viernes, 15 de enero de 2010

El Transporte Público en Los Palacios


Por Jesús M. García Vázquez

El hombre ha vencido en el transporte y la transmisión de mensajes, el tiempo y la distancia, pero para llegar a esa perfección actual, la humanidad ha luchado durante muchos siglos en mejorar poco a poco sus comunicaciones. En remotas épocas, el hombre no tuvo más que sus desnudos pies como medio de transportarse de un lugar a otro. Con ellos abrió oscuras veredas en el monte. Con sus pies pisoteó la hierba de las estepas y las cañadas en busca de agua que calmara su sed o tratando de encontrar frutos jugosos que aplacaran el hambre; por milenios y siglos la vereda fue el único medio de contacto entre las tribus de la prehistoria. En épocas más avanzadas y cuando el incipiente comercio demandaba el transporte de granos, de sal o de otros artículos, a pie y cargado sobre sus propias espaldas los bultos para el trueque, el hombre primitivo se servía de las veredas en su tránsito hasta los lugares en donde sus productos tenían demanda y él, a su vez, encontraba aquello que ncesitaba para la subsistencia de los suyos.

Mucho tiempo después, pueblos dedicados a la agricultura y al pastoreo demesticaron algunos animales; el buey, el asno, el camello y el caballo fueron de los primeros, contando el hombre, a partir de ese momento, de fuerzas auxiliares para los distintos trabajos en la tierra y para el simple tránsito por los caminos de la comarca. La domesticación de estas bestias, y su uso para los distintos fines, representa toda una época en el futuro desarrollo de la humanidad. Marca el principio de una línea de ascenso en el sentido material y espiritual que no se ha de interrumpir jamás. Desde el punto de vista de las comunicaciones, estas bestias, convertidas en animales domésticos, permitieron y facilitaron el incremento del comercio. Nacen las recuas y los mercaderes realizan su obra de comercio y penetración. El hombre deja de cargar sobre sus espaldas la mercancia; la bestia lo hacer ahora por él. En un paso más de avance el hombre primitivo inventó la rueda.

¡LA RUEDA!, ¡Qué gran avance para la humanidad!.
Con la rueda se construyen los primeros carruajes. Nace la carreta y esta es utilizada, dentro de sus muchos fines, para recoger la cosecha y el traslado de personas de un lugar a otro. Todo un mundo nuevo se inaugura con la rueda. Mientras la rueda no existió faltaba el vehículo.



Correspondió a aquella remota época la constsrucción de los primeros caminos para transitar y puentes para salvar las barrancas y ríos. Quizás por donde el cazador pasó en persecución de su presa, por donde la caravana primitiva realizó penoso tránsito o por las mismas veredas que caminaron con el sangrante pie razas olvidadas, el hombre de hoy pasa como ráfaga en cómodos y veloces vehículos.

En el mundo actual el desarrollo de un país y la intensidad de la vida de sus habitantes se puede medir pricipalmente por el desenvolvimiento de las comunicaciones. El hombre, en su contínua marcha hacia el progreso, ha logrado que el planeta sea del tamaño de una pelota de fútbol. En un viaje trasatlántico, saliendo de París rumbo a Nueva York a bordeldel supersónico avión comercial "Concord", se llega a Nueva York antes de salir de París, de acuerdo al horario internacional y a la diferencia de horas. Se puede desayunar en Nueva York, hacer las gestiones que dieron motivo al viaje, almorzar en la Gran Urbe y regresar a París para dormir en casa, en el propia día.

El historiador y escritor pinareño Wilfredo Denie Valdés, sobre el tema del Transporte Público, escribió: "en los tiempos modernos en que el mundo se desarrolla, el país que no cuente con los suficientes medios de transporte está condenado al fracaso de su economía para caer en una incontrolable involución difícil de pronosticar sus consecuencias". (Revista Vitral, Año XIII, No. 44. Julio-Agosto, 2001. Pág. 28).

Toda villa, ciudad o pueblo tuvo su origen en una asentamiento poblacional. Estos se formaban, generalmente, a las orillas de un río, de un lago o en las costas y el lugar de su formación obedecía a la subsistencia de sus pobladores. Después del año 1554 comienza a poblarse la parte más occidental de la Isla de Cuba, la llamada vueltabajo. Surgen los primeros hatos y corrales; las vegas dedicadas al cultivo del tabaco tienen su origen años más tarde. Los medios de transporte entre estos grupos de población eran las carretas, volantes y coches tirados por bueyes, mulos y caballos. Trasladarse de un lugar a otro con aquellos rudimentarios medios, en épocas de lluvia y por los intransitables caminos, resultaba para los primeros pobladores de la región vueltabajera una verdadera odisea. Alrededor de veinte a treinta incomodas horas duraba un viaje desde La Habana a diferentes lugares de la provincia.

¿Falta mucho para llegar a Los Palacios?. Esta pregunta era muy frecuente escucharla al encontrarse viajeros que marchaban en direcciones opuestas, de vueltabajo hacia La Habana y de La Habana a vueltabajo. El Camino Real que conducìa de La Habana a la región occidental seguía la ruta de lo que es hoy la Calle Antonio Maceo (actual Calle 23), del pueblo de Los Palacios, atravesando el Río Macurijes en una de sus partes más baja y estrecha. En la margen occidental de este río, cercano al Camino Real, una familia de apellido Palacios se estableció con un negocio de hospedería. En este lugar los viajeros disponían de un sitio donde descansar, alimentarse y pernoctar. Sus cabalgaduras también recibían atención. Alrededor del lugar se formó un núcleo poblacional, más hacia el este de la margen oriental del río, que al transcurrir de los años se convirtió en el pueblo de Los Palacios, fundado en el año 1760. El río dejó de llamarse Macurijes para adoptar el nombre del pueblo. (Fotografía: Angel González). En el año 1763 se reconstruye la Iglesia Parroquial, en el lugar donde se encuentra actualmente, a merced de dos caballerías de tierra donadas a la iglesia por las monjas del Covento de Santa Catalina de Sena. En el año 1796 el caserío estaba compuesto de dieciséis a veinte casa, todas de guano, con su parroquia.

