domingo, 8 de julio de 2012

Un Pueblo: Los Palacios

Un pueblo: Los Palacios
Por Marieta Alonso
Nuestra colaboradora en Madrid, España.



Mapa del Término Municipal de Los Palacios,
con el agrego de San Diego de los Baños,
después del año 1959.
(Del Libro Recordando a Los Palacios)
  Estoy sentado en el alero de un tejado. Veo dos palomas revoloteando. Son hermosas. Caminan… ella delante y el macho detrás siguiendo sus pasos, zureando. Hablan de amor. Caigo en la cuenta de lo sólo que me siento a pesar de tantos fantasmas que me rodean. ¡No me diga que usted no cree en los güijes, en las hadas, en los elfos, en los trasgos, en las apariciones! Surgen de nuestros anhelos, sueños, miedos y créame…, existen. Yo soy uno de ellos. Y no piense en mí con benevolencia porque el final nunca está donde uno se lo espera. Ya lo verá. Si usted me lo permite le puedo contar una parte ¡no se asuste! que no va a ser toda, de la historia de este pueblo y de mi vida cuando tenía los pies en la tierra.

¿Sí?

En vida tuve la profesión de hatero. Los hatos son porciones de tierra despoblada destinadas a la cría de ganado vacuno y también de cerdos. La distribución de estos hatos era efectuada por el Cabildo encargado de conceder la merced, una especie de recompensa a los españoles que nos comprometíamos a internarnos en lo desconocido. Los espacios de tierra que no tenían dueño se llamaban realengos y pertenecían al Rey de España.

Allá por mediados del siglo XVI en el territorio que se halla entre la costa sur y la sierra del Rosario se concedieron cuatro mercedades:


Hato el Ciego y los Corrales Colindantes.
(Dibujo por Rolando J. Cordero Alfonso)
 - El hato o corral “Sabanas Nuevas” entregado a Pedro Menéndez de Avilés el 27 de Junio de 1569. Era un hombre de mal carácter. No tenía amigos. Un solitario. Mira que quise tener amistad con él pero fue imposible.


Pedro Menéndez de Avilés.









- El corral anegadizo de “Dayaniguas” entregado a Juan Gutiérrez Maribalda el 1 de Octubre de 1574. Hombre excepcional. Gran cantidad de amigos. Un jaranero. No había fiesta en la que no estuviera, tocaba la guitarra con gran maestría y bebía mucho mejor.

- El hato “El Ciego” o “Sabana del Ciego” otorgado a Juan Sánchez el 27 de Abril de 1590. Ese soy yo. No se puede hacer una idea de lo que pude trabajar para salir adelante. No crean que yo era el dueño y señor de estas tierras, los otros tampoco, éramos los usufructuarios y el derecho a permanecer en estas tierras se basaba en cómo les sacábamos rendimiento. Y oiga que yo no soy ciego. Aún me pregunto a cuento de qué vino ese nombre. Por avatares de la vida, noventa años después, mis heredades se encontraron bajo jurisdicción eclesiástica. Toda mi familia, hermanos, hijos, sobrinos, nietos, han estado siempre en el mismo lugar unas veces trabajando para unos y otras para otro, pocas para ellos. Como soy un hombre puntilloso le digo que no vaya a confundir sábana con sabana, la primera es la pieza que se pone en la cama ya sea la bajera o la encimera y la segunda es una llanura de gran extensión, sin vegetación arbórea, aunque cubierta de hierba. Dicho esto soy un hombre encantador. Bueno… como la recomendación viene de muy cerca no digo más.

- Los corrales de “Bacunagua” el de arriba y el de abajo fueron otorgados a Juan Solís el 2 de Octubre de 1599. Fue un hombre muy trabajador como pocos. Siempre dispuesto a ayudar a sus vecinos. El mejor amigo que he tenido en mi vida.

Lo que es el pueblo no se fundó hasta 1760. Cuatro casas de tablas con techo de guano, varios pozos y una Ermita. Era un terreno baldío lleno de “mocorrero”. Esa piedra, compacta, áspera, porosa, con alto contenido de hierro. El nombre de la piedra viene de “moco de herrero” por su gran semejanza con el sedimento de las fundiciones, pero no piensen que todo era así, también existían bosques de ébano, cedro, caoba. Desde que se concedieron las tierras hasta finales del siglo XVIII la actividad de la zona fue la ganadería.


Indios Siboneyes.
En esta zona de sotavento los pobladores éramos escasos. Unos pocos colonizadores blancos y algo más de siboneyes. Estos indios no eran tan guerreros como los taínos, aceptaban con mayor facilidad la servidumbre impuesta. Ellos con trabajar su conuco, pescar y cazar tenían bastante. Se sentían a gusto con la naturaleza y no tuvieron necesidad de crear una gran cultura, dedicaron todo su tiempo a nacer, crecer y morir. No, no eran muy altos, eran de baja a mediana estatura, totalmente desnudos guardaron una buena relación de equilibrio con cuanto les rodeaba. Entre sus enseres tenían grandes vasijas hechas con caracoles y otros moluscos, también de madera y piedras duras como el basalto rojo y la diorita. Ellos desconocían la cerámica y daban más importancia a la pesca que a la recolección, se nutrían de pescado, jutías, aves, tortugas, reptiles. Para la reserva de alimentos utilizaban la salazón y el ahumado. Recurrían a los pies y a las canoas como medios de transporte. Me imagino que aquellos indios que fueron capaces de crear una cultura mucho más avanzada como los mayas, aztecas e incas pensarían que los siboneyes eran un poco indolentes. Cuestión de criterios.

En 1717 cuando se estableció la Real Factoría de Tabaco en La Habana hubo una reacción enérgica por parte de los tabacaleros habaneros al monopolio estatal. La represión fue de tal envergadura que muchos criollos y canarios huyeron hacia Vuelta Abajo, región donde la autoridad de la Corona apenas existía.
Poco a poco la etapa de pastoreo fue perdiendo importancia ante las siembras de tabaco, caña y otros cultivos. La población comenzó a crecer. Se vincularon a la tierra y gradualmente fueron llegando nuevos pobladores que espantaron la soledad de estas tierras. Ya no eran tantos los animales de cuatro patas.

