viernes, 7 de diciembre de 2012




Apuntes Cronológicos de la Historia del
Término Municipal de Los Palacios
Por: Omar Rubio Alvarez
 
1569: Se adjudica el Hato de Dayaniguas, como merced para el desarrollo ganadero, al colonizador Juan Gutiérrez. Dayaniguas es vocablo aborigen (Arauaco). Este sería durante los siglos XIX y parte del XX, propiedad de los Condes de la Fernandina, cuyos apellidos Herrera y Garro, abundan en nuestro territorio.
 
1760: Fundación de Los Palacios. Su nombre es debido a la primera familia asentada en las márgenes del Río Macurijes. Manuel Díaz Palacios, natural de Paso Real, que cuenta con 98 años de edad (2000), es uno de los últimos descendientes de esa familia.

1820: Fundación de Paso Real de San Diego, pueblo cabecera del Partido de San Diego de los Baños. Primeramente se llamó Santa Rita de Izquierdo; el actual sitio de este pueblo se nombraba “Las Pozas”. Don Diego de Zayas y Soto está muy ligado a su crecimiento original.

1837: Francisco Estevez, célebre Capitán de Rancheadores, natural de Bahía Honda, recorre nuestro Partido, persiguiendo a un grupo de cimarrones lidereados por una audaz esclava llamada Mamá Pastora. Menciona en su diario a la ensenada de Dayaniguas.
 
1838: Cuentan Santa Mónica, Dayaniguas y Carraguao con 219 caballos, 112 yeguas, 13 mulas, 6 asnos, 116 yuntas de bueyes, 1,023 toros, 4,300 vacas, 922 añojos, 2,483 cerdos, 211 ovejas. Se levantan en Paso Real 13 tiendas mixtas, 2 panaderías, 2 fondas, 1 talabartería, 1 billar - Café, 1 botica y 1 teatro.

1841 - 1843: Cuenta Paso Real con 281 habitantes. Una Compañía Naviera construye un gran muelle y almacenes en la Playa de Dayaniguas. Enorme trasiego de mercadería y pasajeros entre La Habana - Dayaniguas - Pinar adel Río. Fundación del Embarcadero Cortés a unos 4 kms., de la desembocadura del Río San Diego, por Don José Bustamante. Un cayo de este mismo nombre integra la toponimia de esa región. Personajes históricos como el Mayor Ignacio Agramonte, el Ex Presidente de Estados Unidos Ulises Grant y el General Sherman, utilizaron esa vía de comunicación para llegar al Balneario de San Diego de los Baños.

1853: Cuenta el Partido de San Diego, al cual pertenece Paso Real, con 3,120 habitantes.

1858: Las autoridades civiles y militares del Partido radican en Paso Real. La mayoría de los sandiegueros se oponen a este status.

1860: Poseen los Partidos de los Palacios y San Diego 2,869 caballerías de bosques, 12,565 toros y vacas, 5,400 añojos, 1,400 caballos, 465 vegas de tabaco y 2 ingenios.

1861: Viven en Paso Real 4,507 habitantes, agregándoseles 1,810 esclavos y alrededor de 800 negros libertos.
1866: Fundación del Ayuntamiento de Paso Real, el actual Paso Quemado.

1868: Existe en Paso Real un grupo conspirativo lidereado por el hacendado Rafael del Pino Díaz, alcalde de este pueblo y que llegó a ser Coronel del Ejército Libertador. Fue deportado junto a su hijo del mismo nombre a la isla de Fernando Poo. Descendientes pasorrealeños de esa familia que aún viven, entre otros el profesor Juan Arturo del Pino Veliz y Enrique del Pino y del Pino, de 64 y 82 años respectivamente.

1877: Ascienden a 5,122 los habitantes de Paso Real, así como 661 esclavos.

1879: Nace Luis F. Rodríguez Molina. Eminente urólogo. En la década de 1940 fue profesor del joven palaceño Mariano Valverade, quien también se convertiría en un prestigioso clínico.

1880: A finales de esta década llega el ferrocarril a Paso Real, entonces una estación. Se inicia el declive comercial y de pasajeros a través del Embarcadero de Dayaniguas.