Alrededor del año 1850, Los Palacios contaba con una población cercana a los 4,000 habitantes. En sus tierras existía un pequeño ingenio azucarero, 38 potreros y haciendas de pastos y 152 vegas de tabaco. Para esa misma época, San Diego de los Baños contaba con 120 casas, muchas de ellas con habitaciones para hospedar a los que venían a recibir los beneficios de sus aguas medicinales, 6 fondas, 7 tiendas, 1 café/billar y 1 valla de gallos. El poblado de Paso Real de San Diego, existente en ese entonces donde hoy se encuentra el caserío de Paso quemado, lo componían 50 edificaciones de distintas clases, 1 oficina de correos de dos carteros, 1 receptoría de rentas y varias fondas. (Busto del General Antonio Maceo en Paso Quemado, conmemorando la batalla de Paso Real en la Guerra de Independencia cubana. (Fotografía: Luis J. Puentes (Pilingo).

jueves, 14 de enero de 2010

El Transporte Terrestre en Los Palacios

Por Jesús M. García Vázquez

Se mantiene la certeza que el español Manuel Inclán, radicado en Los Palacios, fue el primero que realizó las funciones del transporte público automotriz en este pueblo. Poseía un pequeño ómnibus de fabricación francesa “Lafayette” (tres patá), de los primeros que entraron al país. Su carrocería era de madera y sin techo. Durante años el mismo se encontraba en una cochera aledaña a su hogar en la Calle Serafín García, (actual Calle 28), lugar donde sus hijas Chavela y Beba poseían y operaban la Academia Inclán.
Prontamente el pueblo de Los Palacios se relacionó al transporte terrestre y el 2 de Mayo del año 1925, con motivo de los festejos patronales, con el comienzo de la celebración de las verbenas palaceñas, se llevaron a efectos en su suelo carreras de automóviles. Siendo esta carrera la primera celebrada en la provincia de Pinar del Río y donde participaron famosos corredores de la Habana y otros lugares. (Fotografía: ARCHIVO (OGEPE).
Fueron varios en nuestro pueblo los que se dedicaron al negocio del transporte público por carretera.
Los palaceños mayores de cincuenta años aun se acuerdan de las guaguas llamadas las “amarillas” y “las verdes”. Los nombres de Ventura Inclán, Gumersindo González, César García Suárez (Sonte) y su hermano Luis, Ciprián Cruz, Félix (Biajaca) , el español Francisco Bargueiras, Félix Oliva y otros más como empresarios o propietarios, se mantienen en el recuerdo de los palaceños, conjuntamente con los chóferes y conductores; Antonio Díaz Monzón, Francisco y Valentín Hernández, a Heriberto Blanco, Amparo Casanueva, Eugenio Orozco, Manolito Casanueva, Rodobaldo Orozco, Orlando Valle, Orlando Inclán, los hermanos Pedro, Ismael y Raúl Valetón, Ricardo Díaz, Luis (Tina) Pérez, los hermanos Arteaga, Tata y Cheo Almora, Eleno García, Tito García y otros. Los mecánicos Pablo Díaz (Güira), Enrique (Tata) Sotolongo y su hijo Máximo y Luis Zayas. El ponchero Loreto Solano (Pancho Bolo) y el oficinista Juan Carmona (Bachiche).
A mediados de la década de los años cuarenta existían en Los Palacios dos corporaciones o asociaciones de ómnibus que se dedicaban a la explotación del transporte público, que cubrían el trayecto de Los Palacios, hasta Paso Real y San Diego, pasando por el Entronque de Los Palacios. En Diciembre del año 1945 la Comisión de Transporte concedía nuevos permisos a estas rutas de ómnibus, que comprendían el itinerario de Los Palacios a San Diego y de Paso Real a Los Palacios. Estas dos asociaciones de ómnibus, que prestaban sus servicios desde el propio pueblo de Los Palacios, se les conocía popularmente, dado su color, por las “amarillas” y las “verdes”. Las amarillas estaban asociadas a la C.O.A (Cooperativa de Ómnibus Aliados). Tenían su nave y taller en la Calle José Palacios, (actual Calle 30), entre Calle Antonio Maceo, (actual Calle 23) y Calle José Martí (actual Calle 21), lugar donde años más tarde funcionó la Piquera de Taxis. Su recorrido era: de Los Palacios al Entronque de Los Palacios, siguiendo por la Carretera Central hasta llegar a San Diego y de Los Palacios a Paso Real, siguiendo por Paso Quemado, el Jagüey y toda la zona hasta llegar a San Diego. Los dueños de las guaguas amarillas lo eran Luis y César García, conocido por Sonte. Años más tarde César se convirtió en dueño absoluto de las amarillas, al comprarle su parte a su hermano Luis. Entre los empleados de aquellos años se recuerdan a Inés B. Almora (Tata), Amparo Casanueva, Manuel Díaz (Carabelas), los hermanos Zoilo y Guango Castillo, Tito R. García y otros.


Las “verdes” fueron creadas en el año 1945, su recorrido era Los Palacios a San Diego, vía Entronque de Los Palacios. Sus dueños fueron Félix García y un español nombrado Francisco Bargueiras, quien en el año 1950 compró su parte a Félix García, quedando como único dueño. Estos ómnibus tenían su nave y parqueaban al fondo de la “Casa Pepe”, entrando por la Calle Céspedes, (actual Calle 24). Comenzaban a recoger pasaje frente al “Hotel Casanueva” en la Calle Antonio Maceo Maceo # 7, (actual Calle 23). Los primeros empleados de esta ruta fueron Lucio Suárez, Valentín Hernández, Antonio Díaz Monzón, (Fotografía: ARCHIVO (OGEPE), y Chano Corchero. El servicio comenzaba a las 6.00 AM., y terminaba a las 8.00 PM., con salida cada una hora. Su carrocería y piso era de madera enchapada y se reconstruían en un taller de carpintería que poseía Bargueiras en la Lisa. En el año 1957 Sonte le compró a Bargueiras las guaguas verdes y pasaron a ser parqueadas y atendidas técnicamente en la nave de la Calle 30, junto a los demás ómnibus de su propiedad.
En el año 1948 fue constituida una ruta que desde el Entronque de Los Palacios se dirigía a la zona montañosa de Rancho Mundito y Sabanilla, con un ómnibus propiedad de Gumersindo González. Funcionaba en esta ruta como chofer Andrés Ávila, Rolando Rodríguez como conductor y Eugenio Orozco de suplente. En el año 1949 le fue concedido permiso a Gumersindo González para que su ruta llegara hasta Los Palacios. En ese propio año se incrementó la ruta con un nuevo ómnibus propiedad de Ventura Inclán, el cual era manejado por el propio Ventura y años más tarde por sus hijos, teniendo a Eugenio Orozco como conductor.
En el año 1950 siguió creciendo esta ruta a las montañas con la puesta en función de otro ómnibus propiedad de Calixto López, y en el mismo comenzaron a trabajar Heriberto Blanco de chofer, los hermanos Perico y Rodobaldo Orozco de conductores, también en estas funciones Pedrito Martínez (Malanga). Estos carros parqueaban y eran reparados en el taller de Tavo Sordo, situado al fondo de su hogar en la céntrica Calle Antonio Maceo, (actual Calle 23). Esta ruta realizaba cuatro viajes diarios por cada ómnibus, comenzando con 4, después con 8 y por último con 12 viajes diarios desde Los Palacios hasta la zona montañosa de Rancho Mundito y Sabanillas.
En el año 1954 esta ruta de viajes a las lomas, como se le conocía, fue comprada por César García y sus carros pasaron a parquear para la nave de su propiedad en la Calle José Palacios (actual Calle 30), entre la Calle Antonio Maceo (actual Calle 23) y Calle José Martí, (actual Calle 21). Lugar donde unos años más tarde se convertiría en una pequeña Terminal.
El empresario César García Suárez se convirtió en dueño absoluto y único operador de los ómnibus existentes en Los Palacios, llegando a poseer once de aquellos anticuados carros. Los mismos siguieron con sus colores de amarillos y verdes y su organización. Los amarillos, que estaban asociados a la COA, con 4 carros, tres trabajando y 1 de repuesto, realizaban 18 salidas diarias con destino a San Diego, utilizando el itinerario Los Palacios – Paso Real – San Diego. Los verdes, con 3 carros, dos trabajando y 1 de repuesto, efectuaban 16 salidas diarias para San Diego siguiendo el itinerario de Los Palacios – Entronque Los Palacios – San Diego. Con destino a Rancho Mundito y Sabanillas, disponiendo de 4 carros para esa zona, tres trabajando y 1 de repuesto, se efectuaban diariamente 18 salidas. En muy contadas veces, dejó de salir el ómnibus en el viaje previsto, porque existía uno de repuesto. Así como el caso de no poder concluir el viaje por roturas en el mismo, eran muy pocas.