Hubo grandes rifirrafes entre los agricultores y los hateros que no querían perder sus vastos territorios. La Iglesia apoyó a los campesinos por lo que no tuvieron nada que hacer los ganaderos. Con tanto trasiego entre España y América se llevaron productos de esta tierra y se trajeron otros. Así fue cambiando la alimentación de los seres humanos. La papa que hoy desde aquí veo que es la base de la alimentación de millones de personas fue llevada a Europa por los conquistadores españoles como una curiosidad botánica y resultó esencial para matar el hambre. Nadie pensó que este tubérculo que en aquel entonces solo servía de alimento, diera tanto juego a la industria de cosméticos, que se saque alcohol de ella y hasta que se haga papel prensa. El progreso es algo maravilloso y visto desde aquí me siento triste por no poder participar un poco de cada época y eso que no me quejo porque la que me tocó vivir no estuvo mal.

Traje conmigo para trabajar en el hato a seis de mis hermanos. Uno de ellos acarreó de nuestra aldea semillas de cereza y las sembró detrás del bajareque. Hoy se sabe que el pH de la tierra influye en el grado de acidez o de alcalinidad pero en aquella época no teníamos ni idea. Las cerezas no hubo humano que se las comiera, en cambio, sirvieron de postre al ganado primero y a las gallinas después. No, los animales, no tienen el mismo gusto que los hombres. Nunca he visto huevos con la yema tan roja como aquellos. Un rayo acabó con el cerezo.

Cada uno de nosotros formó su familia, los hijos eran un tesoro, ahora oigo hablar de familia numerosa a lo que para nosotros era lo normal, toda acción tiene su consecuencia y así el pueblo fue creciendo en espacio y población. Tengo a mi lado un alma que ha escuchado todo lo que le he dicho a usted y quiere agregar algo de su cosecha.

Cirilo Villaverde.
 …Hoy tomo la palabra porque escribir no puedo. Permítanme presentarme: me llamo Cirilo Villaverde.

Según oigo por allá abajo dicen que he sido el único gran mito de la literatura cubana. Me tachan de escritor romántico, costumbrista, antiesclavista. Todo ello porque capté y traspasé al papel los soplos y los trazos populares, los conflictos, las tensiones, su ritmo. Lo describía todo: el campo, el hombre, sus costumbres, sus problemas, la sociedad que vivía con gran boato y la que vivía en la miseria. No crean que solo escribía obra literaria también me adentré en el mundo científico. Usé mis ojos para ver y de ahí me imagino el porqué de colocarme el cartel de “costumbrista”.

Alguien llamado Max Henríquez Ureña dijo que mi vida fue mi mejor novela. Y eso que no sabe nada de mi vida después de muerto.

Nací el veintiocho de Octubre de mil ochocientos doce en el ingenio Santiago, jurisdicción de San Diego Núñez, en la provincia de Pinar del Río. El mismo año en que Simón Bolívar inicia la campaña liberadora de Venezuela, cuando Napoleón Bonaparte batalla en Rusia y España y cuando en Cádiz surge la primera constitución española. Soy el sexto de diez hermanos. Las primeras letras las aprendí en la parroquia del ingenio donde trabajaban más de trescientos esclavos. Cuando murió mi preceptor, que era el sacristán, mi padre me envió a La Habana con una hermana viuda, mi tía, que vivía en una casa destartalada cerca de la esquina de la calle Campanario Viejo y la de Maloja. Entre la escuela y mi abuelo se me azuzó la imaginación y me empujaron a la lectura.

Cuando llegué a La Habana con mi aire de provinciano mi cabeza fue como una esponja. Absorbí todas las contradicciones de una sociedad esclavista. Las ideas de Varela, la poesía de Heredia. Todo influyó en mí. No podía ser de otro modo, las murallas se abrían y las zonas de extramuros crecían en poderío, en las plazas, barrios y calles bullían las personas con esa animación contagiosa propia de nuestro pueblo. Los nuevos ricos se alejaban del centro de la ciudad, llegaron nuevas costumbres de Europa. Los arcos de medio punto cedieron ante los dinteles rectos. Aparecieron los carruajes de lujo, el quitrín compite con las volantas. El hielo se pone de moda. Surgen las heladerías en el Paseo del Prado y en el Paseo de Tacón. En 1828 sube el primer globo aerostático mientras en tierra siguen los pregones callejeros y los mendigos congestionan los atrios de las Iglesias.

Me gradué de Bachiller en Leyes. Trabajé como abogado y en la enseñanza. Escribí en varios periódicos y revistas. Dos mundos en una misma ciudad, el barrio pobre en que vivía con mi tía y el otro donde me llevaba mi vida profesional. No me quedó más remedio que convertirme en un rebelde intelectual. Mi amistad con Narciso López y las ideas independentistas cubanas me llevaron a la cárcel, pude escapar y crucé el charco. Al llegar a los Estados Unidos de América seguí escribiendo y fomentando dichos aires. Me convertí en secretario de Narciso y me organicé en el exilio. Nunca fui rico, talvez llegué a ser un pequeño burgués..
Fue en Cuba donde escribí Cecilia Valdés o Loma del Ángel que es la novela que me hizo más famoso. Se la dediqué a todas las cubanas. Solo habla de amor… aparentemente. Ya me dirán. Pasó por las manos del censor regio, después por el sotacensor, especie de visir revisor y por último por el capitán general. Fue casi imposible que por ese tamiz sobrevivieran otras ideas, pero los buenos lectores acostumbran a leer entre líneas. Pinté al negro y al blanco como hombres, al mundo de esos dos colores como fuente de ebullición e intenté no perder el sentido humano, el histórico y surgió esa novela que me ha dado tantas alegrías. Otras obras mías son: “La Peña Blanca”, “Dos amores”, “El Guajiro”, “La joven de la flecha de oro”, “Excursión a Vuelta Abajo” en la que hablo de Los Palacios y aquí os cuento lo que escribí.