1890: Nace en Santa Mónica Armando Valdés Gálvez quien, por una amante que tuvo, motivó a su esposa Guillermina de Aramburu a escribir la letra de la canción “20 Años”, de fama internacional. Un artículo al respecto le fue publicado a Jesús Marcos García en la Revista Vitral. Era sobrino de la esposa del señor Yeyo Arrastía.

1896: Primer combate de la Guerra de Independencia en la provincia entre fuerzas españolas y la vanguardia mambisa comandada por el Coronel Roberto Bermúdez. La esposa de este controvertido oficial, Ursula Hernández fue hermana de la bisabuela paterna del Licenciado Juan Arturo del Pino. Aún subsisten relaciones sentimentales entre esas familias.

1896: Combate de Paso Real. Los mambises lamentan 58 bajas, cifra muy elevada de acuerdo con los promedios de bajas del Ejército Libertador. Los españoles sufrieron alrededor de 100. Adquiere fama internacional este combate, entre otras heroicidades, al hecho de que nuestra Enseña Patria es tomada por los españoles junto al cuerpo exánime de su abanderado. Se le concede a Pantaleón Herrera la distinción de Jefe de Prefectura por parte del Lugarteniente General Antonio Maceo. En Paso Real hubo 2, una en El Guajiro y otra en Herraduras. Numerosos descendientes de este mambí viven en esta zona. Según el historiador César García del Pino, su tío Adolfo del Pino y Ponce de León y su madre Esperanza del Pino, residían por esta fecha en Paso Real y le testificaron que Bermúdez incendia al poblado, (desde entonces Paso Quemado), resentido porque muchos familiares se habían opuesto a que ejecutara en la horca a un bandido de apellido Pozo.

1897: Viven en Paso Real 4,960 habitantes.
 
1897: La población alcanza a 1871; es decir se aprecia una disminución de 3,149 pasorrealeños, como consecuencia de la guerra, la reconcentración genocida de Weyler y el éxodo hacia lugares más seguros. Fue uno de los pueblos de esta provincia más desvastado por la guerra.
 
1899: Licenciamiento de 44 miembros del Ejército Libertador en Los Palacios; alrededor de 20 procedían de Paso Real.

1900: Pertenecen a Paso Real los barrios de Soledad, Ceja de Herradura, Arroyo Colorado, El Guajiro, Santa Mónica. Ahora se nombra Julián Díaz. Como consecuencia de la Nueva División Político - Administrativa del Gobierno Interventor Norteamericano, la mayor parte de sus barrios se desagregan y se integran a Los Palacios. Hasta 1910 Los Palacios y Paso Real fueron anexados a la jurisdicción de San Cristóbal. Recobra su nombre original.
 
1912: Por esta fecha se instala en Paso Real, Carlos Llauró Galicia, eminente pedagogo de memoria imperecedera entre los hijos de este pueblo.
 
 
1908: Fundación de la Logia Masónica “San Andrés”. Fungiendo como su Venerable Maestro Carlos Llauró Galicia.
 
 
1915: Se construye el Central Virginia “La Francia”, por una compañía norteamericana de ese estado. Hasta finales de los años 60 cientos de colonias cañeras, de excelentes rendimientos, mantenían sus plantaciones originales, como por ejemplo, las nombradas 4 caballerías en Santa Mónica.
 

1916: Fundación de la Iglesia Católica. El Padre Claudio Ojea, recientemente fallecido, y de huella imperecedera entre nosotros, fue sacerdote de esta parroquia en la década del 40.



1917: Arriba Jerónimo Albolay a Dayaniguas. Símbolo viviente de esa playa durante más de medio siglo. Era Capitán de Puerto honorario. Esa playa ha sido el centro vacacional por excelencia de nuestro municipio. De su arraigo en nuestros corazones habla esta décima:
 
 
El arco de tu ensenada
Bañada por nuestros ríos
Y aquel largo caserío
Que era una familia amada.
El San Diego con su aguada
De azufre medicinal
Pero quien puede olvidar
Aquellos barcos de vela
Atestados de cuberas
Mariscos y calamar.
 
