sábado, 27 de febrero de 2010

Padre Manuel de J. Dobal y García

"El mejor profeta del futuro es el pasado". R. Skore

Por Jesús M. García Vázquez

El Padre Manuel de Jesús Dobal y García nació en Santiago de las Vegas, Provincia de La Habana, el día 12 del mes de Octubre del año 1842. Se recibe como sacerdote en el año 1867, a la edad de 25 años y auspicia su primera misa el día 30 del mes de Junio del año 1867. Por sus condiciones excepcionales, don de gentes y lo inflamado de su oratoria en el púlpito, se hizo sospechoso a las autoriades españolas y le enviaban a ejercer su ministerio a lugares apartados.

En el año 1874 ingresó en la Respo. Logia "Constancia" y adoptó el nombre simbólico de "Salomón", como era común en esos tiempos de persecuciones. El Padre Dobal coincidió con los ideales independentistas y contribuía los mismos.

En en el mes de Febrero del año 1877, cuando pronunciaba una elocuente e inflamada oración en la Iglesia de San Lázaro, es asaltada la misma y conducido detenido entre bayonetas. Posteriormente es deportado a España. En España gozó de la protección de sus hermanos masones. Ya que estaba suspendido de sus funciones sacerdotales visitaba las Logias "Humanidad" y "Libertad", donde se distinguió como un elocuente orador y fervoroso independentista.

Utilizó su estancia en España para aumentar el caudal de su cultura, graduándose de Doctor en Teología en el Seminario Central de Toledo. al venir la Paz del Zanjón en el año 1878 regresó a Cuba y al no poder desempñear cargo alguno en la iglesia, se dedicó a la enseñanza, trabajando como profesor en varios colegios de La Habana. Mientras se encontraba en esta situación aprovechó esa oportunidad y terminó en la Universidad de La Habana sus estudios, graduándose de Licenciado en Derecho y en Filosofía. Cuando finaliza sus supensión sacerdotal es designado para la iglesia del pueblo de Los Palacios, llegando al mismo en los primeros días del mes de Agosto del año 1880. Su primer acto en este pueblo, como cura, fue el bautizo del niño Pedro Secundino de Jesús Cruz López, hijo de Don Pedro Cruz y de Doña Valentina López, el día 8 de Agosto de 1880. Su último acto en la parroquia de Los Palacios fue el matrimonio de José Rodolfo Ruiz con María de los Ángeles Arencibia y Borges, el día 16 de Octubre del año 1893. Documento (copia) de la donación del terreno para la construcción de la Iglesia del Pueblo de Los Palacios. ARCHIVO (OGEPE).
El Padre Pedro Dobal nos enseña lo que son las concepciones humanas y la tolerancia. Lo que representa una mentalidad despierta y abierta a todas la ideas; fue un militante activo de la masonería y de la iglesia y en ambas cumplió a cabalidad con sus deberes, a pesar que las mismas en esa época eran fuerzas en oposición.


La religión y la política es evidentemente una cuestión muy personal, que sólo le interesa a la conciencia del individio y a nadie debe importarle cual es la de uno. Toda persona tiene derecho a practicar la creencia de su agrado y a respetarles esa creencia aunque se considere estén equivocadas. Copia de la Certificación de un Libro de Bautizo en la Iglesia de Los Palacios, por el Padre Dobal. ARCHIVO (OGEPE)


La intolerancia va siempre unida al fanatismo y esta conducta patológica se caracteriza porque el fanático se considera dueño indiscutible de la verdad y experimenta la posesión de esa verdad de manera enardecida y se considera en el deber de imponer esa verdad a los demás, sin pensar que la verdad inmutable o absoluta no existe en este mundo porque es contraria a la libertad del espíritu.


Por todo lo anterior, se podrá comprender que la presencia de masones en el pueblo de Los Palacios, se produjo mucho antes de la fundación de la Respetable y Meritoria Logia "Montecirsti", la cual recibió, en el marco del aniversario número ochenta y ocho de su fundación (1994), el diploma que la acredita como Meritoria, como recompensa a su trabajo altruísta.

ANEXO

En los primeros meses del año 1896 la Iglesia de Los Palacios fue incendiada por las fuerzas del General del Ejército Libertador Roberto Bermúdez López. Miembros de una familia palaceña de apellido Corvo, rescataron el Santo Patrón de las llamas.
Al ser reconstruída la Iglesia de Los Palacios, se adquirió una nueva y bella imagen de Jesús de Nazaret, que es la que se encuentra en el Altar Mayor y la cual acompañó la procesión a partir de ese momento. En el año 1995 esta imagen, bastante deteriorada por el paso de los años, fue restaurada por un excelente maestro restaurador de la ciudad de Pinar del Río, gracias a las gestiones de Monseñor Siro, Obispo de la Diócesis de Pinar del Río y del Padre José, Cura de Los Palacios. (Fotografía de la procesión

La imagen del Patrón, rescatada de las llamas, fue cedida por la familia Corvo a la familia del Señor Agapito Martínez, que con su familia eran muy devotos de Jesús de Nazaret y le rendían una religiosa pleitesía. Los palaceños le llamaban el "Santo de Agapito" y cuando el pueblo era azotado por una prolongada y desesperante sequía o se sufría de una epidemia u otro mal, los pobladores acudían al domicilio de Agapito, situado en la Calle 24, Número 16, (antes Calle Céspedes) y sacaban el santo en una peregrinación por las calles del pueblo.

Las marchas religiosas organizadas por el hogar de Agapito Martínez y llevando al frente la primitiva imagen de Jesús de Nazaret, eran procesiones ocasionales. La antigua imagen del Patrón de Los Palacios nunca más presidió la procesión del 3 de Mayo, después del incendio de la iglesia en 1896.