Trabajaban en la atención técnica y administrativa de estos ómnibus; los mecánicos Enrique Sotolongo (Tatá) y Julio García, que entró a trabajar por Pablo Díaz (Güira) al mudarse este para Bauta en el año 1956; asistidos de los ayudantes Luis Zayas, Rufino Cabrera y Máximo Sotolongo. Como ponchero el conocido Pancho Bolo y de oficinista Juan Carmona (Bachiche), quien tenía las funciones de estar al frente del almacén de piezas de repuesto, de despedidor, recaudador del dinero y pagador.


Los mantenimientos (fregados y engrases) se efectuaban en el Servicentro Dayton en el Entronque de Los Palacios. Se abastecían de combustibles y aceites lubricantes en el Servicentro “Esso” en Los Palacios, (Fotografía: ARCHIVO (OGEPE).
A otras zonas dentro del municipio también les llegaba el transporte público terrestre, como el Central La Francia y la Playa Dayaniguas. Para ir de Los Palacios al central existía un carro de línea llamado “El Cuche”, el que llegaba hasta los bateyes de Santa Rosa, Guasimal, Corralitos y otros caseríos existentes en las colonias cañeras de la zona. Este carruaje, además de transportar pasajeros, llevaba mercancía para las bodegas existentes en los sitios mencionados y acarreaba carbón vegetal de esos lugares hasta Los Palacios. Los dueños de este medio de transporte fueron Ciprián Cruz y Waldo Roque y entre sus empleados estaban: Juan Padilla, Rafael Solano, Ricardo Perdomo, Francisco Torres, Israel Calderón, Rafael Cruz (Felo) y Juan Domínguez. A mediado de los años cincuenta Ciprián Cruz puso en funcionamiento una guagua que, paralelamente con el Cuche, realizaba viajes de Los Palacios a La Francia.
A partir del año de 1950 dos guaguas propiedad de Félix Oliva Cobo realizaban viajes de Paso Real a Cubanacán y en la temporada de playa y Semana Santa llegaban hasta Dayaniguas. Estos ómnibus realizaban 10 viajes diarios. Entre sus empleados estaban: Paulino Negrín, José L. López Cuenca, Francisco Romero (Pancho Flores) y el mecánico Héctor Crespo.
Robustecían el transporte en Los Palacios seis entradas diarias que hacían a Paso Real, desde la Habana y pasando por Los Palacios, ómnibus de la Ruta 35. Los chóferes de estos ómnibus marcaban su llegada y salida en un reloj situado para el caso en la Bodega de Pedro Martín en Paso Real. Los dos ómnibus de la Ruta 35, (el 1041 y 1042) que a partir de 1949 salían diariamente de Los Palacios para la Habana. Eran conducidos por Pablo González y su hijo Julio González Iglesias (Lilo). La infinidad de autos de alquiler existentes en Los Palacios y Paso Real, algunos con salidas diarias con destino a la Habana y Pinar del Río. El buen número de camiones porteadores en ambas localidades. La abundante y constante circulación de ómnibus, de servicio regular o especial, que pasaban por el Entronque de Los Palacios procedentes de la Habana y Artemisa rumbo a Pinar del Río y de Pinar del Río a viceversa, que le permitían a los residentes de Los Palacios el abordar un transporte para emprender un viaje antes que transcurrieran 30 minutos de haber salido en busca de transportarse.

DEDICACIÓN:
-A todos aquellos que de una forma u otra tuvieron que ver con el Transporte Público en Los Palacios. Muchos moran en el Oriente Eterno, otros disfrutan de una merecida jubilación. Sea para ellos este trabajo un testimonio de recuerdo y gratitud.

Mi agradecimiento a:
-Rolando Cordero Alfonso, Juan Carmona Lugo (Bachiche), Armando Robaina González (Pipo) y Orlando L. Núñez Fernández (en el Oriente Eterno), que sin el concurso de sus modestos aportes me hubiera sido imposible este trabajo.

Mi agradecimiento más absoluto a:
-Luis Arteaga Hernández y Ricardo Díaz Capote trabajadores jubilados del transporte en Los Palacios con más de 40 años de labor en el mismo, por los datos ofrecidos y su disposición espontánea y entusiasta a cooperar con este trabajo del Transporte Público en Los Palacios.

Bibliografía
-Periódico “El Esfuerzo” (Los Palacios) Año 3. No. 55 Dic/l945.
-Revista “Vitral” Año VIII, No. 44 Julio/Agosto 2001. Pág. 28.
-“Caminos para el Azúcar”, Oscar Zanetti Lecuona y Alejandro García Álvarez, Editorial Ciencias Sociales 1987. (páginas 80,81 y 82).
-Legajos y Documentos de la notaría del Dr. Antonio Mendoza y Aranda (1876). Archivo Nacional de Cuba.
-Folleto “Itinerario del Ferrocarril del Oeste”, 1935.
-Folleto “Itinerario del Ferrocarril del Oeste”, 1955.
-“Recordando a Los Palacios”, Osvaldo Gotera Tomo I y Tomo II.
-Geografía de la Isla de Cuba, Esteban Pichardo (1854)
-Notas Sociales de Los Palacios, Manuel Medel Nodarse, Periódico “El Mundo”, 10 de mayo de 1925.
-Historia Local de Los Palacios (archivos), Lic. Luis Martínez Zamora y Rolando Cordero Alfonso.