1922: Pedro Liz Cabezas, hijo de este pueblo, es elegido Alcalde de Los Palacios.
 
1930: El maestro Leopoldo Zaragoitía y O’ Donovan escribe una breve historia sobre Paso Real.
 
1933: Nace en Paso Quemado Liduvino Echevarria, único palaceño graduado en la prestigiosa Academia de Pintura y Escultura San Alejandro. Cuadros suyos han sido reconocidos en exposiciones nacionales e internacionales.
 

1933: Fuerte oposición a la dictadura del Presidente Machado en Paso Real. Incendian una finca en El Sabino de un Pro-Machadista conocido como Santiesteban.

1934: Manuel Díaz Palacios, Arsenio Echevarría y otros jóvenes de la localidad, participan en un desfile Abecedario en La Habana, que fue disuelto a tiros. La vivienda del ilustra Don Arsenio, aún conserva una gigantesca bandera verde del Partido ABC.
 
1936: Es elegido nuevamente Pedro Liz Cabezas, Alcalde Municipal.
 
1941: El empresario alemán Smith introduce en Dayaniguas por primera vez la siembra de arroz por trasplante, (a mota).
 
1945: Muere combatiendo contra los japoneses en el Pacífico, Baldomero Rodríguez Remedios, paracaidista del ejército de los Estados Unidos. Era natural de El Jagüey. Fue condecorado Post - Mortem por el Congreso Norteamericano. Otro pasorrealeño, Manuel Fernández, alias Manolo Pinchinche, también participó como soldado en esa contienda mundial.
 
1946: El joven Hipólito Díaz Moreira, de Santa Mónica, lanzador de un equipo habanero, ganó tres juegos en una gira por la República de Guatemala.
 
1947 - 1950: Fungen como Concejales de Barrios de Paso Real, entre otros: Martiniano Liz, Erasmo López, José Rubio, Eduardo Arrastía, Julio Francisco Vázquez, Justo Arrastía y Sara Echevarría.
 
1948: Fundación del observatorio meteorológico de Paso Real. Fueron sus primeros técnicos Carlos Miguel Barreras, Marcos Colls, Padilla y El Marinero.
 

1950: Un grupo de obreros agrícolas de Santa Mónica comparecen en la Audiencia Provincial “por hacer reclamaciones salariales al hacendado suizo Walter Stinger”. Entre ellos Evelio García, Collazo, Mirabal y López.



1952: Envasa el Central La Francia 182,536 sacos de 13 arrobas en tres meses de zafra, a la que contribuye en buena medida la producción cañera de Santa Mónica.
 
 
1953: Fundación de la Logia Carlos Llauró Galicia, de la Orden Caballeros de la Luz. Su primer Luminar lo fue Don Fausto Arsenio Rodríguez Echevarría. Esta logia a casi medio siglo de su creación, ha servido como institución propagadora de la educación, la moral y las buenas costumbres. Se inicia la construcción de un gran molino arrocero, así como de una desmotadora de algodón en Dayaniguas, por parte de una compañía norteamericana. Este complejo agro-industrial posibilitó fuentes de trabajo a cientos de pobladores. Se sembraron más de 100 caballerías de arroz y alrededor de 40 de algodón.
 
 
1954: Las Sociedades Círculo Social y Liceo, en colaboración con la Logia Carlos Llauró Galicia coauspician las verbenas durante los días 24, 25 y 26 de Diciembre. Tres renombradas orquestas de la capital amenizan estas sonadas fiestas.
 
 
1955: Se produce el desalojo de algunas familias campesinas en El Jagüey. Un triste suceso que fue ampliamente denunciado en aquella época. El abogado e intelectual Menelao Mora, funge como defensor en el juicio al efecto. El palaceño Ñico Lamelas y Fito Quiñones, natural de Bahía Honda y residente en Los Palacios, también elevaron sus voces en defensa de los perjudicados. En este propio año se devela un busto a nuestro Héroe Nacional José Martí en los “Colegios Antiguos”. Fue donado por Orlando Valle. Ofrecieron bellos discursos el Doctor William Leal Díaz de Santa Mónica, la Doctora Concepción Estrada, el Doctor Eustaquio Negrín, el maestro Radamés Martínez Echevarría, de Paso Quemado, quien fue rector de colegios norteamericanos durante las últimas décadas del Siglo XX.