“… Poco después de las nueve llegamos al caudaloso río de Macurijes o Los Palacios. Y en la orilla izquierda, sobre una pequeña y chata colina, vimos las casas del pueblo del mismo nombre, en número de treinta o cuarenta, todas grandes, la mayor parte con techo de teja, entre las que sobresalían dos hermosas posadas y la Iglesia que es nueva, y de las más lindas de toda la Vuelta Abajo. Sobre el arco toral, en grandes letras negras leemos el nombre del arquitecto que la dirigió; era francés y se le llamaba Antonio Lacourts. La única calle de la población es tan ancha, que muy bien pueden cruzarla doce carruajes apareados sin rozarse. Al final de ella, hay en medio una gran cruz de madera que parece indicar el punto céntrico o asiento de la hacienda, en cuyos terrenos se ha fundado el pueblo de Los Palacios”.



Iglesia Católica del Pueblo de Los Palacios.
(Del Libro Recordando a Los Palacios)
  Éste pueblo puede gustar o no. Respecto a su gente hay que reconocer que tuvo, tiene y tendrá personajes muy pintorescos. Los veo desde aquí. Sus cuentos de aparecidos son famosos en toda la comarca, hablan como eruditos sobre el poder de la mente, sobre los estudios que dicen que sólo se utiliza un diez por ciento de ella. Algunos están convencidos que si se esfuerzan en utilizar más la mente llegarán a comprenden las cosas que ocurren en el más acá y que les afecta en el más allá. Y no hay quien les lleve la contraria.

Me llegó la muerte en Nueva York, el veinticuatro de octubre de mil ochocientos noventa y cuatro, cuatro días antes de cumplir ochenta y dos años y cuatro años antes de lograrse la Independencia de Cuba pero soy un hombre afortunado porque me llevaron a enterrar al cementerio de Colón en La Habana. Miro alrededor y se ha hecho un círculo inmenso de almas que dicen ser de Los Palacios y que quieren aportar su granito de arena. Por hoy es suficiente, les he dicho, pero no pasará mucho tiempo sin que volvamos a conectar con todos ustedes. Un abrazo inmenso desde el más allá a todos los palaceños que están en la tierra.

Nota del autor:
Este cuento se ha nutrido de varias fuentes para los datos, nombres y fechas. Enciclopedias, diccionarios, libros y del magnífico blog titulado “Historial Palaceño” de Osvaldo Gotera. Cualquier error que pudiera detectarse en estas líneas es culpa de su autora. Lo demás es pura fantasía.






viernes, 11 de mayo de 2012

CUENTOS...

Polos Opuestos
Por Marieta Alonso Más



A mis padres

Ramón y Adolfina han muerto en un corto espacio de tiempo. Llevaban cincuenta y tres años de casados.

Él un emigrante español, arribó a Cuba, donde ella había nacido. Una mañana la vio y siguió sus pasos. Estos le llevaron a la Iglesia, lugar que él no pisaba. Ella: una cucaracha de sacristía.

Ramón le pidió a la mujer de un paisano suyo, que también iba a misa y que siempre le decía: “cásate Ramón”, que se hiciera amiga de la catequista. Y obediente, al domingo siguiente, se sentó en el mismo banco donde estaba Adolfina y antes de comenzar el oficio le dijo:

-Me gustaría ayudarla en la catequesis y llegar a ser su amiga.
Sorprendida ésta contestó:  -Será un placer.

Salieron juntas y ¡qué casualidad! allí en la verja estaba Ramón al lado de su amigo, que tampoco iba a misa, pero que ese día fue a buscar a su mujer para ir a tomar el aperitivo y como la cosa más natural se hicieron las presentaciones.

No había baile en el pueblo y sus alrededores a los que no fuera Ramón. Ella era un desastre bailando, se le enredaban los pies. Iba a pocos saraos. Cuando coincidían, él siempre bailaba con ella y ella nunca dejó de bailar con él. Ramón sentía pasión por el baile y para Adolfina era un absurdo. Para corroborar su teoría del absurdo, un día dejaron de bailar, se taparon los oídos y ella le preguntó qué parecían los bailarines. Ramón se carcajeaba viendo a sus amigos haciendo piruetas en un mundo de silencio, mientras ella como siempre sólo sonreía.

Para Ramón todo el mundo era su amigo, Adolfina tenía contadas amistades. Y cuando ella decía que alguien no era de fiar, Ramón le reprochaba que juzgara a las personas tan a la ligera. Adolfina callaba, pero como casi siempre acertaba, Ramón riéndose decía que debido a sus ascendientes gallegos tenía algo de meiga.

A él le entusiasmaba el teatro y la invitaba en numerosas ocasiones, ella siempre aceptó su invitación e iba acompañada de una amiga de su madre que le servía de chaperona. A él no le gustaba el cine, a ella sí. Él buscaba mil excusas para ir a cualquier lugar, menos al cine y ella hacía como que comprendía la imposibilidad de ir.

Un día del mes de Enero mientras bailaban un danzón, Ramón le dijo:

-No finalizará el año sin que nos casemos.

Ella le miró y preguntó: ¿acaso somos novios? Él soltó una carcajada y no contestó.

Llegaron las fiestas de Mayo y Ramón bailó todos los días y con todas las chicas del pueblo. Adolfina no podía salir de casa, salvo a misa, porque guardaba luto por el marido de una tía lejana. En cuatro meses casi no se vieron.

A primeros de septiembre la madre de Adolfina le preguntó qué relación tenía con Ramón. Amigos, contestó ella. Su madre mirándola fijamente preguntó ¿seguro?

-Sí, respondió Adolfina.

Entonces, no me explico, dijo pensativa su madre, si solo sois amigos ¿cómo es que nos ha pedido tu mano?

Se casaron el 29 de Diciembre de 1943 dos días antes de que venciera el plazo.


