viernes, 5 de febrero de 2010


Las Verbenas de Los Palacios
y la Fiesta Patronal


Por Jesús Marcos García Vázquez

Actualmente, a casi cincuenta años de la celebración de la última verbena en suelo palaceño, el recuerdo de aquellas tradicionales y exquisitas festividades se encuentran presente en la memoria de todos los habitantes del Municipio de Los Palacios que disfrutaron de estos eventos. Quienes, con nostalgia en el corazón, traen continuamente a sus mentes la remembranza de aquellos alegres y regocijantes tres primeros días del mes de Mayo, días en que se celebraba la Verbena y la Fiesta Patronal.
Los jóvenes, que no los conocieron, muestran su asombro y se maravillan ante los relatos de los placenteros festejos, donde primaban la abundancia en comestibles y licores, la decencia y educación, la elegancia en la vestimenta y la cortesía en el trato y comportamiento personal. Para ellos, pertenecientes a una época y a un entorno social muy distinto, estos relatos les parecen sueños asociados a una quimera o pertenecientes a una utopía.
Las Verbenas son absolutamente de influencia española. Consisten en veladas, procesiones y ferias que en Madrid y otras poblaciones de la península se celebran en honor del Santo Patrón del pueblo. Son acompañadas de otras festividades para el disfrute y regocijo popular.
En Los Palacios, la Fiesta Patronal se comenzó a celebrar a finales del Siglo XVIII. Primeramente se celebraba solamente el día 3 de Mayo, día del Patrón del Pueblo Jesús de Nazaret y se llamaba la Fiesta de la Santa Cruz.


Procesión en las Fiestas Patronales en Los Palacios,
en el mes de Mayo del año 1954, con el Padre Salvador.

En ese día, las familias se reunían en convites y agasajos. Antes del anochecer salía la procesión de la parroquia conduciendo en andas al Santa Patrón Jesús de Nazaret, el que era paseado por las polvorientas calles del entonces caserío de Los Palacios. De regreso a la iglesia, se procedía a la solemne y santa misa en honor del Patrón.
Al liberarse Cuba del coloniaje español e instaurarse la república se continuó celebrando la Fiesta Patronal, la más tradicional del pueblo palaceño y que tiene sus inicios casi inmediato a su fundación.
Es bajo la égida del dinámico y entusiasta Pedro Liz Cabezas, Alcalde Municipal de Los Palacios, que a apartir del año 1925 a la Fiesta Patronal se le añade la celebración de la verbena, comenzando los festejos el día 1 de Mayo y terminando el día 3. Las verbenas se celebraban en honor al Palaceño Ausente y tuvieron esa denominación hasta el año 1959.

LA VERBENA Y FIESTA PATRONAL DE 1925
Además de ser patrocinada por el municipio, se contó con la participación de la iglesia, las sociedades, el comercio, familias y clases vivas del pueblo. Se buscó la cooperación de algunas casas comerciales de La Habana y otros lugares, las que enviaron infinidad de regalos.
Las utilidades de la verbena estaban destinadas a la construcción de un parque de recreo infantil, que aún existe (Parque Betancourt), y dotar de uniformes y de instrumentos musicales a la Banda de Música Infantil. Esta banda, que llevaba tiempo estudiando y ensayando con un profesor pagado por el ayuntamiento, en la fiesta del 20 de Mayo, Día de la República, ejecutó el Himno Nacional de completo uniforme y dotada de relucientes instrumentos musicales.
Todas las fachadas y columnas de las edificaciones del pueblo se engalanaron con la tradicional penca de guano de palma real. A las seis de la mañana del viernes Primero de Mayo se inauguraron los festejos con el toque de diana. Durante los tres días que duró la verbena se tocó diana a las seis de la mañana.
A las ocho de la mañana del propio día primero, llegó la orquesta de Emilio Dueñas de Pinar del Rio. Esta orquesta muy popular en su época, amenizó la verbena durante los tres días.
Se construyó una magnífica pista para carreras de automóviles en el Reparto Betancourt. Esta pista tenía una milla de largo. A la una de la tarde en la pista se celebraron carreras a pie. Se pensaba que el fotógrafo Francisco C. Rodríguez, conocido como el “Paavo Nurmi Palaceño” fuera el ganador, sin embargo, ganó Gregorio de Armas. A las dos de la tarde del sábado día 2, hubo un desafío de pelota entre los equipos de Los Palacios y San Cristóbal. Lanzó por Los Palacios el zurdo Joseíto Guerra y ganó el equipo local 11 carreras por 6.
Habían cinco barrios, que representaban a nacionalidades y asociaciones étnicas residentes en Los Palacios. Barrio Urbano, Barrio Español, Barrio Chino, Barrio Paso Real y Barrio Oriental. Estos barrios fueron situados en un extenso solar preparado y que estaba anexo a la Estación del Ferrocarril, el lugar más céntrico del pueblo. Cada barrio se componía de varios kioscos y bazares.
El salón del baile era el almacén de la Estación del Ferrocarril, amplio y muy ventilado.
Fotografía: ARCHIVO (OGEPE).