 
1956: Creación de la Dirección del Movimiento 26 de Julio en Los Palacios. Alrededor de 20 pasorrealeños fueron activos militantes del 26, varios de ellos Caballeros de la Luz. Joaquín Salgado, quien llegaría a ser un alto oficial de la Seguridad se suicidó en el año 1967.
 
 
1959: Para una población de poco más de 6,000 habitantes en Paso Real de San Diego, Santa Mónica y Dayaniguas, ofrecían su excelente servicio 21 bodegas, la mitad de ellas mixtas, 2 ferreterías, 2 farmacias, 6 kioscos, 5 bares con victrolas, 2 quincallas, 7 fondas, 2 garajes con gasolineras, lubricantes, piezas de repuesto y poncheras, 1 panadería y dulcería, 3 hospedajes, 1 heladería, 1 cine, 3 tiendas de ropa y peletería, 1 sala de billar, 5 carnicerías, 1 sastrería, 2 escogidas de tabaco, 2 peluquerías, 1 guarapera, 2 sociedades de recreo, 20 autos de alquiler, 1 ruta de omnibus, numerosos vendedores ambulantes, algunos de origen árabe, con sus pequeños negocios de panes con lechón asado, tamales, helados, granizados, ropas, calzado y cuanta quincallería existía.
 
 
En la memoria del pueblo quedó grabada esta décima dedicada a una bodeguita propiedad de Máximo Rubio Martínez, situada en el camino real a Dayaniguas:
 
Arroz, garbanzo, tasajo,
Bacalao, queso, sardina,
Azúcar, sal de propina
Y aquellas ristras de ajos.
Rico chorizo, agasajo
De una buena potajada
Tocino, pan, jamonada,
Refrescos, dulce, cerveza.
Que más quisiera una mesa,
Y casi no he dicho nada.
 
Este trabajo histórico hubiera sido imposible sin la especial colaboración del Presidente de la Comisión de Historia del Municipio, Luis Martínez Zamora y del Director del Museo Rolando Cordero Alfonso. Un especial reconocimiento a Máximo Rubio Alvarez.










Esbozo Sobre el Estado del Comercio en
Paso Real de San Diego en el año 1959
 
Dedicatoria:
A mis compatriotas y a los casi 150,000 extranjeros residentes en Cuba, que ayudaron a ser posible, en 1959, que el peso cubano estuviera ligeramente por encima del dólar estadounidense.
 
Agradecimientos:
A Máximo Rubio Alvarez y al VH:. Jesús Marcos García por la valiosa, documentada y objetiva información que brindaron.
EXERGO:  Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes, de abismos que brotan por vegas y montes. Tierra en la cual no comerás el pan con escasez, no te faltará nada de ella. Deuteronimio 8, Vers. 7 y 9.
Por Omar Rubio Alvarez

INTRODUCCIÓN
Relata el cronista de la Conquista del Imperio Azteca, Don Bernal Díaz del Castillo, que al llegar a la ciudad de México en 1519, quedaron admirados de la multitud de gente y mercaderías que en su gran plaza había. Concluye su prolija exposición de géneros alimentarios, textiles y de orfebrería con estas palabras: “Entre nosotros hubo soldados que habían estado en muchas partes del mundo (...) y dijeron que plaza tan bien proporcionada y con tanto concierto y tamaño y llena de tanta gente no la habían visto”.

La clave para interpretar ese asombro es puramente económico; un comercio libre y sin trabas estatales que asciende vertiginosamente por si mismo porque su protagonista, el hombre creativo, era libre para hacerlo.
En su ameno libro de viajes “Paso por el Oriente”, el escritor cubano de la República Rodolfo Arango, expresa: “Lo cierto es que en sus recorridos se refiere a varios países asiáticos y del mundo árabe, no sólo la vista se recrea y se sorprende, como en un variado museo de artes y modas, sino que puede el viajero formarse una idea del desenvolvimiento comercial, pues en las actividades del comerciante hay un reflejo de los recursos propios del país, de su capacidad de importación, de sus posibilidades adquisitivas, en fin, del verdadero estado económico del pueblo y de la nación, en su aspecto más vital¨.

