viernes, 26 de marzo de 2010

Más Allá de los Confines Municipales
RANCHO MUNDITO
El progreso no consiste en aniquilar hoy el ayer, sino, al revés; en conservar aquella esencia del ayer que tuvo la virtud de crear ese hoy mejor". Ortega y Gasset.Del Libro Jesús Nazareno de Los Palacios, 250 Años de Historia

Por el P. Joaquín Gaiga
Párroco de Los Palacios y Administrador
Parroquial de San Diego de los Baños,
desde el año 1997.

Trátase precisamente de las comunidades cercanas o situadas en la zona montañosa al nordeste del Término Municipal de Los Palacios: Fierro y Santa Teresa que se encuentran a lo largo de la carretera central andando hacia Santa Cruz de Los Pinos. Morán y Campo de Tiro que se encuentran más al norte, cercanas a la sierra; Sabanilla y Rancho Mundito que son pintorescos caseríos situados en plena Sierra del Rosario.




Sierra del Rosario.
Fotografía por Ángel González.

Subir a estos últimos pueblecitos es siempre encontrarse con la genuina y trabajadora gente de la montaña, gozar de un paisaje encantador por sus valles y relieves boscosos y su lozana vegetación sobre todo en la temporada de lluvia. Por allí transitaron los mambises. También estos montes dieron refugio a cimarrones, guerrilleros, rebeldes, alzados, etc.

La carretera de acceso se encuentra en condiciones bastante buenas. Dejado Campo de Tiro, cuyas casitas en parte están pegadas a las primeras laderas de la montaña, poco después se encuentra el mirador de la Finca "La Tranquilidad", hoy propiedad estatal no abierta al público, de la cual escribía el palaceño Armando Hernández Ibañéz: "¿Quién no reuerda este bello lugar?. Propiedad que fue del extinto Senador de la República Dr. Miguel Suárez Fernández, que falleció en tierras del norte."



Otra vista de la Sierra del Rosario.
Fotografía por Ángel González.

Desde allí la carretera empieza a subir más y, después de centenares de  metros, es posible gozar de una amplia visión de la fértil llanura abajo y del espejo azul que constituye la Presa Bacunagua. Estamos cerca también de la cueva donde el homónimo río, después de su misterioso recorrido en las entrañas de la montaña, sale a la vista en un anfiteatro de rocas atormentadas y de florida vegetación.

La carretera sigue entre subidas más o menos empinadas y breves descensos y tramos semi-llanos con declives cubiertos de una vegetación tan espera e impenetrable que parece una alfombra de verde de los más variados matices.

A un cierto punto el valle se abre formando como una pequeña meseta siempre rodeada por alturas en que esta misma vegetación se va aclarando para dar espacio a la presencia de pequeños cultivos de café, de malanga, de maíz, de yuca, de plátanos, de cítricos y otras plantas frutales trepadas en sus declives. Es en este punto del valle que, en tiempos en que no estamos en grado de establecer, surgió el caserío de Niceto Pérez, más comúnmente llamado Rancho Mundito.

"Un anciano de estas lomas me explica: "Este nombre, le deriva al pueblo del Señor Raimundo (Mundito) Ferrer, que habitó aquí más o menos hasta los años treinta. Era un general retirado que transformó éste en un lugar muy atractivo. Él venía de La Habana y vivía en la capital pero, a empezar de cierto período, sus estancias aquí se hicieron más largas y permanentes".

"Invirtió en adornar y embellecer este pueblecito con grandes recursos. Pero también supo sacar provecho de la gran finca que aquí poseía y en el cultivo de la cual empleaba a varios habitantes del lugar. Poseía también una bodega lindísima y bien abastecida en la cual se encontraba de todo, y a pesar de que la gente lo juzgaba mal, en realidad era generoso. Yo soy testigo de ello.

"Por aquí, como usted ve baja el Río Bacunagua que, un poco más abajo, desaparece y se interna en las entrañas de la montaña para reaparecer en correspondencia de la Cueva del Indio, un poco al oeste de la finca de "La Tranquilidad". La llaman también la Cueva de los Murciélagos porque hay millones de estos animalitos y en tiempos pasados el abono de murciélago sacado de aquella misma cueva se comercializaba en camiones".


La piscina en Rancho Mundito.
 "Aquí en Rancho Mundito, el Coronel Raimundo Ferrer, aprovechó el agua del río para construir un lago artificial que todavía en cierto período del verano se llena de agua y ofrece posibilidad de recreo a la juventud. Pero, ¡ojalá usted hubiese podido ver la espléndida piscina que además el Señor Mundito había construído!. Y en aquella sí exigía el máximo de la limpieza: ni se podía echar una colilla de cigarro, ni quería ver una hoja de arbol. Tenía el piso pintado y el agua estaba siempre limpia y azulita porque la hacia limpiar cada día".



"El Castillo",  en Rancho Mundito.
Fotografía Archivo (OGEPE).

"Tenía mucha gente trabajando en cuidar la finca, en arar, labrar, sembrar, cosechar, cortar leña que en parte comerciaba, en parte usaba para hacer funcionar la panadería que aún poseía".

En suma, fue realizando una seria de estructuras que aumentaron la belleza y el renombre del lugar al punto que frecuentemente nos visitaba gente de La Habana y hasta del extranjero. Construyó su habitación en forma de molino de viento holandés y construyó también el otro castillo sobre el despeñadero que domina el pueblo y que ahora, con muchas otras cosas, es una ruina. Siempre quien sube hasta allá goza sin embargo de una lindísima visión del valle y de sus alrededores".

Al irse aquí el Señor Ferrer, alrededor de los años 1932-33, vendió la finca a los Bacindez de vuelta arriba y, menos de diez años después, compraba todo, el administrador de los Bacindez: el Señor Enrique Martínez. Después que en los años sesenta su propiedad y sus aserraderos fueron intervenidos, todo fue decayendo y se acabó con muchas cosas: la piscina, la campana, la pavimentación del lago artificial, varios faroles alrededor del mismo que hacían tan encantador durante la noche el ambiente".

"Se acabaron también muchas flores, árboles frutales, plantas raras. Las mismas mariposas que dicen que adornaban el sitio del gran Parque Lenin en La Habana fueron sacadas de aquí. Un día llegaron varios camiones que se fueron cargados de zarzas de aquellas flores con sus terrones y raíces. Gracias a Dios, sin embargo, no es difícil encontrar esta flor aquí, por encontrar ella en nuestro valle un clima favorable a su prosperar". En cuanto a las plantas raras, una sola quedó y es un palo que no florece en las ramas sino en el tronco, echando las flores más curiosas y más raras del mundo..."

Quien sube hoy a Rancho Mundito y después a Sabanilla pueden encontrar de vez en cuando unas arreas de mulos pequeños y delgaditos carasdos de sacos de malanga. Son los cuadrúpedos más aptos para subir y bajar los pedrogosos y abruptos senderos llevando a cuesta el producto de los campos, trepados por las pendientes de la montaña. Los domingos es frecuente encontrar a unos jinetes montando elegantes caballos con cierta altivez que recuerda la de los antiguos mambises.

De Sabanilla hasta La Palma, hay 50 kilómetros de carretera que recorre uno de los paisajes naturalísticos más fascinantes y que evocan descripciones del Grande Almirante en su empate con una naturaliza todavía incorrupta de esta isla. Lástima esta carretera presenta hoy largos tramos que dificultan y casi prohiben el tránsito a automóviles normales.

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