En el centro del salón se colocó la orquesta y una soga o cuerda dividía el salón en dos partes. En una parte bailaban las personas de raza blanca y en el otro lado las de raza negra o mestiza. Cada barrio estaba profusamente alumbrado, al igual que el parque y toda la zona. Cortesía de los nuevos dueños de la planta eléctrica local, señores Maristany y Compañía.

LOS BARRIOS
BARRIO CUBANO: Se componía de seis kioscos y se llegaba a ellos pasando por una bonita hilera de doble pinos. El director de este barrio lo fue el Dr. Armando Valverde Massino y era atendido por las señoras María Alvarez de Alvarez, Luisa Hernández de Medel y las señoritas Magdalena Alvarez, Dalia Azcuy, Olimpia Morejón, Ofelia y Rosalía Valverde, Mercedes Verde, Josefa Piñera y Emérita Brito. En el Barrio Cubano había un kiosco destinado solamente a bazar. Grandioso bazar repleto de lindos objetos que se adquirirían por el módico precio de veinte centavos. Se adquirieron todos con asombrosa rapidez. Al lado del kiosco-bazar, otro más pequeño donde estaba instalado un ingenio azucarero en miniatura, curiosísimo trapiche facilitado por el Central “La Francia”. Allí se servía al minuto el sabroso y fresco guarapo. Era atendido este departamento por las señoritas Cuca Fernández y Antonia Bernal.



En el Barrio Cubano se encontraba el kiosco del pozo misterioso. Dentro del pozo existían infinidad de objetos destinados a la venta, de manera ingeniosa. Por un real (diez centavos) tiraba usted de una cuerda y extraía un artículo que le devolvía con creces su dinero y ayudaba a su pueblo. (Fotografía tomada del libro Jesús Nazareno de Los Palacios, 250 Años de Historia, por el P. Joaquín Gaiga).