De nuevo, la abundancia y la solvencia monetaria hace que un escritor cubano, a cuatro siglos de Diaz del Castillo, y en un marco geográfico y racial diferentes, se llene de exaltación contemplativa.

La clave es similar: Un espacio democrático donde la oferta y la demanda se rigen por leyes ancestrales, que el propio hombre y su libre capacidad competitiva imponen, sin que el burocratismo estatal, los planes quinquenales o la economía centralizada, estorben su iniciativa.

El Mundo de Ayer es una famosa otra testimonial del escritor austriaco de origen judío Stefan Zweig. En uno de sus capítulos el autor describe una viaje realizado por él a la desaparecida Unión Soviética de los años treinta. Al cruzar la frontera, en la primera estación ferroviaria rusa, debió cambiar sus fuertes marcos alemanes por rublos desvalorizados, es decir, incapaces de hacer frente a una superinflación galopante de una pobreza generalizada.

La clave ahora es otra: Una economía masificada en gigantescas granjas del estado, irrentables, porque ya el individuo no es protagonista, sino actor de un papel secundario. Zweig, que alentaba un leve optimismo por aquel inmenso país y su sistema socio-económico, quedaría decepcionado para siempre.

DESARROLLO

Paso Real de San Diego, un pueblecito de la llanura sur occidental de Pinar del Río, en 1959, contaba con alrededor de 6,500 habitantes, si incluímos a Santa Mónica, su asentamiento rural más importante. Algunas zonas como Santa Bárbara y Marverde, actualmente consolareñas, integraban su geografía, así como Paso Quemado, asiento original de este pueblo que se fundó en 1820. La información analizada sólo abarca a Paso Real y Santa Mónica.
El 31 de Diciembre de 1958, en vísperas del nuevo año, decenas de parejas bailaban paradisíacamente al compás de cadenciosos boleros o rítmicos y alegres danzones. En ambas sociedades de recreo se desarrollaban animados bailes, cuya magnificencia y elegancia era notoria. Las eternas desigualdades sociales se diluían en aquellas festividades. Todos vestían pulcramente, unos con trajes, otros con sacos combinados o finas guayaberas de blanco impecable. Las mujeres con un sentido de la elegancia como nunca se volverían a ver; de trajes largos y coloridos, bien pintadas con penetrante olor a perfumería que saturaba el ambiente y tratando de dislumbrar con cuanto collar, aretes o lentejuelas que encontraban. Todo el mundo bailaba.

Yo me moría de envidia, tenía 8 años, ante aquel espectáculo indescriptible de música, cerveza, sidra, jaiboles, victrolas, enramadas y nocturno romanticismo.

Por la madrugada, al salir a la calle, —andaba con mis padres—, topamos con un tal Pablo García, un negro risueño y regordete que vendía unos enormes panes con lechón asado; rebosantes de masas, gordos y pellejitos crispeantes, con el mismo olor que debe haber en el paraíso, por 15 o 20 centavos. Cerca Joseíto el tamalero, un mulato de voz sonora, ofertaba unos suculentos tamales, humeantes, blanditos, rociados de kepchup con picantico al gusto, divididos en trozos, con sus correspondientes palillitos, también por unos centavos. De modo que el encumbrado y el de medio pelo, el pudiente comerciante y el anónimo jornalero compraban lo mismo, porque todo era muy barato.

Describir minuciosamente el enjambre de bares, bodegas, kioscos, tiendas, quincallas, fondas y vendedores ambulantes robaría un apreciado tiempo. Pero no puedo dejar de registrar aquellas preciosas victrolas, difusoras permanentes de la mejor música cubana, española y mexicana. Depositando en ellas una peseta se recibía el dorado privilegio de escuchar, entre muchas piezas musicales, nuestros más talentosos boleros, como “Nosotros”, “Dos Gardenias” y “Longina”, que hoy forman parte del patrimonio artístico de los más famosos boleristas del mundo. Con el exterminio absurdo de las victrolas se disparó un tiro a la nuca de la más natural, sencilla y expedita escuela para la apreciación del arte musical.
 