Otros Aportes al Desarrollo Cultural de Los Palacios
Personas han dado su aporte al desarrollo cultural de la localidad

Por Amparo Páez Rodríguez
Lic., en Literatura y Lengua Española

Liduvino Echevarría Echevarría nació el 12 de Diciembre de 1933 en Paso Quemado. Ingresa en la Escuela San Alejandro y se gradúa después de seis cursos, en la especialidad de Pintura. En la misma pagaba $3.00 por la matricula de cada curso. Le ofrecían los lienzos y los pinceles, las pinturas debía comprarlas. Se graduó en el año 1961. Impartió clases de Artes Plásticas en la Secundaria Básica “Pedro Hernández Camejo” de Los Palacios. Ha participado en 25 exposiciones personales y 10 colectivas. En 1967 obtuvo el 2do., premio en el ámbito nacional en el Primer Festival de Artes Plásticas con una obra que tenía como título: Naturaleza Muerta (búcaro con flores). Ha expuesto en diferentes salones de la provincia, siempre le han aceptado los trabajos presentados. Llevó exposiciones individuales a otros municipios y en el Centro Masónico. Participó en exposiciones colectivas en Camagüey y en Oriente. Entre sus obras más notables y que aparecen en la Galería Municipal se destacan:
- Un Autorretrato (Octubre 1977)
- Copia libre de la adolescencia de la Virgen de Zurbarán (Pintor Español) (Febrero 1984).
- La Dama del Antifaz. (Agosto 1ro de 1977).
Siete de sus obras fueron donadas al pueblo de Los Palacios y Villafranca en España. También personas de Bulgaria y Canadá poseen algunos de sus cuadros.
En este arte se destacó además Vicente Romero González, de oficio barbero, quien hizo estudios de pintura en San Alejandro y presentó trabajos en la Galería Municipal.
Como aficionada Agustina Robaina Moya ha tenido un trabajo meritorio, pues sin una formación académica profesional expuso en la Galería del municipio y en otros municipios como San Cristóbal y San Juan y Martínez. Obtuvo menciones y diplomas el Sectorial de Cultura de Los Palacios.
Reinaldo Betancourt Sanabria. Artista aficionado en fotografía, literatura, caricatura y videos, hace 19 años vive en Los Palacios, se ha mantenido en diferentes manifestaciones artísticas.
Hay figuras legendarias, que aunque no son representativas en el mundo artístico, constituyen leyendas en las personas más antiguas del pueblo, otras son casi inéditas para la historia local como lo es: La primera reina de la Sociedad Nueva Era. Matilde Arango Martínez, fue elegida según su versión, en el año 1916, con quince años de edad, además seleccionaron en el certamen 4 damas, sólo recuerda el nombre de una, Isabelita Palacio. El procedimiento que se siguió fue la de la venta de votos. Tuvo un tutor conocido como Julian López (dueño de una funeraria). Para su presentación se realizaba un baile grandioso, al cual fue acompañada por su novio Aurelio Crespo Caballero. Le regalaron el ajuar, desde la ropa, los zapatos hasta la corona que debía llevar sobre la cabeza, todo de color blanco. Es muy locuaz, alegre, dinámica a pesar de sus 94 años y siempre que había una reunión familiar, todos se sentaban a su alrededor atraídos por su fluida y agradable conversación, que la acompasa con una muletilla muy característica en ella (¡ah! Por eso te digo).
“El Che Manguito” es otro personaje que algunos no han olvidado porque cantaba tangos en los intermedios de las veladas. En una oportunidad iba a presentarse una obra en el teatro y todas las noches abandonaba el trabajo, para participar en los ensayos. Al fin y después de varios meses de preparación es presentada la pieza, pero este gran artista sólo aparece en el cuarto acto con un papel casi insignificante, salía vestido de mandadero y llevaba una maleta que enviaba María La Cangreja a Victoria. Los que habían venido desde el Central para verlo actuar, incluyendo a su progenitor, sufrieron un gran desengaño y nunca más confiaron en Che Manguito como artista.
“Juan Pablo el negro” es otro personaje de antaño, aunque no tan recordado porque existió hace muchos años, pero en su época tuvo cierta popularidad; despertaba a todo el pueblo cantando por las calles como un gallo ronco.
Higinio Alvarez era dueño del Reparto Nueva Era, a pesar de eso se relacionaba con todas las personas sin tener en cuenta su clase y así obtuvo la simpatía de esta población; llegó a ser alcalde.
“Acelera”. Era un loco que vivió en Los Palacios y cuando le decían ¡acelera!, iba caminando como un tren en marcha desde el centro del pueblo hasta el puente.
Alipio “el Bobo”, otra personalidad muy nombrada y su celebridad la alcanzó en la década de los años veinte y treinta. Fue inmortalizado por la escritora palaceña Delia Fiallo en su telenovela “Esmeralda”.

Las tradiciones más populares y arraigadas de nuestro pueblo.

Aun perduran los recuerdos de las personas que más han vivido y en otras menos antiguas, de lo que según muchos fueron las fiestas más populares de toda Cuba: “Las Verbenas Palaceñas”. (Barrio China, en la Verbena del año 1925). (Fotografía: ARCHIVO (OGEPE).

Tradiciones:

Verbenas

En Madrid, noche de la víspera de San Antonio, de San Juan, de San Pedro y de otras festividades. Dichas noches son de paseo, bailes y regocijo para el pueblo.
La música y los bailes le daban gran colorido, éstos se realizaban con orquestas de reconocido nombre en las que se recuerdan: La de José Albarán, de Enrique Peña, de Pablo Valenzuela, la de Antonio María Romeu, Arcaño y sus Maravillas, Belisario López, Melodías del 40, La Aragón, éstas amenizaban el salón del baile situado en el enorme almacén del ferrocarril, al centro de soga divisoria. Hubo otras distracciones que acompañaban a estas festividades: carreras de sortijas, carreras en saco, carreras de caballo, palos encebados, carreras del huevo en la cuchara, la cucaña, tiro de argollas, peleas de gallos, juegos de pelota. El pato enterrado y baile de disfraces. Todas estas competencias tradicionales o juegos al azar provocaban una efervescencia en el pueblo siendo la atracción de todos, los ganadores obtenían diferentes premios. Los niños disfrutaban también de compañías de diversiones conformadas por los caballitos, la estrella, botes, carros locos, tiro al blanco, tiro de argollas, etc.
Las ofertas complacían a todo tipo de gusto, desde golosinas para los niños, comidas criollas, hasta las más gustadas bebidas. Estas fiestas adquirían un gran colorido con los pregones de los vendedores ambulantes.