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La Telefonista

Por Marieta Alonso Más 



En Cuba, allá por los años cuarenta, las llamadas se efectuaban mediante una Central Telefónica. Era una pizarra negra y frente a ella, sentada en una silla giratoria una persona ponía y quitaba gran cantidad de clavijas al tiempo que saludaba, respondía, comentaba y se despedía cientos de veces.

La telefonista de uno de tantos pueblos, con treinta años y soltera tenía la voz más bonita que se podía escuchar en toda la isla, acompañada de una dulzura, una simpatía y un hacer bien su trabajo que se hacía querer a los pocos minutos de conocerla, olvidando de inmediato su cara, que al decir de algunos, pocas personas eran tan feas.

Entre tantas llamadas recibidas a diario, había una en especial de un señor que llamaba a un comercio por motivos de trabajo. Tanto llamaba que con el tiempo comenzó a departir unos minutos con ella, alabando su voz cada vez que se presentaba la oportunidad.

Un día le dijo: -Me gustaría conocerla. Tengo que ir a La Habana en tal fecha y como el tren tiene una breve parada, cinco minutos, en su bonito pueblo ¿podría tener ese placer? Quizás sea un trastorno tal encuentro en horas de trabajo pero me sentiría feliz si pudiera saludarla aunque fuese en tan corto espacio de tiempo.

Ella le explicó cómo iría vestida y el color de sus zapatos.

El día de marras, una amiga la sustituyó al frente de la pizarra y media hora antes de la llegada del tren, ya estaba esperando en el apeadero. Al parecer alguien más, se había enterado de este encuentro, lo había divulgado y la estación estaba a rebosar. Los espectadores se sentaron en los bancos y ella se quedó sola, de pie, en medio del andén.

Y cuentan las malas lenguas que a la llegada del ferrocarril se bajó del primer vagón un hombre joven vestido con traje de dril 100, sombrero de jipijapa y una orquídea en su mano derecha. Miró a la cara de la mujer, a su ropa, a sus zapatos. Nadie se movía. Caminó despacio, a lo largo y muy cerca del tren, la volvió a mirar y se subió en el último vagón.

Alguien gritó: -¡Háblale que se te va!

Pero cuando ella reaccionó el tren ya se alejaba.


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viernes, 6 de abril de 2012

La Resp. y Meritoria Logia “Montecristi”
en la Historia Palaceña

Trabajo presentado por el VH:. Jesús Marcos García Vázquez, con motivo del 93 aniversario de la fundación de la Resp. y Meritoria Logia “Montecristi”. Abril, 1999.

Todo aniversario observado es un año más de vida, bien de una persona, una ciudad, una república o de cualquier otra cosa o acontecimiento. En esta oportunidad nos referiremos a los noventa y tres años transcurridos desde la fundación de la Resp. y Meritoria Logia “Montecristi”. Con fecha 16 de Abril de 1906, un grupo de hermanos masones, residentes en este pueblo, decidieron organizarse masónicamente y fundan esta logia. Eran lidereados por el VH:. Luis Romero Ravelo, quien fue su primer venerable maestro.


En su trayectoria institucional masónica, “Montecristi” tuvo que salvar muchos escollos para poder consolidarse y llegar triunfante hasta el día de hoy. Pero, en dos oportunidades, lamentablemente, esos escollos no pudieron ser vencidos, motivados por la incomprensión y la falta de experiencia en el ejercicio del trabajo logial y se vio en la imperiosa y amarga necesidad de disolverse como logia.

La vida institucional de “Montecristi” está dividida en tres etapas. La primera etapa del 16 de Abril de 1906, día de su fundación, a Junio 26 de 1910 en que bate sus columnas. La segunda etapa del 4 de Abril del año 1912, en que es reorganizada, a la Sesión Semestral de 1915 en que la Gran Logia le retira la Carta Dispensa. La tercera y última etapa, que ha llegado hasta nosotros, comenzó su fase reorganizativa en Enero de 1924. A los masones de 1924 los guiaron en sus empeños fraternales los hermanos Ramón Fiallo Borges, Antonio Valdés Valdés y Julián López Suárez. Practicamente nació “Montecristi” con la república. Apenas cuatro años separaban su fundación de la instauración de Cuba en república. Ha acompañado a su pueblo, salvo las interrupciones sufridas, por casi todo el presente siglo, que ya toca a su fin. Desde su atalaya ha sido fiel espectadora de los sucesos y acontecimientos agradables y desagradables que han conmovido al pueblo que representa masónicamente.

A los pocos meses de fundada, en Agosto de 1906, se produce una revolución, la llamada Guerrita de Agosto. Aunque los promotores de esta revolución justificaban el surgimiento de la misma en la causa de la reelección del presidente, VH:. Don Tomás Estrada Palma, y quien tenía el legítimo derecho constitucional de aspirar para un segundo período presidencial, el verdadero origen de la contienda armada radicaba en los dos principales partidos en pugna, conservador y liberal, y la lucha de sus líderes por alcanzar el poder.


El pueblo de Los Palacios fue tomado por las fuerzas opositoras del gobierno, quienes cometieron una serie de atropellos y asesinatos entre la población palaceña. Frente al hogar del VH:. Luis Romero Ravelo, Venerable Maestro de “Montecristi” y a la vez Alcalde /Barrio, un joven, de apenas 17 años de edad, frente a las fuerzas opositoras le da vivas al partido gubernamental. El Maestro de “Montecristi” se apresura en gritarle a los beligerantes: “no le disparen, es apenas un niño”. Estos hacen caso omiso al llamado de piedad y balacean al infeliz joven. Después disparan contra el hermano Romero, quien salva la vida milagrosamente.

Este incidente ocurrió frente a la Logia “Montecristi”, que sesionaba en esos momentos en el hogar de su Venerable Maestro. Casa en forma de cuartería enclavada en la antigua calle José Martí, esquina a Serafín García, hoy calle 21, esquina a 28, y lugar donde en la actualidad tiene su vivienda el VH:. Antonio Calderón Tabares.