Al mudarse la familia Martínez para la ciudad de La Habana, el santo fue adquirido por el Señor Nicolás Sosa Arrebato (Coco), quien le hizo restauraciones. (Fotografía de la imagen, tomada del libro Jesús Nazareno de Los Palacios, 250 Años de Historia, por el P. Joaquín Gaiga).
En la actualidad esta imagen existe, se considera la reliquia más antigua de Los Palacios y se encuentra en el hogar de una hija del Señor Sosa. Tiene aproximadamente un metro de altura, su construcción es de madera preciosa y sus ojos son de conchas de mar. El Padre Joaquín, Párroco de Los Palacios, hizo getiones para obtener la imagen y llevarla para la iglesia, pero hasta el momento, han sido infructuosas dichas gestiones.
La Canción "20 Años"

Por Jesús M. García Vázquez


Dentro de la gran variedad de canciones antológicas cubanas, que le han dado fama y gloria a Cuba y han sido cantadas por los pricipales exponentes de la canción de habla hispana, se encuentra la canción "VEINTE AÑOS".


Esta bella canción se conoció por primera vez en el año 1934 y a través de la voz inconfundible de la guanajerense María Teresa Vera, conocida como "La Dama de la Trova Cubana".


Indiscutiblemente Joaquín Nicolás de Aramburu está considerado dentro de la Institución Masónica como un símbolo más. Varias generaciones de cubanos se han formado por conducto de sus magistrales liturgias masónicas. También fue autor de una gran gama de folletos, crónicas y artículos de profundos contenidos masónicos, que nos obligan a meditar sobre nuestras vidas y encauzarlas por caminos más correctos dentro de la convivencia doméstica social.


En el pensamiento de Aramburu estába la familia como la base fundamental de la sociedad y en el seno de la misma han de convenir los amores más puros, el sacrificio tesonero para el bienestar de esta pequeña célula, una conducta irreprochable y nunca faltar al ejemplo dignificador.


En su Guanajay vivía rodeado de una aureola prestigiosa que sus conciudadanos habían levantado alrededor de él, por su excelente conducta y honrado proceder. Fue periodista y se destacó en este campo de las letras por poseer una brillante imaginación, que en su época lo llevó a convertirse en un comunicador social. Disfrutó de grandes influencias políticas y sociales que le abrieron las puertas al mundo financiero.


Dentro de su familia se destacaba, por su belleza e inteligencia, su hija Guillermina. La hermosa y culta Guillermina de Aramburu era una apasionada del mundo de la música, sobresaliendo en sus estudios de solfeo y piano. Obteniendo sobre el teclado del piano un excelente dominio interpretativo. Compartió sus inquietudes musicales con su amiga y coterránea María Teresa Vera.


A finales de la primera década del presente siglo residía en la zona del Barrio de Santa Mónica, Municipio de Los Palacios, un joven llamado Armando Valdés. Este joven, que era sobrino de la Señora Consuelo Gálvez (esposa del Señor Yeyo Arrastía), poseía un porte atractivo y elegante, de carácter alegre y simpático. En las mujeres y el juego se centraba su mayor atención, convirtiéndose en un empedernido mujeriego y jugador.


En un juego de naipes en la Playa Dayaniguas perdió hasta la mula con su silla de montar, teniendo que emprender el camino de regreso a su hogar a pie. Su tio se irritó grandemente y le censuró sus faltas. Armandito, herido en su amor propio, abadonó Santa Mónica jurando no regresar a este terruñó hasta no haberse enmendado y triunfar en la vida.


Su peregrinar lo llevó hasta el pueblo de Guanajay y allí realizó distintas faenas laborales. En su nueva estancia conoció a Guillermina de Aramburu y entre ellos nació un ardiente idilio amoroso.


Don Aramburu, lejos de rechazarle por su condición humilde, lo acogió en su hogar y le prestó todo tipo de apoyo. Ambos jóvenes se casaron y procrearon cuatro hijos, tres varones y una hembra.


Armando Valdés obtuvo éxitos en los distintos negocios que emprendió. Con la construcción de la Carretera Central se convirtió en contratista de tramos de esta vía terrestre y aumentó su caudal. Sus hijos estudiaron en los Estados Unidos y con el decursar de los años crearon una compañía importadora de maquinarias, que se denominó "Armando J. Valdés y Cia., Ingenieros Importadores.

En la fotografía aparecen de izq., a derecha: Armando J. Valdés, Guillermina Aramburu, la esposa del señor Raúl de Cárdenas, Hortensia de Cárdenas (esposa de Octavio), Octavio Valdés Aramburu y Raúl de Cárdenas, que fuera este último Vice-Presidente de la Repúblia de Cuba. ARCHIVO (OGEPE).

Después de veinte años de unión matrimonial, al Señor Armando Valdés se le conoció una amante. "De casta le viene al galgo ser rabilargo".


Guillermina, estremeida en lo más mínimo de sus fueros de mujer, soportó en silencio estoico la humillación. En la letra de una canción reflejó su dolor. "Fuí la ilusión de tu vida, un día lejano ya / hoy represento el pasado / no me puedo conformar. / Si las cosas que uno quiere se pudieran alcanzar / tú me quisieras lo mismo que veinte años atrás / Con qué tristeza miramos un amor que se nos va / es un pedazo del alma que se arranca sin piedad.


Nació la canción "VEINTE AÑOS". Esta canción se la entregó a María Teresa Vera y que nunca dijera que ella era su autora, hasta el día de su muerte. Siempre que le preguntaban a "La Dama de la Trova Cubana", sobre el origen de la canción, contestaba: "No es mía, es de una dama de la alta sociedad". Linda canción y triste su nacimiento.