Fiestas de la Cruz de Mayo

Existían varios elementos que muestran que desde principios del Siglo-XVIII en Los Palacios se realizaban grandes fiestas relacionadas con las festividades de Santa Cruz donde acudían de todas las comarcas vecinas.
En la obra de Esteban Pichardo se expresa que en 1705 Don Gaspar de la Cruz trasladó al pequeño caserío de Los Palacios la iglesia que había incendiado en el asiento original y utilizó una casa de embarrado y guano de su propiedad para realizar el culto religioso. Los Palacios que por su posición geográfica, esta en el camino de La Habana-Pinar del Río, de todos los puntos de la región vueltabajera acudían gente a Los Palacios a ver las fiestas de la Semana Santa. Se dice que la familia Hernández muy antigua en el termino instituyó la fiesta de la Santa Cruz, con lo que trajo el cambio del apellido de Hernández por el de la Cruz.
José Ramón Cruz San Jorge, quien nació el 3 de Enero de 1915 en Macurijes en la finca que era de su abuelo, y al indagar sobre las fiestas que se hacían en Los Palacios nos narra: “El origen de mi apellido viene de unas fiestas tradicionales que se llamaban las "Fiestas de la Cruz".

Verbenas de San Diego

Estas fiestas se desarrollaban alrededor del 18 y 19 de Marzo, en conmemoración a San José el patrón del pueblo, en la calle, principal del parque. Comprendía otras actividades: repique, fuegos artificiales, carreras en saco, carreras de caballos, retretas, peleas de gallos. Así como; juego de la cucaña, en paila, carreras de sortijas, había premios y el jurado estaba integrado por los organizadores de la fiesta y los de la clase más pudiente. (Iglesia Católica de San Diego de los Baños).(Fotografía: ARCHIVO (OGEPE).

Baile de la Paloma

Las desarrollaban una vez al año, no tenían fecha fija, solo era necesario que estuvieran preparadas las condiciones. Las primeras se celebraron en trust de Los Palacios, después esta tradición continuó en Paso Real de San Diego. Los asistentes vestían de blanco: hombres y mujeres. Bailaban lo que estuviera de moda; el lugar: la explanada del ferrocarril. Los músicos venían de La Habana y se trasladaban en el tren, así también, personas de Guanajay, Artemisa, Candelaria y de diferentes lugares intermedios. El objetivo de la fiesta era simplemente distraerse. El principal organizador, era un señor conocido por Nené Palacios y vendían de todas las bebidas tradicionales .
En cierta ocasión estaba Arcaño y sus Maravillas interpretando el Danzón “Almendra” y la gente estaba entusiasmada, que cada vez que la orquesta concluía, pedían otro fragmento; pero ya era hora de salir el tren y éste hizo la señal de aviso, aun así la gente seguía bailando. El tren salió y todos los viajeros y la orquesta quedaron abandonados en Paso Real de San Diego.

Fiestas de la Candelaria

La fecha de celebración era el 2 de Febrero, Día de la Candelaria. Fueron patrocinadas por Julián Cordero, rico hacendado de región de Bacunagua. La fiesta contaba de dos partes, una religiosa y otra popular. Las Fiestas del Día de la Candelaria en Bacunagua se recuerdan, desde principios de siglo (alrededor de del año 1910) y desaparecieron por 1943, año en que muere Julián Cordero su patrocinador.

Guateques Campesinos

Estas fiestas la celebraban en casa de cualquier campesino, en los barrios de campo del municipio. La gente se dedicaba a las labores agrícolas y son conocidas desde antes que se fabricaran los ingenios. Las personas se trasladaban a pié y a caballo y participaban los mayores principalmente. La fiesta consistía en bailar al compás de la música del conjunto; comían, bebían hacían carreras de sortijas, para dar inicio a la misma. Generalmente comenzaban a las 8 pm., y terminaban a las 5 am.

Comparsa de los Eslovacos

Podía tener hasta 50 integrantes, la desarrollaban todos los años sin una fecha determinada desde que terminaba una, comenzaban a hacer los preparativos para la otra. sólo con el objetivo de disfrutar del baile. Bailaban en el Club Hipano-Cubano de Los Palacios, amenizaban orquestas como la Riverside con Tito Gómez como solista y otras. Vestían con blusas y camisas a cuadros, pantalón y saya negra, con zapatos y sombrero negro y todos usaban pistolas a la cintura.

Comparsa Componedores de Batea

Esta comparsa surge en La Habana, pero una de sus integrantes, en aquel entonces viene a Los Palacios y forma una en la localidad. El recorrido que hacían comenzaba por el Club Hispano-Cubano, se trasladaba por todo el pueblo para terminar frente a la Sociedad Nueva Era. Bailaban en cualquier época del año, podía participar todo el que quería, aunque estaba integrada por músicos de la raza negra y se desarrollaba al aire libre. La acompañaba la música de un conjunto típico integrado por bajo, trompeta, bongó, clave, quinto. Cantaban todos sus integrantes y la orquesta.

La comparsa de Los Palacios

Se formó en el año 1925, se mantuvo alrededor de 6 ó 7 años, la danza exalta el regocijo y se hace por diversión; la bailaban en la calle real y en las sociedades. Casi siempre se presentaba al finalizar cada año. (Uno de los Reinados del Carnaval de Los Palacios: La Reina Oilda Vázquez y la Dama Miriam Ruenes Valiente). Fotografía: ARCHIVO (OGEPE).

Comparsa “Las María Antonieta”

Se inició en el año 1943 con el objetivo de encontrar una distracción, un grupo integrado por 12 parejas; salía los 24 de Febrero, el día de disfraces. Cuando se creó, las mujeres se vestían como María Antonieta y los hombres como Luis XV.

Danza La Caringa

La bailaban en las sociedades, salones y en casas particulares, y en las verbenas, fiestas del 25 al 31 de Diciembre, venían de diferentes lugares de la provincia y también iban a bailarla en otros lugares donde hubiera alguna fiesta. Bailaban separados las personas de la raza blanca y de la raza negra y la bailaban en una rueda, generalmente por parejas y le formaban un circulo a la que mejor lo hacía.

Baile El Tornillo

Lo efectuaban donde hubiera fiestas, pero tenía que haber piso de cemento.
Era bailado solamente por personas de la raza negra, con música movida: sones, guarachas, preferiblemente.

Danza El Papalote

Lo bailaban en locales cerrados, casas, circos o teatros ambulantes, podía haber una pareja solista, o varias que no se relacionaban entre sí, no tenían figuras fijas ni vestuario determinado.

Las Retretas y el Parque Martí

Retreta:
Toque Militar, que en la noche avisa a los soldados, que se recojan al cuartel. Especie de serenata militar (Amer.)