A pesar de la hora el bullicio era enorme, como si fuera una feria en una lujosa ciudad. Se decidió comer arroz con pollo a la chorrera en la fonda-bar-bodega y hospedaje de Julián Andarcio. Su costo, incluída una botella de vino español, $3.20.
 

Pasamos, ya rumbo a Santa Mónica, por el bar de Pedro Martín, porque querían tomar café express, colado en aquellas ciclópeas cafeteras Nacional. Por unos centavos te ofrecía una taza humeante, espumosa de puro néctar saborizado. En ese sitio había una sala de billar muy concurrida. El billar, un exquisito pasatiempo de origen inglés y perfeccionado por los franceses, que fue durante siglos privativo para la aristocracia europea, era degustado por nuestros jóvenes en permanente gozo y sosiego; alejándolos de vicios dañinos.

Resultó fácil llegar a Santa Mónica, simplemente contábamos con 28 autos de alquiler. Aunque muchos habían sido alquilados desde temprano hacia las sonadas fiestas bailables de Los Palacios, Fierro, Entronque de Herradura, Consolación del Sur y San Diego de los Baños.

Me excuso si se sienten abrumados por esta descripción que a los más jóvenes debe saberles a fábula, pero es imprescindible anotar que el desarrollo del comercio se abrumaba, de manera inusual, con el sistemático arribo de numerosos circos, algunos de prestigio internacional como el Santos y Artigas con su triple salto mortal aun vigente, lo de vigente se refiere al increible triple salto acrobático, no al circo, que como sabéis fue extinguido como los demás. El Nelson, cuyo baúl macabro y la enigmática metamorfosis que en su interior se operaba, continúa siendo un interesate enigma que sólo se ha repetido por la televisión. El Moreno y el Echazábal, con familias en esta comarca.

Otras formas de animación comercial lo constituían los caballitos, pequeños Disneylandias y paraíso de la niñez. El cine, toda una institución cultural, desbordado los fines de semana con permanentes estrenos de la filmografía norteamericana, argentina, mexicana y española, que eran los más apreciados, de acuerdo con nuestra idiosincracia.

Pero quien pudiera eternizar el supremo asombro que experimentaría el ilustre Bernal Díaz del Castillo, el cronista precitado, si nos fuera dable utilizar la máquina del tiempo, ficción creada por H. H. Wells (novelista inglés) y ubicándolo en 1959, se le pudiera mostrar la bodeguita de Máximo Rubio Martínez, (pudiera ser otra cualquiera), y decirle mencione usted un producto alimenticio u otro que sea menester en la vida diaria; ristras de salchichones de pura carne vacuna; rollizas jamonadas de 40 cts., la libra, superiores en calidad al jamón actual de cerdo ahumado que vale $30.00 la libra, es decir, más de 70 veces; mortadellas, chorizos en salsa riquísima, bacalaos enormes como yaguas de palma real; arenques ahumados (la delicia de los bebedores de cerveza); tasajo uruguayo; redes de longanizas colgadas del techo como telarañas; pingües tocinos, la cumbre del sabor para hacer potajes; sardinas navegando en el afrodisíaco aceite de oliva; el insuperable bonito enlatado; los variados quesos que semajaban ruedas de molino de maíz; los tipos de arroz a precios irrisorios; frijoles, garbanzos y chicharos para todos los paladares; cuatro marcas de cervezas nacionales; tres de maltas; más de 10 clases de refrescos y cigarros, a 5 y 10 centavos; panes, palitroques y galletas saladas y dulces; leche condensada y evaporada; variada dulcería; incontables latas de dulces en conserva; todo género de especias y sazones. Avituallamiento de ferretería, calzado y textil cuyos pormenores serían hasta fatigosos de designar.
 
