuvieron que ver con el Transporte Público en Los Palacios. Muchos moran en el Oriente Eterno, otros disfrutan de una merecida jubilación. Sea para ellos este trabajo un testimonio de recuerdo y gratitud.
Mi agradecimiento a:
-Rolando Cordero Alfonso, Juan Carmona Lugo (Bachiche), Armando Robaina González (Pipo) y Orlando L. Núñez Fernández (en el Oriente Eterno), que sin el concurso de sus modestos aportes me hubiera sido imposible este trabajo.
Mi agradecimiento más absoluto a:
-Luis Arteaga Hernández y Ricardo Díaz Capote trabajadores jubilados del transporte en Los Palacios con más de 40 años de labor en el mismo, por los datos ofrecidos y su disposición espontánea y entusiasta a cooperar con este trabajo del Transporte Público en Los Palacios.
Bibliografía
-Periódico “El Esfuerzo” (Los Palacios) Año 3. No. 55 Dic/l945.
-Revista “Vitral” Año VIII, No. 44 Julio/Agosto 2001. Pág. 28.
-“Caminos para el Azúcar”, Oscar Zanetti Lecuona y Alejandro García Álvarez, Editorial Ciencias Sociales 1987. (páginas 80,81 y 82).
-Legajos y Documentos de la notaría del Dr. Antonio Mendoza y Aranda (1876). Archivo Nacional de Cuba.
-Folleto “Itinerario del Ferrocarril del Oeste”, 1935.
-Folleto “Itinerario del Ferrocarril del Oeste”, 1955.
-“Recordando a Los Palacios”, Osvaldo Gotera Tomo I y Tomo II.
-Geografía de la Isla de Cuba, Esteban Pichardo (1854)
-Notas Sociales de Los Palacios, Manuel Medel Nodarse, Periódico “El Mundo”, 10 de mayo de 1925.
-Historia Local de Los Palacios (archivos), Lic. Luis Martínez Zamora y Rolando Cordero Alfonso.
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