Un personaje pintoresco de nuestro pueblo, Pancho Melenas, quien era veterano del Ejército Libertador, sale sigilosamente en busca de las fuerzas del Coronel Avalos y le dice: “apúrate que la gente de Pino Guerra van a acabar con Los Palacios”. Ante la presencia de las fuerzas comandadas por Avalos, los sublevados abandonan Los Palacios sin ofrecer resistencia. Este movimiento revolucionario trajo como consecuencia la segunda intervención norteamericana a la isla, según lo tratado en la Enmienda Platt.

El 20 de Mayo de 1912, al mes y medio de la segunda etapa reorganizativa de “Montecristi”, tiene lugar el alzamiento del Partido Independiente de la Raza de Color, conocida como la Guerra Racista. Sus principales líderes, Pedro Ibonet y Evaristo Estenóz, altos oficiales del Ejército Libertador de Cuba, se levantaron en armas al frente del mayor número de complotados en la zona de Alto Songo y La Maya, en Oriente. El Jefe del Estado Mayor del Ejército de Cuba en esos momentos, Mayor General José Martí Zayas-Bazán, marchó al lugar de los acontecimientos y personalmente sofocó la sublevación.

El Partido Independiente de la Raza de Color, en su labor de proselitismo, se nucleó de adeptos y creó células en todos los municipios de Cuba. Antes del alzamiento llevaron a efectos varias acciones armadas, como el asalto a la Jefatura de Policía de Guanabacoa. El gobierno del presidente José Miguel Gómez emitió órdenes precisas al ejército de aprender en cada municipio a los partidarios del Partido Independiente, con el fin de que no se extendiera aquella guerra civil y cobrase más vidas inocentes y en evitación a una tercera intervención norteamericana. En Los Palacios se efectuaron numerosas detenciones, dentro de ellas, la del Teniente del Ejército Libertador, Señor Alejandro Prier Prier, conocido por Ñanguá (padre de Paciano Prier).

La generación masónica de 1906 tuvo que enfrentarse a situaciones muy adversas para el buen desenvolvimiento masónico de una logia. Cuando se funda “Montecristi”, Los Palacios aún sufría de los efectos económicos de la Guerra de Independencia y los prejuicios sociales y religiosos, que como herencia nos legó el coloniaje español. La población palaceña fue una de las que más sufrió en la provincia vueltabajera los efectos de la Reconcentración de Weyler y las secuelas que acompañaron a esta despiadada e inhumana medida.

Los masones de 1924 se encontraron con una situación económica y social mucho más favorable. El pueblo se había extendido considerablemente hacia el este y pasaba los linderos de la calle Warren, actual Calle 20. También se había ensanchado al norte y al sur y se habían formado nuevas calles y edificaciones. Es significativo el observar los avances, en todos los campos, que experimentó Los Palacios en los dieciocho años transcurridos de 1906 a 1924. De los 5,880 habitantes que tenía en 1906, según el Directorio de la República y datos de la Guía Francesa “Baylley-Barlliere-Piera”, en 1924 poseía una población de 11,546 habitantes, y de éstos 2,984 residían en el casco urbano.


En 1924 ya contaba con calles empedradas, sobre todo las principales: Maceo, Martí y Warren. Se le había construído un desagüe o drenaje, consistente en unas anchas “cunetas” a todo lo largo de la Calle Maceo, en el centro y con ambas vías a los lados. A este primitivo drenaje iban a parar las aguas de las demás calles y a la vez descargaba en el río. El puente sobre el río Los Palacios, que lo une con Paso Real de San Diego, ya existía. Gozaba de los adelantos y beneficios de la electricidad. Primeramente por una planta local que generaba el fluído eléctrico necesitado por la población y posteriormente se unió a la red de la Compañía Cubana de Electricidad. La planta estaba situada en la Calle Martí, entre Serafín García y José Palacios, (hoy 21, entre 28 y 30), en el lugar donde habita la familia Zayas. También se contaba con comunicación telefónica y telegráfica.

El cultivo de la caña se había extendido y el Central “La Francia”, antiguo “Virginia”, trituraba entre sus muelas toda la caña que producían las colonias palaceñas. La industria azucarera palaceña era fuente de vida para cientos de trabajadores del patio. Poseía una fábrica de hielo, la del Sr. Betancourt, y que estaba situada en la Calle Ramón Cruz, esquina a Warren, hoy 19 esquina a 20, y lugar donde vivió la familia del Sr. Tomás Guerra. En este lugar también existió la Academia “José de la Luz y Caballero”, de las Profesoras Maria e Hilda Guerra.

Entre su industria pueden señalarse los tejares existentes, que se dedicaban a la fabricación de tejas y ladrillos. Los envasadores de piña, las herrerías de Julio Lorenzo, Ricardo Paula y Eusebio Redonet, la tabaquería de Antonio Carrasco. También hay que añadir el taller de construcción de carruajes de Miguel Dancausse y Luis Hernández. Las panaderías de José Cabrera, José A. Capote, Arcadio Ferrer y Esteban Sordo. Las talabarterias de Eusebio Figueroa, Javier Ipsán y Remigio Martínez, así como las zapaterias de José A. Cecilia, Marcelino Diaz, Manuel González, Lucía Guzmán y Jacinto Morales. En estos talleres se trabajaba artesanalmente el cuero y de los mismos salían calzados, monturas y todo lo requerido por la población, que pudiera aportar la industria del cuero.


En 1924 era el alcalde de Los Palacios, Pedro Liz Cabezas. Presidente del Ayuntamiento Javier Ipsán Blanco, el padre de nuestro Padre Espiritual José A. Ipsán y el Secretario, Antonio Valdés Valdés. Al frente de la Administración Municipal se encontraba, Heliodoro Fúster Soto, como Contador a Santiago Tejera Pérez y de Tesorero Javier Ipsán. La Comisión de Impuestos Territoriales la presidía, Antonio Valdés Valdés.