Otro kiosco más, situado junto al pozo misterioso, dedicado a las cantantes de guarachas, boleros y décimas, espectáculo netamente criollo. Allí entonaban las canciones con excelentes voces las señoritas Jacinta y Sabina González y Emilia y Felicia Sánchez, acompañadas de las guitarras tocadas por los populares Cobo y Bienvenido, dos magos de las cuerdas.
Por último, bajo unas chozas formadas por cañas bravas, de rústico y primitivo aspecto, estaban colocados los indios. Varios niños con trajes de aborígenes, muy bien personificados. En este lugar se expendía casabe, café, tabacos y cigarros, empanadas, pescados fritos, buñuelos con dulce de coco o melado, tamales, yuca con su mojito, arroz congrí y el típico lechón asado. Los marranitos eran asados en el mismo lugar y sus raciones llegaban al consumidor calienticas, humeantes y crispeantes los pellejitos. En las chozas indias, como en los alrededores, también se expendía cerveza, vino, ron y traguitos preparados, dentro de ellos el criollísimo “chiringuito”. Los que asistieron a las chozas primitivas fueron atendidos por las amables jovencitas Amparo Romero, Teresa y Rosa Piñera y María Teresa. Al frente de este kiosco estuvo la Señora Regla Alvarez de Delgado.
El Barrio Cubano recibió gran cantidad de donativos, muchos de ellos procedentes de la prensa. El semanario “La Política Cómica” envió tres docenas de hermosos juguetes para el bazar. El “Diario de la Marina” un valioso abanico con su vanity, que le correspondió en suerte a la Señorita Hortensia Valverde y el periódico “El Mundo” envió un precioso automóvil de niño.

BARRIO ESPAÑOL: Estaba conformado por un enorme y precioso kiosco que se encontraba entre dos enseñas nacionales y la bandera española. Rodeaba el kiosco un adorable jardín de encantador estilo. El servicio era realizado por distinguidas señoritas vestidas a la típica usanza española. Dentro del mismo jardín, un teatro y donde, al son de la gaita, se bailaban jotas aragonesas. Representaban el Barrio Español las Señoras Julia Martín de Lizquete, Estela Díaz de Dorta, Nubia Roig de Ramírez y Lolita Urrutía de Morales. Las señoritas Ramona Piñera, Emelina Suárez, Zenaida Cruz, Cusa Díaz, Teresa Brito, María Inclán, Gloria Barroso, Angustia Breijo, Maruca Franchi, Sara Romero, Emilia Figueroa y Fany Dorta. Tenía también este barrio su bazar con preciosos objetos de procedencia española. En el Barrio Español se expendían artículos de puro sabor español. No faltó la espumosa cidra, los vinos y licores españoles, así como las sardinas, quesos, chorizos, salchichones, aceitunas y demás artículos y embutidos de la Madre Patria.
Una simpatiquísima nota fue el día de la inauguración de la verbena. Todos los integrantes del Barrio Español formaron una alegre comitiva y delante iba un burrito cargado con dos pipas de vino y sobre el asno montado el popular gaitero, con su vestimenta y su célebre gaita.

BARRIO CHINO: La Colonia China de Los Palacios para esta verbena construyó un gran kiosko que contaba de dos pisos.
Fotografía: Logia Montecristi.

Destinado el primer piso a bazar, atendido por primorosas chinitas de deliciosa belleza y donairoso andar. Este barrio tenía infinidad de objetos de procedencia china, entre ellos valiosísimos mantones y sedas. Se danzó con gran lucimiento el Baile del Dragón. Puede afirmarse que la concurrencia al Teatro Chino, que estaba situado en el segundo piso, fue inmensa. Ningún participante de la verbena dejó de visitarlo. Este barrio estuvo dirigido por el Sr. Carlos Lam, que era a la vez el Presidente del Casino Chino de Los Palacios. Integraban el barrio las Señoras Fe María Rodríguez de Ferrer, Laudelina Torres de Castillo y Petrona Capote de Grenier y las señoritas Josefa Betancourt, Lolita Tejera, Carmelina Figueroa, Zenaida Suárez, Aracelis Brito, Juana María Cabrera, Silvina Chávez, Adelaida Bernal, Marina Azcuy, Elena Soto, Domitila Torres, Eloísa y Maria Josefa Tejera, Dilia Ramírez, Margarita Viñas y una encantadora chinita, Lolita García. El Barrio Chino fue el que más ganancias económicas aportó a la Verbena del año 1925.