Función de música al aire libre

En el año 1924 siendo alcalde de Los Palacios, Pedro Liz Cabezas, se celebró una de las verbenas, con el fin de recaudar fondos, con los que construyeron el ayuntamiento y crearon la Banda Municipal de Los Palacios, esta banda amenizaba en las noches las conocidas retretas, especialmente los jueves y domingos.
Durante el gobierno de Carlos Prío y por iniciativa de Alberto García se construyó lo en aquel entonces llamaban boulevar y en la actualidad como El Paseo”. Casi toda la población de Los Palacios se reunía y recorrían desde la Calle Warren (actual Calle 20) hasta el Club Hispano Cubano. (Fotografía: Luis J. Puentes (Pilingo).
Las primeras retretas las efectuaron frente a la tienda conocida por “El Paraiso”, como ya es sabido en una época la banda estuvo integrada por los Hermanos Flores y en otra etapa anterior formó parte de ella Vicente Romero (clarinetista) y otros músicos.

Los "cuches"

Este transporte ferroviario que estaba formado por una carrocería rústica de tubos y zinc, no llevaba locomotora y el motor estaba dentro del mismo carro. Trasladaba de 30 a 40 personas en cada viaje y constituyó un transporte público muy importante preferiblemente para los obreros del Central “La Francia” en los cambios de turnos. El viaje desde Los Palacios hasta el Central, no duraba más de media hora. Salían desde cerca del Molino Arrocero en Los Palacios y llegaba hasta el transbordador de central azucarero, a veces hacía alguna parada intermedia. El costo del pasaje era de $0.10 y lo cobraba el mismo chofer. Entre los choferes y mecánicos que trabajaron mucho tiempo en los cuches estaba Juan Padilla y otro conocido por Guango.
Este medio de comunicación era propiedad de Ciprián de la Cruz y Waldo Roque. Había dos tipos de propietarios o empresas; unos eran los particulares y otros eran propiedad del ingenio.

Fiesta del Tambor Yuca en San Diego de los Baños

Se realizaban en fechas señaladas como el 19 de Marzo Día del Patrón de San Diego, domingos y otras fechas importantes. En barracones de esclavos, casas de campesinos, en el parque y en las calles, fundamentalmente frente a la antigua panadería, en la intersección de las calles. Estas fiestas eran patrocinadas por los viejos congos y el dueño de la casa comenzaba de 2 a 3 p.m., y concluían de 7 a 8 p.m. Se tiene noticias de que surgieron desde tiempo de la colonia con la llegada de los congos, en época de la esclavitud. La fiesta principal consiste en que un grupo de creyentes se reúnen para tocar y bailar música negra. En San Diego existen desde época de la esclavitud y cuentan que cuando comenzaba la fiesta, resembraban una mata de plátano y ya por la tarde se podían comer maduros.

Fiesta del Bembé

Es un baile netamente religioso, donde se exalta el sentido guerrero; los celebraban el día de un santo: La Virgen de Regla el 7 de Septiembre, San Francisco el 4 de Septiembre, Las Mercedes el 24 de Septiembre, Changó el 4 de Diciembre, San Lázaro el 17 de Diciembre y así todos los santos tienen su día. A cada santo le ofrecen las comidas y los dulces favoritos, así también le rinden culto.

Los Baños Medicinales de San Diego

Por la tradición oral nos llega la leyenda de un esclavo nombrado Taita Domingo, que padecía de una extraña afección en la piel, semejante a la lepra, su amo al advertir esa enfermedad y temiendo al contagio, ordenó construir una cabaña rústica en lo mas intrincado del monte. El esclavo Taita comenzó a caminar y encontró una cueva mas confortable, desde la cual se dirigía bañarse al río, percatándose de la marcada diferencia de las aguas en diferentes lugares y advirtiendo sentirse más reconfortado en la zona templada. Pasado cierto tiempo observó con sorpresa que había desaparecido su padecimiento, el esclavo explicó como había logrado aquella prodigiosa curación y concluyó diciendo que había sido un milagro del Padre de San Diego.
También en la literatura oral se conservan, adivinanzas, refranes, cuentos, rezos, otras leyendas, ensalmos, pregones, décimas. Los refranes son los mismos de la actualidad. Agüeros: No pases por debajo de una escalera, porque te puede traer un mal. No pongas el sombrero sobre la mesa que trae médico a la casa, y otros males.
Se conocen libros editados, que hacen referencia a nuestra localidad como es Excursión a Vuelta Abajo de Cirilo Villaverde en el que se escribe detalladamente al pueblo de Los Palacios y al de San Diego, en su visita a occidente en 1839.
En el libro “Diario de un Rancheador”, escrito por Cirilo Villaverde, que es una mezcla de esbirro y mercenario contratado para matar hombres, documento que su personaje protagónico dictó a su hija y copiado por Cirilo Villaverde, aparece gran cantidad de sitios de nuestro municipio como: Los Palacios, San Diego, Yaniguas (Dayaniguas), Limones, Las Yeguas, Sierra de la Güira, El Toro, Rio Macurijes (Los Palacios), Santo Domingo, Sierra de Julián en Río Puerco, Rangel y Bacunagua .
En el libro: “Crónicas de la Guerra” de José Miró Argenter, se describen con exactitud dos batallas libradas por la Columna Invasora al mando del general Antonio Maceo Grajales en Los Palacios: El Combate de Bacunagua y el Combate de Paso Real, en el curso de estos relatos, se dan a conocer con precisión y claridad suficientes, éstos y otros episodios notables de la campaña.
Cultura en Los Palacios

hacia finales del Siglo XIX

"La cultura es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad". Diógenes.


Por Amparo Páez Rodríguez
Lic,. en Literatura y Lengua Española

Pueden distinguirse diferencias entre las tradiciones que se practicaban en el territorio; por una parte las personas de la raza negra con su folklor de origen africano hacían las fiestas de Bembé, con las prácticas de danzas y bailes en los que invocaban a sus orichas. También se efectuaban las fiestas del Tambor Yuca, Bailes de Palo, Palo con Cinta y El Tornillo.
Entre otros subsisten en la memoria popular tradicional como las carreras de sortijas, se conformaban dos bandos, de los más diestros jinetes, cuyo mejor galardón era ensartar el mayor número de sortijas La primera orquesta fue creada por una sociedad de tabaqueros.
En el pueblo de Los Palacios en Enero de 1864, Don Inocencio Galdón como socio y el encargado de la Orquesta Don Antonio Alvarez. Obligándosele a Antonio Alvarez a presentar una orquesta de cornetín, dos clarinetes, un bajo y los timbales con los que tocarían las festividades y bailes.
Continúa el género campesino tradicional y las tonadas pinareñas, como estrofa, la décima con diferentes temáticas, entre ellas el amor, el paisaje, la vida cotidiana que a veces no podía aludir cierto matiz pesimista. Sirva de paradigma la siguiente:




Vete a la llama de amor
y pagarás lo que hiciste.
donde candela encendiste
ha de quedar un calor.