La justicia la administraba como Juez Municipal, el Sr. José Antonio Aliño, y el Secretario del Juzgado, Francisco Parajón. La Junta Municipal Electoral la presidía José Antonio Aliño y actuaba de Secretario, Tomás Calderón Romero. El Correo lo administraba Eduardo Alvarez Nodarse, quien también fungía como telegrafista. Como Jefe de la Estación del Ferrocarril se encontraba, Andrés Cordovés. La Junta de Educación tenía como Presidente al Dr. Matías Dorta Duque y Avelino Tapias Iglesias como Secretario. Sanidad tenía como Jefe Local al Dr. Pablo Marino Rojas y era el Secretario Isidro Fiallo. El orden público estaba a cargo del Escuadrón No. 20 de la Guardia Rural y al frente del mismo se encontraba el Teniente Andrés Valdés (Cruz Garay).

Se contaba con los servicios médicos de los doctores, Agustín Delgado, Salvador Prats, Marino P. Rojas y Armando Valverde. El Dr. Pérez Salazar era el dentista. Existían tres farmacias con un variado y extenso surtido en medicamentos, la de Claudio Ferrer, Tomás Martínez y Francisco Serrapiñana. Existían tres ferreterías: las de Miguel Abay, Gervasio Francisco y Emilio Gómez. El comercio estaba conformado de los siguientes establecimientos, las carnicerías de Segundo Díaz, Luis Munguía, Ramón Moreno y Ramón Polo: los cafés de Antonio Bárcenas, José Betancourt, Ramón Gutierrez, Soberón y Hermanos, Suárez y Alonso. Las cantinas o bares de Antonio Bárcenas, Ramón Gutierrez, Orbesozo y hermanos. Las tiendas de tejidos y telas de Mayor y hermanos, Valdés y hermanos y José Mailán. Los hoteles de Ramón Gutierrez y López y Vara, la fonda de Manuel Wong Kee. Existían varios trenes de lavado, pero los más importantes eran los de Chun Gau y José Pernas.

El expendio de alimentos y útiles para el hogar se realizaba a través de las tiendas mixtas y bodegas de Serafín Alvarez, Sucesores de Luis A. Fernández, Arcadio Ferrer, Manuel Orbesozo, Pao Sun Lee y Cía., Suárez y Hernández, Wong Hing Long, Woo Lee y Cía., On Long, Gervasio Francisco, Pedro García, Diego González, Lorenzo González, Gutiérrez y Sobrino, Francisco Inclán, María de la Oliva Andrés, José Medel, Alejandro de la Oliva, Juan Pamo, Juan Pedro, Manuel Pulido, Ramón Sánchez Villareal y Hermanos y Manuel Won Kee.


Como religión y logias fraternales, solamente la Iglesia Católica, la Logia “Montecristi” y cultos africanos. Aunque por la influencia norteamericana, ya algunos palaceños se habían convertidos a los cultos luteranos. La Iglesia Adventista fue fundada por dos hermanos de “Montecristi”, Calixto Arrebato y Emilio Girado, en 1929; la Iglesia Bautista se fundó como tal en 1948. Los Testigos de Jehova aún no habían aparecido en el entorno palaceño, así como otras denominaciones y formas religiosas. Como Cura de la Iglesía Católica se mantenía el mismo del año 1906, el Padre José Rodríguez Suárez (Padre Pepe).

El Sr. Don Vicente García se ocupaba de las funciones de joyero y relojero y Pedro Redonet de mecánico automotriz, quienes formaron a otros en esos oficios. Habían muy buenos y competentes carpinteros, la familia de Marcelino y Ramón Izquierdo se convirtió en una institución en ese giro.

En la vida social y recreativa de 1924, Los Palacios ya contaba con el invento de los Hermanos Lumiere. Los palaceños podían recrearse con las maravillas del séptimo arte en el Cine “Lilia” de Pancho Franchi. Allí se destornillaban de la risa con Charles Chaplin o se maravillaban de la hazañas del Tarzán silente, interpretado por Elmus Lincoln. El galán de la actualidad, Rodolfo Valentino, también llegó a Los Palacios a través de este mágico invento. Muchas jovencitas suspiraban emocionadas por la penetrante y fascinadora mirada del galán, que desde la pantalla les llegaba a sus butacas. Al otro día, muchos jovenes palaceños pasaban hora y horas frente a un espejo tratando de emitar la mirada del héroe del celuloide. En mi barrio existió un joven, que de tanto practicar la mirada de Valentino sufrió una caída de los párpados, ganándose el sobrenombre de “ojigato” o “luz baja”.

En sociedades estaba constituído el Casino Chino, que aglutinaba en su seno y los reunía para mantener sus costumbres y rememorar su China milenaria. También existía el Liceo Palaceño y la Sociedad de Familias Palaceñas, que se reunían para disfrute recreativo, artístico y social. Una de estas sociedades contaba con campo de tenis. Estas dos sociedades se aglutinaron y fundaron en 1926 el Club Hispano Cubano.

En publicaciones circuló en los primeros años de la segunda década una revista ilustrada que se llamó “El Mosquito”. Era dirigida por Octavio Martínez y Manuel Medel Nodarse y su administrador lo fue Andrés Alvarez Nodarse. Las páginas de esta revista nos han transmitido parte de la vida social de aquella época. Por sus páginas nos hemos enterado que la buena de Cuca Fernández, la madre de Pilingo, ganó un certamen de belleza y que Emeterio E. León Medina buscaba la nominación de un partido político para aspirar a alcalde de Los Palacios.

En deportes Los Palacios siempre contó con activa y participante juventud. Los más practicados eran la pelota y el boxeo. De aquella época nos llegan anécdotas del excelente lanzador Juan Basilia, la defensa de Ojeda en el campo corto y la receptoría de Antonio Herrera. En boxeo el “Curro Mandinga” tenía una buena pegada. Las verbenas y certámenes de belleza, así como carreras de sortijas, salones de baile, donde se daban continuos bailes, y las peleas de gallos finos, con la existencia de vallas, formaban parte de la vida social y recreativa de Los Palacios. Sus personajes pintorescos, muy variados y en todas las épocas, sus trovadores, sus cuentos de aparecidos y de Bermúdez, eran parte genuina del folklore palaceño.