BARRIO DE PASO REAL: El pueblo de Paso Real estuvo representado en la Verbena del año 1925 por lo más distinguido de su sociedad y un hermoso kiosco. Al frente del Barrio de Paso Real estaban las Señoras Dolores Achón de Orizondo, Emilia Lavale de Ríos y Rosalía Ledesma de Zarragoitía y asistidas por las señoritas Antonia González, Delia Suárez, Luz María López, Herminia Díaz, Mercedes Montoya, Dulce Sánchez, Consuelo García, Petra Rubio, Francisca Hernández y Caridad Fernández. También por Paso Real asistió la futura Condesa de Turín. En el Barrio de Paso Real, al igual que en los otros barrios, se expendieron ricas golosinas y comidas criollas. Además de un surtido bazar.

BARRIO ORIENTAL: Este barrio, compuesto por estimados elementos del pueblo, estuvo muy lucido y celebrado. Sobre todo su bonita casita criolla muy bien presentada y fue la nota simpática del barrio. El Barrio Oriental obtuvo unánimes elogios.

LAS CARRERAS DE AUTOMÓVILES
Fueron las carreras de automóviles el más importante evento de la Verbena del año 1925. A estas carreras se le dió carácter provincial y asistieron competidores de La Habana con sus autos. A la seriedad de su organización, al frente de los que se hallaba el Jefe Militar de Los Palacios, Teniente Andrés Cruz Garay, (6to. de izq. a derecha), así como las clases vivas del municipio y la importancia de los premios ofrecidos, despertaron un entusiamo colosal por el evento. Fotografía: Aida Pí.

Fue el pueblo de Los Palacios el primero en la provincia pinareña que celebró carreras de automóviles. Les cabe ese honor a los palaceños. Fueron verdaderamente un acontecimiento. Económicamente tuvieron las carreras, por concepto de entradas, un considerable ingreso para el municipio. No faltó en los terrenos adyacentes a la pista lo más distinguido y selecto de la sociedad palaceña.

RELACIÓN DE LOS AUTOS PARTICIPANTES Y SUS CATEGORÍAS:Categoría abierta:
Dodge Brothers Special Antonio Jané
Dodge Brothers Armando Martínez
Mercer Gustavito Fernández
Ford Special Oscar Alvarez (Calderón del Bote)
Chevrolet Manuel Castilla
Essex Luis Aisperrúa

Segunda categoría:
Dodge Brothers Vicente Guerra
Dodge Brothers Ignacio Ruiz
Ford Special José M. Durán
Dodge Brothers José Gil
Dodge Brothers Emilio Domínguez
Ford Special Oscar Alvarez (Calderón del Bote)
Chevrolet Manuel Castilla

Tercera categoría (Automóviles Ford)
Víctor M. Rodríguez Mario Ramírez
Julián Llera Andrés Navarro

Resultó triunfador en la categoría abierta el auto Mercer conducido por Gustavito Fernández, que hizo el recorrido en 9 minutos y doce segundos. En segundo lugar quedó el Dodge Brothers Special de Antonio Jané que utilizó un tiempo de 9 minutos y trece segundos. El triunfador de la segunda categoría lo fue el Dodge Brothers de Emilio Domínguez y en la tercera categoría el Ford piloteado por Julián Llera. Dada las buenas condiciones de la pista, a pesar de haberse corrido a “fantásticas velocidades”, no se lamentó el menor accidente.
(Fotografía: Logia Montecristi.