Interrogado el Venerable Maestro de la “Resp. Logia “Montecristi” Hermano Jesús Marcos García, le preguntamos: ¿Consideras que en el ramo del comercio y la gastronomía, Cuba tenía que envidiarle a los Estados Unidos? Respuesta: Al contrario, cada día se desalojaba más a la industria foránea, por la enorme competencia y calidad de nuestros productos y sus bajos precios.
 

Por ejemplo, el puré de tomate “La Conchita” superó al famoso Del Monte y al Libby´s de procedencia yanki. El chorizo “El Miño” cubano, dejó atrás a los clásicos chorizos españoles. También quedaron relegados la jamonada, mortadella y salchichones. tradicionalmente hispanos, porque los nuestros eran más baratos y de una extraordinaria calidad. En 1959 contábamos con 362 fincas; excelentes colonias de caña, tabaco y ganado en las que laboraban cerca de 600 trabajadores. Una gran compañía arrocera y algodonera con alrededor de 250 empleados que alternaban sus jornales entre cosechas de arroz y caña. El salario medio era de $2.70, pero con un valor de compra por encima de 150.00 pesos actuales.

Voy a ilustrar lo antedicho con un ejemplo: Cinco libras de jamonada costaban $2.25; actualmente $150.00...y de calidad no vamos a hablar. Una libra de picadillo de res de primera 20 cts.; actualmente $3.50 dólares, es decir 80 pesos cubanos; 460 veces más. Alrededor de 200 personas ganaban su sustento en el comercio, el transporte y otros servicios.
 

En el extremo sur de nuestro pueblo, el Mar Caribe nos ofrendó la Playa Dayaniguas, donde desemboca el Río San Diego con sus saludables efluvios sulfurosos. Durante tres meses cobraba una inusitada vitalidad con el arribo de cientos de vacacionistas, palaceños en su mayoría, propietarios de medio centenar de embarcaciones, algunas muy veloces como las llamadas “yumas” con motor fuera de borda y que salían adonde se les antojaba a sus dueños, sin menester de permisos oficiales.

A 300 metros de la costa fondeaban los pintorescos barquitos de vela, atestados de biajaibas, pataos, pargos, camarones, langostas y cangrejos moros, vivitos y coleando todos, en sus viveros naturales diseñados en las barrigas de los barcos y, como un símbolo del cuerno de la abundancia, la Fonda de Albolay donde se freían, día y noche, en enormes sartenes las doradas y exhuberantes cuberas de la costa sur.

CONCLUSIONES:
 
En 1959, en Paso Real de San Diego y Santa Mónica ofrecían su excelente servicio: 21 bodegas (la mitad mixtas); 2 ferreterías; 2 farmacias; 6 kioscos; 5 bares con victrolas; 2 quincallas; 7 fondas; 2 servicentros o garajes; 1 panadería y dulcería; 3 hospedajes; 1 heladería; 1 cine; 3 tiendas de ropas; 5 carnicerías; 1 sastrería; 2 escogidas de tabaco; 2 peluquerías modernas; 1 guarapera; 2 sociedades de recreo y numerosos vendedores ambulantes, algunos de origen árabe.
 
En Arroyo Hondo, veguería distante a 3 Kms., de Los Palacios, un colono norteamericano nombrado Mr. Bravo, le dijo un día a su administrador Pelayo Valdés: “Pelayo, yo vivir en ciudad de la Florida muchos años, pero aquí no encontrar diferencia”. En consonancia telepática con esas palabras, Manuel de Jesús Novo, que fue Secretario de la Junta de Educación de Artemisa, nos dijo ante un grupo de palaceños: “Artemisa era una de las ciudades más encumbradas de occidente, a la par de la ciudad de Pinar del Río, pero al establecerme en Paso Real como telegrafista, ya no noté la diferencia”. ¿Qué les parece?.
Donde estaba ubicada la Farmacia Orizondo.
Calle 18, esquina a la Calle 19.