No te parece mejor
que los dos tengamos paz.
Mírame una vez no más
con esos ojos tan bellos
mírame una vez con ellos,
aunque no me mires más...


Período (1828-1925)

En las primeras décadas de la república muchas de las tradiciones, bailes, fiestas y verbenas se desarrollaron con fines filantrópicos, por los gobiernos locales, al usar las ganancias obtenidas en obras de disfrute social y de beneficencia.
En 1921 se funda el primer conjunto de son de que se tienen noticias, integrado por Papín Quiala (bongosero), Magín Iglesias (Marimba), Ramón Noda (maracas), Juan Ireno Pozos y Marcelino Iglesias (guitarras) y Bernardino Zayas como cantante. Primero se conoció como Conjunto Tropical y después Conjunto Cristal. Su habilidad para crear sones les permitió alcanzar gran popularidad. Acontecimientos populares, aforismos y dicharachos eran aprovechados en la improvisación de sones que la mayoría tenia carácter anónimo y no quedaba registrado en partituras.
Las verbenas, que se celebraban los tres primeros días del mes de Mayo, a partir de 1925, constituyeron las festividades de mayor arraigo en la población. Fue en ese año de 1925 en que el dinámico Alcalde Municipal Pedro Liz Cabezas le añade a la Fiesta Patronal, que se venía celebrando desde finales del Siglo XVIII, estos festejos de tradición española. En San Diego se realizaban del 13 al 16 de Noviembre. En Paso Real las fiestas de mayor popularidad fueron las llamadas “Bailes de la Paloma” que se celebraban en distintas fechas del año.
Por los años comprendidos entre 1928-1930 se fundaron los conjuntos “Sonora Cubana” y “Unión Palaceña” de Basilio Gálvez, que continuaba cultivando el son y la guaracha. En 1934 y 1935 se crearon otras agrupaciones musicales como el Occidental y El Hatuey. Los músicos aprendían a través de la tradición de padres a hijos, pues no existían escuelas académicas o conservatorios que le impartieran los elementos teóricos - prácticos.
Se instituyeron varias sociedades de carácter cultural y recreativo como el Club Hispano Cubano, edificación fastuosa de gran amplitud y solamente este club para personas de la raza blanca. La sociedad “Nueva Era” para familias de la raza negra.
La pequeña colonia asiática poseía un casino que había sido fundado desde los años 20. Estas sociedades realizaban representaciones dramáticas cuyos temas eran de carácter popular con preferencia por el género bufo.
Las orquestas musicales cultivadoras del son mantuvieron su formato, el son como género revitalizó al introducir otros elementos debido a la influencia que ejercieron orquestas nacionales y provinciales de gran arraigo. Se crearon comparsas como “La Eslovaca”. “Los Componedores de Batea” y la “María Antonieta”, que ya tenían sus antecedentes. Otras agrupaciones que se popularizaron preferentemente en los barrios humildes, fueron “Las Congas Callejeras”.
De gran repercusión fueron las fiestas de la Candelaria, se organizaban el 2 de Febrero de cada año y efectuaban en la Zona de Bacunagua y Santa Teresa, en ellas se manifestaban los juegos típicos de las tradiciones campesinas como: la sortija, el pato enterrado, lidias de gallo, etc. Las comidas ofertadas eran netamente criollas.
Durante los años que median entre 1963 y 1968 se dan los primeros pasos para la creación de una agrupación musical con carácter profesional. Se seleccionaron músicos de mayor experiencia y en 1974 se fundó la orquesta típica “Transformación” cuyo director fue Marcelino Iglesias (Yiyo Cuala).
En el libro: “Crónicas de la Guerra” de José Miró Argenter, se describen con exactitud dos batallas libradas por la Columna Invasora al mando del General Antonio Maceo Grajales en Los Palacios; el Combate de Bacunagua y el Combate de Paso Real, en el curso de estos relatos, se dan a conocer con precisión y claridad suficientes, éstos y otros episodios notables de la campaña.
Teatros, representaciones, veladas, clubes o sociedades.
Algunas figuras que han contribuido al desarrollo cultural.

