viernes, 12 de marzo de 2010

SAN DIEGO DE LOS BAÑOS
(Toponímia) =Odónimos=

El pueblo de San Diego de Los Baños, que pertenecía al T.M., de Consolación del Sur, fué agregado al T.M., de Los Palacios, después del año 1959.

Para hacer un estudio de las calles de San Diego de los Baños se consultaron algunos libros del Registro de Propiedad y Vivienda. Se utilizó como monografía histórica trabajos escritos de San Diego por el Dr. Viñals, que durante muchos años ejerció como médico del balneario. Se cotejaron planos elaborados por Tranquilino Sandalio de Noda en el año 1920, por el agrimensor y Subteniente de Caballería Cristóbal de Gallegos en el año 1844 y el de Mariano Carlos en el año 1849. En estos planos se puede observar que este pueblo fue proyectado urbanísticamente, como otras poblaciones de la Isla, y con el transcurso del tiempo recibió transformaciones.




La calle principal medía 16 varas y las restantes doce varas. En el año 1839 Cirilo Villaverde en su libro “Excursión a Vuelta Abajo”, hace una descripción del pueblo en la que expone: - “que no pasaba de ser una ranchería” -, y hace mención a una calle principal o calzada denominada del Monte, que consideramos que sea la Calle Real o actual Calle 29.



Don Diego de Zayas era el dueño del corral de Caiguanabo, que era como se llamaba también el río. Al descubrirse los baños y sus efectos medicinales le empiezan a llamar a este poblado “Baños de San Diego”. Después de la fundación en el año 1844, cuando Martín Pedroso da la autorización para la urbanización del pueblo y es trazado por el Subteniente de Caballería Don Cristóbal Gallegos, adopta el nombre de San Diego de los Baños.



Los primeros nombres para identificar sus calles, que aparecieron en los inicios de su fundación, denotan: buenas relaciones entre las personas, paz, tranquilidad, estado de ánimos y bienestar. Estos odónimos de sus calles son motivados a que el pueblo desde sus inicios era un lugar de descanso, de recuperación y reposo para las personas enfermas, asi como presentaban nombres como Reposo, Agrado, Filantropía, Retiro, Tranquilidad y otros. En la República se le pusieron a las calles nombres de patriotas, pero perduraron los primeros. Con el triunfo de la revolución los odónimos de San Diego de los Baños fueron sustituidos por nombres de mártires de la concluída lucha revolucionaria, los que no lograron desplazar a los anteriores. En el año 1962 la Juceplan Municipal reemplaza los nombres de las calles de San Diego por números cardinales, los que reciben una rápida identificación de los pobladores con este moderno y práctico sistema.

Por todo lo anterior expuesto podemos confirmar que, como en Los Palacios, en San Diego de los Baños los nombres de las calles empleados, antes del año 1962, tienen relación con la vida y las actividades de las personas. En San Diego el factor que más influyó fue la de los bañistas que acuden a sus baños sulfurosos en alivio y cura de sus males y el ambiente de tranquilidad que siempre ha caracterizado a este núcleo poblacional.

En este poblado las calles de números cardinales se extienden desde la 19 hasta la 37, aunque, curiosamente, al designar estos números omitieron el 27.

Calle 19: Sus odónimos más antiguos fueron Reposo y Retiro.

Calle 21: Su primer nombre fue Filantropía. En la República se le cambió el nombre por Carlos Manuel de Céspedes, en honor al Padre de la Patria y en la revolución recibió la designación de Marina Azcuy, en recuerdo a la patriota pinareña.

Calle 21-A: No tuvo otra designación anterior, surgió después del trazado original y está situada en la Reparto José Martí o Cantarranas.

Calle 23: Su primitivo odónimo fue Agrado. En la República se le sustituyó el nombre por Antonio Maceo y en la Revolución por Camilo Cienfuegos.

Calle 25: Desde épocas de la colonia se le denominaba Iglesia, por encontrarse entre la Plaza Isabel II y la Iglesia Católica. En la República no sufrió cambio de nombre. En la Revolución adoptó el nombre de Julio Díaz, mártir de la revolución.

Calle 29: El primer odónimo que la señalaba fue Calle Real o Calle San Diego y llevaba este nombre por considerarse, como en otros pueblos, la calle principal de la población, donde se encontraban los establecimientos y edificios públicos más importantes. En la República llevó el nombre de José Manuel Cortina, dueño de la Hacienda Cortina. En la Revolución adquirió el nombre de 1ro. de Mayo en recordación al Día Internacional de los Trabajadores.