A las seis de la tarde del domingo 3 de Mayo, último día de la Verbena del año 1925, salió la procesión de la Iglesia Parroquial de Los Palacios. El Santo Patrón era llevado en andas por emotivos feligreses. Al frente de la procesión marchaba el presbítero José Rodríguez Suárez, el recordado Padre Pepe, quien se mantuvo por alrededor de treinta años como Cura Párroco de Los Palacios.
Para este solemne y religioso acto los festejos verbenales se interrumpieron hasta el tiempo que duró la procesión y la Santa Misa. La procesión transitó por las dos calles principales del pueblo, subió por la Calle José Martí, (actual Calle 21)y bajó por la Calle Antonio Maceo, (actual Calle 23). Una gran cantidad de público asistió espontáneamente a los actos religiosos, para cumplir con la necesidad espiritual de desahogar su fe y rendir culto al Santo Patrón.
En igual sentido se comportaron los festejos y los oficios religiosos en los futuros años. Hasta el 3 de Mayo de 1962, que fue la última vez que Jesús de Nazaret se paseó por las calles del pueblo que lo eligió como su Patrón.
Obtuvo tanto éxito la Verbena y la Fiesta Patronal del año 1925 que sirvieron de pautas a seguir para la celebración de los futuros festejos. La Verbena del año 1925 y la de los años siguientes fueron durante años motivos de orgullo para los palaceños y se le conocieron, en genuina expresión de reconocimiento y gratitud, como las “Verbenas de Perico Liz”.
Con el transcurrir de los años las verbenas siguieron su casi inexorable marcha de celebración. Aunque en algunos años obtuvo más éxitos que en otros, en relación a la situación económica imperante en el país.
Las verbenas, al igual que las Pascuas, por su arraigo tradicional formaron parte muy directa de la vida espiritual de los palaceños. Esos días traían consigo un ambiente festivo y de alegría, regocijo espiritual y paz interior. Palaceños ausentes regresaban a Los Palacios para celebrar en unión de sus familiares. Los más humildes hacían sus esfuerzos, tales como cebar un puerquito para su venta, mantener sus ahorros y todo aquello que pudiera generar ingresos para adquirir la vestimenta y en esos días disfrutar de los festejos, en igualdad de condiciones de los más favorecidos económicamente.
En las décadas de los años cuarenta y cincuenta, a las verbenas se le incorporaron otras actividades recreativas y de diversión, que prolongaban la actividad festiva por alrededor de un mes. La celebración de la tradicional fiesta palaceña se limitaba a los días 1, 2 y 3 de Mayo. Sin embargo, en la segunda quincena del mes de Abril llegaban al pueblo parques de diversiones que contaban con caballitos, montaña rusa, botes, canales de deslizamiento, carros locos, trencitos infantiles, sillas voladoras y la popular noria (estrella). Además se hacían acompañar de tiros al blanco y bazares repletos de bellos objetos de utilidad personal o para el hogar, que se obtenían mediante juegos de azar. En esos días los gitanos, en su eterno peregrinar, visitaban Los Palacios y, con sus misterios y leyendas, levantaban sus tiendas nómadas en algún solar yermo del pueblo y de inmediato se dedicaban a sus funciones predestinadoras. Terminada la verbena los parques de diversión con sus variedades permanecían en Los Palacios por unas dos semanas más.
Para amenizar las verbenas se contrataba para el último día, 3 de Mayo, una de las orquestas más famosas y populares del país. Los palaceños bailaron a los acordes musicales de orquestas y solistas de renombre, como Arcaño y Sus Maravillas, Belisario López, Cheo Belén Puig, Antonio María Romeu y su cantante Barbarito Diez, Benny Moré y su Banda Gigante, Ñico Membiela y la famosísima Orquesta Aragón, entre otros. Los dos primeros días eran cubiertos con orquestas de la provincia y charangas locales. La consolareña Orquesta “Hermanos Palacios” debutaba el día primero.
Las ganancias de las verbenas eran utilizadas en fines benéficos y obras sociales. La construcción o reparación de calles, aceras públicas, escuelas, la construcción de parques, apoyo a equipos deportivos y bandas municipales, adquirir una ambulancia y muchas cosas más, en beneficio de la comunidad, eran resueltos por sus ingresos gananciales. En el año 1958 la tradicional verbena no se celebró, motivado por el estado de beligerancia existente en la nación. No obstante, la procesión se efectuó pacífica y religiosamente.