La Logia “Montecristi” junto a su pueblo sufrió los momentos de penuria y desgracia de sus hijos y también disfrutó de los momentos esplendorosos que tuvo Los Palacios. Estuvo al lado y apoyó a la familia del VH:. José Tapias Iglesias cuando un hijo de él pereció ahogado en el charco “El Caballo” de la Finca Famaní, o cuando la familia de Ramón Fiallo pasó por el amargo trance de que un hijo de la misma, el VH:. Dr. Triburcio Fiallo (Felito) se vió en la necesidad de ultimar a balazos a un provocador político.

La tuberculosis se convirtió en un flagelo y azotó muy duramente la población palaceña. Prestaba ayuda económica a las familias pobres que sufrían de este mal y también hacía uso de su influencia, acudiendo a las altas figuras de la nación, en busca de hospitalización de enfermos sin recursos. Dos miembros de su cuadro fueron infestados por la tuberculosis, los Hnos. Lino Noda y Wenceslao Acosta y para ambos volcó sus pobres recursos económicos.

También disfrutó de los momentos más esplendorosos que vivió Los Palacios en su época republicana. La comenzada a partir de 1925 y hasta el 1930. De aquel tiempo nos llega a nuestros días, como fieles testigos, las excelentes y sólidas construcciones del Club Hispano Cubano, el antiguo Ayuntamiento, la ferretería que fue de Emilio Gómez, la casa del Dr. Rojas, el antiguo edificio  de la ferretería de Alonso, La Revoltosa, las edificaciones situadas frente a la Ferretería de Emilio Gómez y lugar donde tuvo su consulta el dentista Emilito Fúster, la casa de la familia Valverde, el almacén de Miguel Abay, construcciones que se encuentran entre las mejores edificaciones palaceñas.


A partir de su reorganización en 1924, a la Logia “Montecristi” acudieron masivamente a solicitar iniciación las principales figuras en el orden social y moral de la población. Se nucleó rápidamente de una abigarrada membresía, que respondía muy positivamente a los intereses masónicos. Es maravilloso el leer los libros de acta de aquella década y encontrarnos con el rico potencial humano y fraternal desplegado.

En 1929 el mundo se ensombreció con la Depresión Económica. Cuba sufrió muy duramente este descalabro financiero. Los pueblos solamente ven en el gobierno al culpable de la situación de sus penurias y contra los poderes del mismo arremeten. El gobierno defiende su poder y permanencia y, en la mayoría de los casos, responde represivamente. Nace una tiranía y éste a la vez engendra una revolución. Así sucedió con el gobierno del VH:. Gerardo Machado Morales y su segunda etapa se conoce con el fatídico “machadato”. Muchos hermanos abandonan las filas de “Montecristi”, imposibilitados de poder cumplir con sus obligaciones financieras. Solamente doce miembros quedaron de su membresía. Ellos continuaron, a partir del 20 de agosto de 1933, los trabajos logiales que hoy disfrutamos.

La masonería es algo muy bello y hermoso, nos engrandece espiritualmente el alma, nos ayuda a buscar la verdad y saberla diferenciar de la mentira y nos enseña que la justicia y la libertad es un regalo de Dios, que es necesario el buscarla y conocerla para nuestro disfrute. Obras que persiguen estos fines altruistas perduran, son eternas, aunque tengan que vencer escollos insalvables y ser objetos de escarnios y contar con detractores. No hay causa por noble y justa que sea, que no cuente con detractores. Como no hay causa por injusta y perversa que sea, que no cuente con seguidores.

Se ha querido traer al presente el modus vivendi en lo político, social y económico del pueblo al cual pertenece “Montecristi”, en las etapas incursionadas. Si los hermanos de ayer, con fe en el ideal, optimismo y abnegación, sin recursos y partiendo de la nada absoluta, fundaron esta logia, vencieron los escollos y la hicieron llegar a nosotros, que podra decir la generación presente que disfruta de un confortable templo y pertenecen a una logia con una organización y un despliegue masónico que la hace notable en la masonería cubana y disfruta del respeto y consideración de la población. Los masones de hoy, y nucleados en su mayor parte por una culta y dinámica juventud, han recogido las experiencias del pasado, trabajan por mejorar y ser fieles al presente y así garantizarle a “Montecristi” un futuro luminoso, decoroso y cargado de dignidad humana.

viernes, 17 de febrero de 2012

Municipio de Los Palacios en el Exilio
11001 S. W. 47 Terrace
Miami, Fl. 33165
U.S.A.

El Municipio de Los Palacios en el Exilio, acordó auspiciar la publicación de la publicación ¨Recordando a Los Palacios¨, confeccionada por el palaceño Osvaldo Gotera Perugorría, con la valiosa cooperación de varios palaceños, con el objeto de que sea adquirido por los miembros de la familia palaceña y por quienes así lo deseen, cuya presentación tuvo lugar en los primeros días del mes de Mayo, 1998, en el acto almuerzo/reunión de confraternidad palaceña, conmemorando la fecha del Santo Patrono del municipio ¨Jesús Nazareno¨.

El propósito, mantener el recuerdo de nuestro querido Término Municipal y correspondientes localidades y para hacer crecer en los jóvenes, el amor a la tierra en que nacieron ellos o en que nacieron sus padres y abuelos.





Copia de la carta enviada por la
Resp., Logia Montecristi.  Parte del
texto,  se detalla.