Calle 31: Su primera designación fue Velic, no se pudo determinar su origen. Se considera que pertenezca al apellido de alguna persona de la población que vivió en el lugar. Con la República se llamó Independencia, nombre que mantuvo después del Triunfo de la Revolución.

Calle 33: Su nombre inicial fue Amistad. Con la República fue denominda Máximo Gómez en honor al Generalísimo y con la Revolución José Antonio Echevarría en recuerdo al destacado luchador revolucionario, presidente de la FEU y que murió en el Asalto al Palacio Presidencial el 13 de Marzo del año 1957.

Calle 35: Se le conoció en sus orígenes como Delicias. En la República pasó a llamarse Narciso López, general venezolano que luchó y murió por la Independencia de Cuba e izó por primera vez el pabellón nacional en Cárdenas en el año 1850. Con la Revolución se siguió llamando Delicias.

Las calles de San Diego se designan con números pares desde la 22 hasta la 42, incluyendo algunas que se designan por letras. Se desconoce porque se comienzan a numerar en la 22.

Calle 22: Su nombre antiguo fue Calle D y pertenece a una serie de calles que fueron señaladas por letras, desde la A hasta la D. Con la revolución se le señala el odónimo de Frank País, en recordación al mártir revolucionario.

Calle 24: Su primera designación fue Calle C. Despúes del triunfo revolucionario se le cambió el nombre por Dr. Isidro de Armas, en tributo a este mártir revolucionario que murió el 17 de Agosto del año 1958 en el Seboruco en combate con las fuerzas del ejército. Estaba alzado en armas y combatía dentro de las filas del Frente Guerrillero en la Cordillera de los Órganos.

Calle 26: Se llamó Calle B. Con la Revolución comenzó a llamarse Capitán Tomás, mártir de la revolución. Esta vía cuenta con dos sub-calles que son la 26-A y la 26-B.

Calle 28: Su nombre anterior fue Calle A. En la Revolución recibe el nombre de Marcelo Avila, natural de Arroyo Colorado y residía en el Seboruco. Se desconoce la causa de su muerte y se sospecha que lo haya asesinado el ejército en los días de la Revolución. Un día salió de su casa y no regresó nunca.

Calle 32: Se le conocía como Tranquilidad. En la República se le impuso como nombre Espíritu Santo. Con los cambios revlucionarios nuevamente se llamó Tranquilidad. Popularmente se le conoce como Calle del Stadium, por encontrarse el campo deportivo en esa calle.

Calle 30: Primeramente se le conoció como Recuerdo y este nombre lo mantuvo en la República. La Revolución le cambió el nombre por Luis Carmona.

Calle 34: Su odónimo inicial fue Simpatía. En la República se le cambió el nombre por el de Martín Pedroso, en recordación a este señor que fue el dueño del Hato San Pedro de las Galeras y en el año 1841 pide autorización el Capitán General de la Isla de Cuba para la urbanización del pueblo, concedido el permiso en el año 1844, imparte órdenes para el trabajo urbanístico del poblado. Con la revolución adquiere el nombre de Mártires de Girón.

Calle 36: Se le señalaba como Calle Concordia. La República la bautizó con el nombre de José Martí, en honor al Héroe Nacional. La Revolución le sustituye el nombre por el de Jesús Suárez Soca, mártir de la revolución.

Calle 38: En la Cuba Española se llamó Recreo. Los cambios en la República le sustituyeron el nombre por el de José M. Cabarrouy, hijo de Santiago Cabarrouy, quien en 1842 fundó el Hotel Cabarrouy y fue director del balneario. El proceso revolucionario le sustituye el nombre por el de Jesús Menéndez, en recordación al líder azucarero.

Call 40: Se conocía en épocas de la colonia con el nombre de Sinceridad. Durante la República mantuvo este nombre y los cambios revolucionarios la designan Calle Ceferino Fernández Viñas, mártir de la revolución. Popularmente se le conoce como Calle de la Secundaria, por encontrarse este plantel educacional en la referida calle.

Calle 42: En la Cuba Española se le conocía como Neptuno. (Dios de las Aguas, hijo de Saturno y hermano de Júpiter y Platón). Se supone que esta calle lleve este nombre por estar paralela y cercana al río. Este nombre se mantuvo en la República y la Revolución lo cambia por el de Miguel Cabañas Penejos, mártir revolucionario que vino en la expedición del Granma. Popularmente se le conoce como Calle de la Escogida, por encontrarse este centro elaborador de tabaco en la misma.

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