Con el triunfo revolucionario del año 1959, la verbena se celebró en una alborada de alegría y esperanzas. Le correspondió su organización al Sr. Eladio Alles Collazo, Comisionado Municipal de Los Palacios, y con la participación, como en las anteriores, del comercio y las sociedades civiles se llevaron a efectos unos grandiosos festejos. Para esta oportunidad se utilizó la céntrica Calle Antonio Maceo (actual Calle 23) y se cerró desde las transversales Calle Céspedes, (actual Calle 24), a la Calle Serafín García, (actual Calle 28). La Orquesta Aragón estuvo presente el día 3. La procesión realizó su recorrido y fue más inmensa que nunca. En los años 1960 y 1961, primeros años del poder revolucionario y de inquietudes políticas, los festejos verbenales, la procesión y oficios religiosos se ejecutaron felizmente.
El año 1962 estuvo marcado como convulso y de grandes divergencias sociales y políticas, motivado por una transformación que a pasos agigantados comenzaba hacerse sentir. El nuevo sistema a desarrollarse se hacía acompañar de una ideología y una nueva estructura política, social y económica que antagonizaba con muchas de las tradiconales formas de vida del pueblo cubano. La verbena de ese año 1962 se celebró en el mes de Julio, no en el mes de Mayo, como tradicionalmente se acostumbraba. En el mes de Mayo de 1962 la Iglesia de Los Palacios carecía de sacerdote. Los oficios religiosos eran atendidos por el Padre Morejón, sacerdote de la vecina Parroquia de San Diego de los Baños.
El Día del Patrón de ese año 1962, el Padre Morejón, en una posición de responsabilidad y cordura, se opuso a que se efectuara la procesión y se negó a entregar el Jesús de Nazaret que año tras año acompañaba a la procesión en su honor. Esta postura del Padre Morejón se debió al momento imperante y el temor que la procesión fuese utilizada por personas completamente ajenas a la iglesia, para manifestarse políticamente y hacer sentir su inconformidad con el sistema. Los feligreses de la Iglesia de Los Palacios mostraron su conformidad y apoyaron la determinación del anciano sacerdote.
Ante este negativo, el público conglomerado frente a la iglesia que aspiraba sacar la procesión, se dirigió a la morada de la Señora Juana Dancausse y allí obtuvieron una bella imagen en yeso del Redentor. Comenzada la procesión, que partió del hogar de la Señora Dancausse, de inmediato se comenzaron a escuchar consignas anti-gubernamentales. Al concluir la procesión, varios jóvenes identificados con el proceso revolucionario se liaron a puñetazos con algunos de los que tomaron parte en la procesión. Después de aquel incidente la procesión en honor del Santo Patrón no ha peregrinado más por las calles de Los Palacios.
Los oficios religiosos propios de la celebración de una Fiesta Patronal, se han venido realizando todos los años en la Parroquia de Los Palacios. En ese día, después de la Santa Misa, Jesús de Nazaret es conducido por emotivos fieles hasta la verja de entrada a los predios de la iglesia y que la separa de la acera pública. En los rostros de los participantes, en esta corta peregrinación, se reflejan la alegría y el regocijo espiritual, pero, al tener que regresar con el Santa Patrón al interior del templo, sus dichas se convierten en tristeza y se preguntan: ¿Cuándo Jesús de Nazaret se paseará nuevamente por las calles del pueblo que lo eligió su Patrón?.

Los Palacios. (Término Municipal, con un área de 755 kilómetros cuadrados. Pertenece a la provincia de Pinar del Río, la más occidental de Cuba. Limita por el norte con los Términos Municipales de Consolación del Norte (La Palma) y Cabañas; por el Este con el Término Municipal de San Cristóbal; por el Sur con el Mar de las Antillas y por el Oeste, con el Término Municipal de Consolación del Sur.

Bibliografía:
*Geografía de Cuba (Esteban Pichardo-1854)
*Notas Sociales de Los Palacios
Manuel Medel Nodarse
Periódico “El Mundo”
10 de Mayo del año 1925.

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