jueves, 7 de enero de 2010

Algunas Tradiciones Palaceñas
Por: Amparo Páez Rodríguez
Lic. en Literatura y Lengua Española

Introducción

Desde hace varios siglos el pueblo de Los Palacios, atrajo la atención de muchos sabios e historiadores, por sus intensas tradiciones culturales o religiosas.
El sabio Tranqulino Sandalio de Noda contaba que Los Palacios, situado a la orilla izquierda del río Macurije (antaño Macorís), había sido fundado en llano arenoso, antiguamente llamado Sabana de los Ciegos y perteneciente a una hacienda de Juan Sánchez, lo describía Noda como un pueblito pequeño con techo de tejas y pórticos. En el citado año 60 aún quedaban unas pocas familias descendientes de indígenas. Por su situación geográfica- está en el camino de La Habana a Pinar del Río- de todos los puntos de la región vueltabajera, acudía gente a Los Palacios a ver las fiestas de la Semana Santa. Se dice que la familia Hernández (después familia Cruz), la más antigua en el término, instituyó en el pueblo la fiesta de la Santa Cruz.
Esteban Pichardo resalta que el pueblo de Los Palacios a mediado del siglo XIX era en su interior alegre y exponía:
“No faltaban bailes y otras diversiones en el carnaval de las Pascuas y en las Fiestas del Patrono, Jesús de Nazareno (3 de Mayo), además de la semana mayor, funciones de maromas, dramáticas y peleas de gallo fino”.
La Iglesia fue admirada por Cirilo Villaverde y calificada como: la mas linda de toda vueltabajo. Los Baños de San Diego fueron testigo de la presencia de figuras celebres como Tranquilino Sandalio de Noda, los Doctores: Tomás Romay y Antonmorchi (médico de Napoleón), Carlos Manuel de Céspedes, (Padre de la Patria), Ignacio Agramonte, el músico Gonzalo Roig, el ya mencionado y uno de nuestros más genuinos escritores Cirilo Villaverde y otros.
Con este trabajo hemos tratado de presentar de forma muy elemental algunas de las tradiciones de nuestro pueblo, que aunque no desarrolló grandes figuras si atraía a muchas personas relacionadas con el mundo cultural, artístico e intelectual que existía en la isla. Así visitaba por temporadas, de los años 1926 a 1928, a la Playa Dayaniguas una de las más auténticas y populares cantantes de Cuba; Rita Montaner, conocida generalmente por La Única.
Las verbenas y bailes de Los Palacios eran famosos por todo el país, así el pueblo palaceño pudo disfrutar de la ejecución e interpretación de músicos y cantantes de renombre como: Barbarito Diez, Joseíto Fernández, Alberto Aroche, Cheo Belén Puig, Antonio María Romeu, Pablo Quevedo, Benny Moré, Belisario López, Membiela, la Orquesta Aragón, Tito Gómez y la Orquesta Riverside, Orlando Contreras y muchos más. No faltaban los conjuntos y orquestas típicas locales que amenizaban las fiestas los fines de semana en los distintos salones, pues a veces en una noche habían hasta siete bailes en los diferentes barrios de la localidad.
Nuestro municipio contó por muchos años con una banda de música, la cual ejecutaba sus retretas en el parque. Muchas fueron las generaciones de palaceños que tuvieron la oportunidad de hacer presentaciones teatrales en las famosas veladas, organizadas por Fortuna Medel y personas interesadas en el auge del quehacer artístico del pueblo. En estas puestas en escenas y actuaciones de los hijos de Los Palacios desempeñó una labor muy especial el magisterio de la localidad. Hubo teatros y cines desde inicio de siglo que sirvieron de escenarios a las obras representadas y a la evolución progresiva del séptimo arte.
Como resultado de este estudio realizado y que pretendemos continuar, pudimos constatar que el acervo cultural de este municipio es considerable, si tenemos en cuenta, que Los Palacios es solamente un pueblo no muy grande del interior del país.

Historia de las tradiciones y manifestaciones culturales de Los Palacios.
Etapa Colonial (fines del Siglo XVIII y principios de Siglo XIX.

Los elementos culturales en el territorio se originan simultáneamente con el proceso de poblamiento, ya que de la cultura primitiva el genocidio español fue total y de los elementos que existen de la cultura primitiva se encuentran diluidos por la cultura impuesta.


La presencia africana se registra desde finales del Siglo XVIII y va unida a la leyenda relacionada con los Baños de San Diego, y un negro esclavo llamado Taita Domingo. Las manifestaciones culturales africanas, desde el primer momento y como consecuencia del sometimiento, sufrieron un proceso de asimilación, adaptándose a los esquemas y formas de la cultura española. Esto sucede también en la religión.
El proceso de transculturación también estuvo presente en nuestro territorio, entre los numerosos ejemplos de variados géneros se citan algunas por su gracia, espontaneidad y valor artístico: Canto de Palo, Canto de Santo y Canto de Trabajo.
El Guateque o canturía constituyó la forma festiva más generalizada y típica en nuestros campos y la guitarra el instrumento musical por excelencia y la forma estrófica “la décima”.

Décima Conga:
Yo siembra mi luc u luc u
La boniato, la bejuco
Yo siembro mi jonjolí
Tormenta me lo pudrí
Cochino se me murí
La yegua rompió una pata
Bohío se me barata
Y palma rompió chiquero
Ahora falta que len cuero
Venga a cobrar con mi cata.

También se escribieron romances:

Hilito de Oro

Hilito, Hilito de Oro
yo jugando al ajedrez
le dije a una gran señora
¡que lindas hijas tenés!
Tengalas o no las tenga,
yo las sabré mantener
del agua que yo bebiera
bebería ella también
y del pan que yo comiera
comerán ellas también

Resulta interesante la alusión que hace Dollero en su obra Cultura Cubana sobre un teatro de guano y caña brava que se construía en el año 1835 en Paso Real de San Diego y que después de las Fiestas del Santo Patrono, este desaparecía, según el propio autor estaba dotado de bastidores, escenario, decoraciones, foro y vestuarios.

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