Sr. Rolando Cruz Puga
Municipio de Los Palacios en el Exilio
Miami, Florida.
Miembros de la Directiva.
Palaceños:

En este domingo primaveral de Mayo, ustedes están de fiesta en la diáspora. Como buenos hijos de este pueblo celebran su Fiesta Patronal. El sublime Maestro Jesús de Nazaret fue el Patrón escogido por la Iglesia para el pueblo de Los Palacios y el 3 de Mayo la fecha señalada para la celebración de la Fiesta Patronal.
Palaceños: Cuantos recuerdos acuden a sus mentes en el día de hoy. Cuántas anécdotas se han de contar entre ustedes, que diseminados por ese enorme territorio de Estados Unidos esta festividad les sirve de reencuentro con viejas amistades y les hace vivir tiempos pasados, avivando en vuestros corazones la nostalgia por la patria amada.
La Resp., y Meritoria Logia  ¨Montecristi¨, que se mantiene en su atalaya prodigando a nuestro pueblo sus fecundos postulados masónicos, que en el transcurso de su existencia ha visto como nacen y desaparecen nacionalidades y dogmas aberrantes, como se modifican las ideas y como la humanidad ha recabado y consolidado, entre otros derechos, la santidad de la conciencia y la inviolabilidad del honrado pensamiento, no puede ser ajena a toda la grandeza espiritual que se encierra en los corazones de los hijos de su pueblo y les envía su reconocimiento más absoluto, rogando al Gran Arquitecto del Universo porque en este día los acompañe y los festejos patronales se desenvuelvan en un ambiente de legítima Fraternidad Palaceña. 
Por ¨Montecristi¨... Jesús Marcos García Vázquez
Ex-Maestro.


Copia de la carta de El Grupo Montecristi.
Contenido se detalla.
Katy, Texas. 20 de Mayo, 1998.
Municipio de Los Palacios en el Exilio. Miami, Fl.

Estimado Rolando: Miembros de la Junta Directiva.Por medio de la presente y en nombre de nuestra Resp., y Meritoria Logia ¨Montecristi¨, le hago llegar nuestro más fraternal mensaje de agradecimiento por haber tenido la gentileza de permitir que nuestro taller se viera representado en el acto de celebración del ¨Dia del Palaceño Ausente¨.
Aprovecho la oportunidad para en mi nombre hacerle llegar nuestro agradecimiento personal como palaceño, por haber ustedes acordado auspiciar, imprimir y distribuir el libro ¨Recordando a Los Palaciois¨, gesto con el cual, han demostrado a cabalidad que lo relacionado con nuestro Término Municipal está muy presente en esa organización que tan positivamente representa al Municipio de Los Palacios en el exilio.
Esperando poder compartir con ustedes en mi próxima visita a esa ciudad, para cambiar impresiones sobre algunos proyectos, de ustedes muy atentamente, 
Osvaldo Gotera. Sello de la Asociación de Masones de
Montecristi en el Exterior, Grupo Montecristi.




El Presidente del Municipio de Los Palacios en el Exilio, Rolando Cruz Puga y el Dirigente de la Asociación de Masones de Montecristi en el Exterior, El Grupo Montecristi, Efrén E. Toledo Valdés, en los momentos de la presentación del libro ¨Recordando a Los Palacios¨, así como dando lectura al mensaje enviado por la Resp., y Meritoria Logia ¨Montecristi¨.



De izq., a derecha: Esquilo Torres
y Dr. Emilio Fúster.




De izq. a derecha: Vicente Díaz, Pedro Ferro y
Dr. René Álvarez.

De izq., a derecha: Teresita Díaz y
Dr. William (Willy) Leal.


En las tradicionales celebraciones del año 2008, el Municipio de Los Palacios en el Exilio, con la colaboración del palaceño Osvaldo Gotera Perugorría, distribuyó por medio de un sorteo, un suplemento del libro Recordando a Los Palacios, con datos relacionados con la historia del Término Municipal de Los Palacios.








El Presidente del Municipio de Los Palacios en el
Exilio, Rolando Cruz Puga hace la presentación
del libro suplemento.











Varias vistas de los asistentes.



sábado, 8 de octubre de 2011

VIDEOS RELACIONADOS CON ACTIVIDADES EN LOS PALACIOS, PROVINCIA DE PINAR DEL RÍO, CUBA














Videos relacionados con las actividades religiosas en la Iglesia Católica del pueblo de Los Palacios, Provincia de Pinar del Río, con motivo de la procesión del Santo Patrono, Jesús de Nazareno, con la participación de una comisión de miembros de la Resp. Logia "Montecristi", encabezada por el Venerable Maestro, Hermano Jesús M. García Vázquez, que hizo uso de la palabra, evento que tuvo lugar en el mes de Mayo, del año 2002.



 Ruinas de lo que fue el Central La Francia. Vistas del Molino Arrocero Los Palacios, S.A., y vistas del Estadio de Béisbol Coronel Rosendo Collazo. Marzo, 1979.







viernes, 17 de junio de 2011

GRUPO PALACEÑO PARA

EL ESTUDIO DE NUESTRA

HISTORIA Y TRADICIONES


De izquierda a derecha. Línea Superior:
Omar Rubio Álvarez, Silvio M. Hernández Álvarez,
Jesús M. García Vázquez y Jacinto Guerrero Artigas.
Línea del Centro:
Orlando L. Núñez Fernández, Daniel Márquez Arencibia,
Rolando J. Cordero Alfonso y Emilio O. Medel Rodríguez.
Línea Inferior:
Iván Pérez Contreras, Angel Luis González González
y Raúl J. Nardo Martínez.
Al Frente:
Teresa Ramírez Alonso y Amparo Párez Rodríguez.



domingo, 1 de mayo de 2011

LOS PALACIOS, PROVINCIA DE PINAR DEL RÍO, CUBA




 
A todos aquellos que tuvieron su cuna en este pedazo de tierra cubanísima y bella. A todos cuantos se acogieron a la proverbial hospitalidad de este pueblo, y en él vivieron y amaron, gozaron alegrías o sufrieron dolores humanos. A todos los que por una u otra causa llevan a Los Palacios en sus corazones generosos, y sienten cariño y gratitud hacia este rinconcito amable y acogedor de la campiña pinareña, y se enorgullecen y emocionan al evocarlo. A todos cuantos hasta aquellos parajes extraños donde los azares de la vida los llevara, cercanos o distantes; en la ventura o la desdicha, triunfantes o vencidos, tienen siempre un recuerdo para su pueblo querido. A todos, absolutamente a todos, devotos u olvidadizos, que en Los Palacios nacieron, vivieron o por Los Palacios cruzaron tan sólo una vez. A los que lo recuerdan...A los que lo olvidaron...