Un jefe tribal de la etnia maya, antiguos habitantes de zonas de México y Guatemala, al encontrarse con las primeras avanzadas de los conquistadores españoles, les preguntó: ¿Por qué vienen ustedes de tan lejos a estos remotos lugares? ¿Acaso sus tierras no producen alimentos en abundancia?.


jueves, 6 de diciembre de 2012



La Deforestación:
Un enemigo que visitó Los Palacios

Por: Licenciado Omar Rubio Alvarez
Secretario de la Comisión de Cultura de la
Fraternidad Palaceña.

 
Los bruscos y aterradores cambios climáticos que azotan a nuestro planeta, están a la mira escrutadora de gobiernos, universidades, instituciones científicas y hombres sabios de todas las latitudes. Sequías despiadadas enlutan a buena parte del continente africano. Inundaciones impensables cosechan destrucción y muerte. La salinización agrede la fertilidad de tierras labrantías. Las elevadas temperaturas comienzan a deshelar los polos; segura amenaza para muchos países bajos.
Ante semejantes caos, muchos temen este sea el principio del fin de la biodiversidad. Todos los análisis científicos y esquemas computarizados enfocan dos grandes causas; - “el colosal envenenamiento de la atmósfera y su respuesta de efecto invernadero... y la deforestación a escala mundial”.
En el caso concreto de nuestra isla, considerada un paraiso para los descubridores españoles del Siglo XV, la deforestación fue, en un pasado reciente, un escandaloso fenómeno generalizado. Sin tener en cuenta un proyecto de desarrollo agrícola sostenible, las “Brigadas de Desmonte y Construcción”, arrazaron con miles de hectáreas de bosques, palmares y arboledas frutales. Su climax devastador se enseñoreó durante los decenios 1960-1980; a la vista de un pueblo que sufría semejante desafuero.


Decenas de miles de palmas y árboles frutales embellecían y alimentaban a los palaceños en las paradisíacas fincas de Santa Mónica, Dayaniguas, Santa Bárbara, Arroyo Hondo, Macurijes, Santa Rosa, Guasimal, San Lorenzo, El Rincón, Corralitos... entre otras y hoy desérticas. Se llegó al absurdo de desmontar zonas aledañas a nuestras cosas, en tierras inadecuadas para el cultivo por su alto grado de salinización.
Si bien es justo decir que se llegaron a sembrar alrededor de mil caballerías de arroz, pero todo el mundo sabe, que con quinientas caballerías bien atendidas y con altos rendimientos, no era necesario abarcar tanta extensión. Lo mismo sucedió con el “Plan Viandas”. “Comarca sin árboles produce frutos violentos”, escribió José Martí, quien refiriéndose a las palmas las llamó “Novias que Esperan”. Desoyendo ese profético llamado, nuestro municipio fue practicamente deforestado. Hasta finales de los años sesenta del siglo pasado (1960), en Los Palacios, como en toda la isla, el mango, la guayaba, el mamoncillo, la calabaza, la yuca, el limón, la naranja, la toronja, el boniato, por citar algunas frutas y viandas, eran invendibles, habida cuenta de su sobreabundancia.
 
 

Es denigrante que actualmente (2002), una libra de guayabas cueste $1.70; cualquier manguito un peso; un aguacate, de 3 a 10 pesos; el boniato, que jamás campesino alguno vendió, a $0.80 centavos la libra; una calabacita, estimada siempre por su poco valor, 4 o 5 pesos. Sería interminable describir las frutas que en nuestra niñez se podrían en el suelo por su abundancia y que hoy el pueblo apenas puede comprar. Tanto más relevante como el sentido crítico de este artículo, es su mensaje futuro. Gracias a Dios desde hace algunos años se han creado fincas forestales, se siembran las márgenes calvas de los ríos y se exhorta el cuidado de la naturaleza; pero demorará muchos años rehacer lo destruído.
Finalizamos con una décima que refleja el aterrador panorama de nuestros palmares buldoceados y dinamitados estupidamente.
PALMAR
Altas mujeres cayendo
heridas sobre la tierra.
Susto de pencas. Aterra
ver esas palmas muriendo.
Cabelleras descendiendo
en astracto frenesí.
Va subiendo un colibrí.
Un angel negro se apea:
El Sol encienda una tea
desde el Cabo hasta Maisí.