sábado, 13 de marzo de 2010

Modas y Modos

Por Teresa Ramírez Alonso

Secretaria de la Comisión de
Cultura de la Fraternidad Palaceña

Toda publicación que sea para recordar nuestras costumbres no puede olvidar las modas; pues ésta, a través de cientos de años ha sido una página preferente para todos los gustos. Para no remontarnos demasiado lejos, hacemos un paréntesis en la década de los años 50' y vamos a rememorar a grosso modo qué hacíamos en este pequeño pueblecito de Los Palacios. ¿Estás a la moda?. ¿Qué no se podía?. ¿Por qué no?, si para ello circulaban las revistas: "Vanidades", Ellas", "Romances", etc., que nos ponían al tanto del buen vestir. ¿Qué esto era para personas ricas? ¡Qué va". En Los Palacios existían academias de corte y costura. Para enseñar a señoritas selectas, ahí estaba María "La Montañesa", que con el sistema de "Maria Teresa Bello", enseñaba hasta hacer sastrería a sus alumnas. Para otro grupo poblacional se encontraba Rosa María Castillo con el sistema "Roche", ambas señoras (ya fallecidas) enseñaban hasta bordar. También las habían que cosían de afición; las que cortaban por otra pieza de ropa, las que no poseían máquina de coser y lo hacían a mano.

Para adquirir las telas de última moda, podías acudir a las antiguas tiendas "El Paraíso", "La Casa Pepe", "La Ópera", "El Encanto", "La Retacera de Delio", entre otras. Qué no tenías el dinero y había que comprar a plazos, para eso no existían problemas. Cada sábado "Pepe el Moro" y con sólo 20 centavos de entrada lo mismo te daba un corte de tela de seda fría o de sombra de palma y que decir de "Monguito Solapeña" y el "As de Oro"; para comprar había lo que usted deseara, de todos los precios y todas las formas de pago. Hablando de modas. ¿Quién no recuerda a "Chuchu" Izquierdo?, que lo mismo hacía un vestido que un traje de baile. Si lo querías rápido y además barato a Valeria Román se lo llevabas por la mañana y por la noche podías ir de estreno a la fiesta.

¿Estrenarse un vestido y a donde ir? Lo más cotidiano, un paseo por la Calle Antonio Maceo (actual Calle 23), con sus dos cunetas a los lados y uno que otro huequito, con agua "si llovía", pero las muchachas ¡bellas!, desde la Calle Warren (actual Calle 20) hasta la Calle Serafín García (actual Calle 28), ida y vuelta varias veces. Los galanes ahí para admirar las bellezas de su pueblo.

Una señorita bien vestida, seguro llevaba zapatos de tacones altos al estilo Luis XV, medias largas, un lazo en el pelo,un collar largo, unos aretes grandes y un pasador o una rosa en el pecho. En la primera mitad de la década de los 50', los vestidos fueron al caer del cuerpo, drapiados y rebuscados, a estos los desplazó "La Paradera", que se componìa de una o varias sayuelas almidonadas que hacian lucir a las muchachas con cinturitas de avispas y las más delgadas no tenían problemas con las caderas, pues le quedaban los defectos tapados con el almidón y la engañadora. Las más pechungoncitas se vestían a lo Sarita Montiel. Las señoras muy elegantes, si pasaban de los 30 años, no se vestían sin mangas y si el cuello era alto, mucho mejor. Usaban los vestidos de dos piezas y con colores sobrios, porque los estampados sólo eran para la juventud.

Par ir a misa; "los vestidos con mangas" y preferiblemente largos. Sin medias ¡jamás!, y la cabeza cubierta con velo o mantilla. Para ir al antiguo Club Hispano Cubano (CHC), "'¡Bueno", eso si era para exhibir el último grito de la moda".



El Baile de la Guayabera, ya lo dice la palabra, era el día 24 del mes de Febrero (no importaba si hacía frío), los hombres en guayabera y aunque fuera la única para todos los bailes. Las muchachas con trajes de hijo al estilo cubano, de cuadritos o de bolitas, predominando los colores de la bandera: el blanco, el azul y el rojo.

El Sábado de Gloria; baile de disfraz, fantasmas, odaliscas, gitanos, gallegos; en fin, una gama impresionante de trajes, ¡qué originalidad". Para las verbenas, tres vestidos diferentes, uno para cada noche y a bailar en el andén del ferrocarril. Comenzó Mayo y con él la primavera, para esa época el color blanco fue predominante. Tampoo podemos olvidar el tradicional 25 de Diciembre, ¡Navidad!, ¡qué importaba el día de la semana y trabajar el día 26! y qué decir del Baile del día 31 de Diciembre para esperar el nuevo año, que seguro en la mañana te tocaban a la puerta y te amenizaban con un felicidades. Para esos días tradicionales no faltaba el suéter tejido con dos agujas, las chaquetas de astracán o una piel de zorro, aunque fuera imitación, y las estolas hechas en casa de diferente tejidos.

Y por qué no decir también que los jóvenes, además de la guayabera, vestían de traje o con camisas de mangas largas, que jamás iban por fuera del pantalón. Una corbata no faltaba ni en el ropero más pobre.

Si por casualidad ya peinas canas y viviste esa época preciosa, cierra los ojos y te verás listo a partir desde la Calle Warren (actual Calle 20), hasta la Calle Serafín García, (actual Calle 28), acompañando o esperando a una palaceña. ¡Recordar es volver a vivir!.

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