En nuestra localidad existieron diversos cines: El Niza, propiedad de un americano, se encontraba en la Calle Piñera. (actual Calle 26) entre Calle Antonio Maceo (actual Calle 23) y Calle José Martí (actual Calle 21), y el cine de Los Morales, Calle José Palacios (actual Calle 30), entre Calle Antonio Maceo (actual Calle 23) y Calle José Martí (actual Calle 21). En la década del 20 aún existía el cine Silente. Acompañaba al video una pianola y aparecían en la pantalla los diálogos de los personajes.
En este teatro era tradición preparar veladas y hacer presentaciones y otras actividades de carácter cultural. Fortuna Medel maestra con una gran proyección social, organizaba estas veladas y prestaba su casa para los ensayos; todas las generaciones tenían su actuación y todos los años se preparaban la puesta en escena de obras de época. Después de cuarto o cinco meses de ese quehacer cultural generalmente surgía una pareja y un nuevo matrimonio. Se destacaron algunos artistas (que eran todos de la localidad). Se pueden citar a: Isabel Inclán (Chabela), La Mora, José Pola y Guillermo Ovies. De estos artistas (no profesionales) dos triunfaron en la Corte Suprema del Arte: Sara Ramírez con “La Estrellita de Ponce” y Felipe Domínguez, aunque después no continuaron en la actuación. Después hubo docentes como Amparo Valle y otros que continuaron esta bonita labor.
La Asociación de Maestros, de la cual Fortuna Medel era presidenta, cobraba 25 centavos por estar afiliado, preparaban veladas con el fin de recaudar fondos, en la Escuela Publica, situada en la Calle José Martí (actual Calle 21), esquina con la Calle Serafín García, (actual Calle 28) y en la que impartía clases Rosalía Valdés. En las verbenas también se hacían kioscos con el mismo objetivo, así se pudo comprar un terreno para construir una escuela más grande y cuando triunfó Francisco Bugallo en las elecciones para alcalde, se construyó el centro escolar que lleva el nombre de Fortuna Medel.
Estas reuniones también se realizaron en el Trust y por motivos religiosos en honor a la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba y otros más, con obras como: Doña Juana La Loca, Me han robado, Las Huérfanas; (ARCHIVO (OGEPE), se presentaba un coro de muchachas y el Dúo Cubita Bella, entre las artistas se destacaron Juana Cabrera, Eloina Prieto, Carmelina Figueroa, Sarah Valverde, Las Viñas y muchas más. Los números de cantos eran acompañados al piano por la Señorita Georgina Medel. En el cine Niza, propiedad que después fue de los Bárcenas, y en el de los Morales, también se hicieron representaciones teatrales. Entre los “aspirantes a artistas” de la localidad se recuerda a: Ramón Alonso y Guillermo Ovies.
Se acostumbraba entre películas, hacer un intermedio para presentar a figuras de gran prestigio nacional, como los más nombrados están el cantante Pablo Quevedo (El vivo de la voz de Oro) y el pianista Cheo Belén Puig.
El Teatro Liceo (donde se encuentra actualmente el cine Tuxpan), (Fotografía: Luis J. Puentes (Pilingo), se comenzó a construir en la década del 30, para la sociedad de blancos de Los Palacios, sus propietarios fueron José Fernández y Waldo Roque, posteriormente de Leoncio Ciriaco Ramírez y Roberto Fernández Tápanes, después fue sólo de Ciriaco, y por último en el año 58, este declaró como dueño a su hijo Luis Ramírez quién hacía los contratos, ponía la música y anunciaba las películas por los alto-parlantes, en el cine y por la calle.
Eran proyectadas dos películas todas las noches. Los sábados y domingo se daba la matiné con las dos mejores de la semana. Generalmente los películas mexicanos ocupaban las tardes del domingo y el resto de la semana las norteamericanas. Debutaron en este escenario artistas de fama como Celina y Reutilio, El Takir Indio (mago) y figuras de las emisoras de Pinar del Río, de San Cristóbal y otros lugares.
Nuestra localidad contaba con varios clubes o sociedades, el Liceo o sociedad de blancos estuvo situada en una casa que aún existe en la Calle Antonio Maceo (actual Calle 23), entre Calle José Palacios (actual Calle 30) y Calle Iglesias (actual Calle 32), centro de desarrollo cultural, presentaciones, bailes, fiestas.
Posteriormente se unió con la Sociedad Española y surgió en 1926, el Club Hispano-Cubano, en el se daban bailes, conciertos de piano, conferencias e invitaban a personalidades de España, Uruguay, bailaban con las comparsas, en una ocasión fue presentado un famoso patinador. Tuvo varias directivas, como presidente a Tomás Cabrera (Pao) y Oscar Díaz Machó.
Entre los años 38 y 40 por desprendimiento del Club Hispano Cubano, surgió el Club Cultural Enrique José Varona, fue hecha una pequeña sociedad para dar fiestas y construyeron una escuela, el maestro era Daniel Solano, como una ampliación de la Escuela Pública. Por no existir fondos para dar bailes, crearon la Charanga de Tito López y compraron los instrumentos. Después se creó el conjunto de Ramón Noriega, cuando Tito caducó. En el barrio de Guano, había un septeto dirigido por Eladio Mesa y conocido como el Septeto Hatuey.
No se puede precisar el año en que se creó la Sociedad Nueva Era o la Sociedad de personas de color, aunque la edificación data de 1951. Conocimos a la primera reina de ésta, que dice haber sido electa en 1916.
Para la elección de la reina, las candidatas tenían un tutor, existían dos bandos: el rojo y el azul, estos vendían las papeletas según lo que pudiera abonar cada cual, desde cincuenta centavos hasta cinco pesos, en ese voto ponían el nombre de la candidata preferida. Los bandos identificaban a las personas que los adquirían con un lazo azul o rojo. Después el jurado daba el resultado del escrutinio.
Nuestro pueblo tuvo un mago famoso en Cuba: Melanio Cruz. Fue dueño de un cine, trabajó en teatro y presentaba números en las verbenas, hacía sus actos de magia por la televisión y vino a Los Palacios en un circo de gran nombre. Vivió en la Calle Ramón Cruz (actual Calle 19) y se casó con Belén Barrios una de las reinas electas en un concurso de belleza.
En 1924 con Pedro Liz Cabeza como alcalde se creó en este municipio una banda municipal, de las que fue miembro Vicente Romero quien ejecutaba el clarinete, en otro tiempo estuvo integrada por los Hermanos Flores, y su director era Laureano Flores. Esta amenizaba las retretas y otras actividades.
Existieron algunos conjuntos típicos locales en los que se destacaron algunos músicos, Marcelino Iglesias conocido popularmente por Yiyo Cuala, músico que ejecutó el bombardino y después la guitarra en el Conjunto Cristal y en uno que llevó el nombre de Cristal.
El Septeto Hatuey estuvo dirigido también por Luis Cabañas, padre de Raúl López Valle, conocido como Lalo el Monarca de la media voz. Existió un conjunto conocido por “Unión Palaceña” que dirigió Basilio Gálvez. El Conjunto Tropical lo dirigió Marcelino Iglesias, es agradable recordar algunas anécdotas que con relación a nuestros músicos a veces se producían; “en una ocasión Tito López y su charanga fueron contratados para una fiesta en el Club Hispano Cubano y para que se presentaran con buen aspecto, al contar con muy pocos recursos, les prestaron unos trajes. En medio de un número musical hacían una pausa y un músico, que se conocía con el nombre de Lucho, debía hacer sonar un pito. Como el traje que llevaba Lucho era prestado no encontraban el bolsillo en que había guardado el pito. Tito le exige: "Lucho toca el pito que vamos a quedar mal delante de los blancos". Este no encontró otra alternativa que ponerse los dedos entre los labios y pitar; aquel hecho provocó la risa de todos los presentes y quedó grabado en sus memorias.
Raúl López Valle, nació el 18 de Febrero de 1933, hijo de Celeste y el Músico Luis Cabañas, surgió como artista en el dúo Voces del Camino, que lo integraba con Francisco Suárez Mesa ( El Suave o Panchito) en 1948. Panchito dirigía el conjunto Sonora Cubana, que era de Ramón Noriega y lo llevó para el mismo. Después transitó por otros grupos hasta el año 58 que pasó a la charanga Novedades dirigida por Darío Guerra Soto. En una oportunidad se presentan en un programa que trasmitían a las 4 p.m., en la estación de San Cristóbal y el locutor le pregunta al director como anuncia el cantante y éste le responde Lalo y el locutor dijo que era más artístico presentarlo como Lalo, el Monarca de la Media Voz. En el año 1959 se desintegra la charanga y forma parte del Grupo Cristal y posteriormente de la Orquesta Transformación en el año 62. Después de desintegrarse la orquesta Lalo es designado para la Orquesta Juveniles del Chá, hasta su jubilación el 30 de Julio de 1993.
José Ramón Izaguirre (compositor), conocido por el Né o el Bonco es hijo del Quendo y Piro. Tuvo un accidente en el central La Francia y quedó con imperfección en un brazo. En su pueblo natal Los Palacios comienza a componer números musicales sin alcanzar éxito alguno. Cuando se los muestra a distintos músicos, no le dan valor a sus composiciones. Sus números fueron interpretados por cantantes de mucha fama en Cuba, como Tejedor y Lino Borges. Entre ellos se encuentra “ Otra Mentira”. Falleció en Los Palacios.